Ya que llegué algo temprano, decidí irme a la biblioteca a leer algo para esperar el inicio de las clases.
Todo era tan distinto cuando la escuela tenía pocos estudiantes, de pana era paz y tranquilidad.
Y ahí estaba, mi libro favorito: <<El cuadro>>, de Agatha Christie, simplemente era todo lo que se pudiera imaginar.
Grace se sumergió por completo en el libro que no sintió la presencia de aquel hombre de 32 años recién cumplidos que la observaba con gran alegría, muy pocas veces se podía notar un estudiante de la preparatoria leyendo con tanta dedicación.
¡Buenos días señorita Hernández!-dijo Cristóbal tomando un sorbo de su café-
Cuando escuché al profesor hablar, de pana que me asombré porque de pana, cuando leo un libro no sé qué está ocurriendo a mi alrededor, no me importa nada. Sí, sin dudas soy hija de Andrés Hernández.
Buen día profesor-contestó Grace colocando su mano en el pecho tratando de calmarse- de pana que me asustó ja,ja,ja.
Disculpe, no quise hacer eso, solo pasaba a buscar unos libros para la clase de hoy y noté que estaba leyendo con suma dedicación y eso es muy raro de encontrar en estos días-dijo Cristóbal sentándose en frente de Grace-
No se preocupe-aportó Grace para cerrar el libro entre risas- bueno, como se lo dije, mi papá y yo somos en definitiva dos ratones de biblioteca-
Eso es bueno, el leer te da conocimiento, y el conocimiento es poder -respondió Rojas-
Sí, siempre he tenido eso claro profesor, el conocimiento jamás pasará de moda-respondía Grace con una sonrisa-
Llegarás lejos Hernández-afirmó el profesor-
¡Gracias profe!-dijo Grace-
Después de todo, el profesor ha resultado ser súper pana, es chévere.
Hernández, por curiosidad. ¿Qué edad tienes tú?-inquirió Cristóbal-
Dieciséis profesor, cumplo diecisiete en septiembre 25. -respondió Grace un tanto confundida- ¿Por qué?
Cristóbal en ese momento no supo qué hacer, su mente entró en un desorden total, como los miles de Bob Esponja en desesperación.
Ah, ¡es que mi sobrina tiene la misma edad que tú! -respondió un mentiroso Cristóbal-
Ah bueno, qué chévere. Si algún día lo visita, con gusto hablaré con ella, necesito más féminas en mi vida-dijo Grace bromeando mientras tomaba sus cosas-
Bueno, es que ella vive en Argentina actualmente con mi hermana, pero sí, con gusto te la presento Grace-dijo Cristóbal con una nariz gigante cual Pinocho-
¡Fue un placer hablar con usted profesor!-añadió Grace para despedirse-
Todo poco a poco, él no quería asustarla, quería estar seguro, además que no le podía decir: ah no, es que, tengo la sospecha de que pueda ser tu padre quien creyó que estabas muerta todo este tiempo.
Cumple el mismo día, eso es una pista más... Bueno, hay esperanza Cristóbal. Pero, poco a poco -se dijo a sí mismo-
Y justo cuando Grace estaba por entrar a clase, sus ojos se posaron con aquellos ojos negros que sin saberlo, cambiarían radicalmente su curso.
Era un chico alto, de buen cuerpo y cabello perfecto, algo idílico, dejando a Grace sin palabras, era nuevo en la escuela, tenía 18 años , su nombre: Arturo Ríos.
¡Es un dios griego!, Vamos Grace está buenísimo, ¡saluda!
Hola, ¿Sabés dónde está el salón de literatura? -dijo Arturo sacando a Grace de sus pensamientos-
Ah, sí claro. Está cruzando a la derecha, la segunda puerta que puedas observar, ahí es. - contestó la castaña pegando sus libros a su pecho-
Gracias, soy Arturo Ríos y recién llegué acá - argumentó Arturo extendiendo su mano-
Grace Hernández, bienvenido-dijo Grace apretando su mano con un intento de sonrisa- ¿Eres argentino?
Sí, soy de Buenos Aires-afirmó él- Tú eres venezolana, ¿verdad?
Sí, soy de Caracas. -señaló Grace- bueno, este... Debo ir a clases, un placer Arturo.
Adiós, Gracie -respondió Arturo despidiéndose con un intento de beso en la mejilla-
Hasta luego -contestó Grace echándose hacia atrás-
Al llegar al salón saludó a su escuadrón quienes sostenían una conversación acerca del nuevo show de talentos que se iba a llevar a cabo en el colegio en unas semanas.
Sin embargo, se pudo notar ese dulce sentimiento que rondaba en el ambiente.
¡Creo que alguien está sonrojada! -afirmó Ramiro con una sonrisa pícara hacia su mejor amiga y confidente-
Bueno, no es que esté pendiente de ello las veinticuatro horas del día, pero mis ojos pudieron presenciar la llegada de un dios argentino al colegio -argumentaba Grace mientras recordaba aquél joven bonaerense mordiendo su labio inferior sin darse cuenta-
¡Amiga qué te sucede! -exclamó Lucía- esa no es la Grace Hernández que conozco.
¡Santo padre finalmente, creo que Cupido ha hecho su trabajo en esta niña! -dijo Ramiro-
Quizás, es muy lindo y se llama Arturo Ríos, me lo encontré cuando venía para acá. Aunque bueno, es un chamo nada más - afirmó Grace colocando sus manos firmes sobre el pupitre- ¿De qué hablaban guapuras?
Del show de talentos que harán este año, ¿Vas a participar? -
Preguntaron los chicos al unísono-No lo sé, no me llama la atención presentarme. -dijo la castaña esfumando las esperanzas de su séquito-
Grace, vamos ¡eres la más talentosa de nosotros! -señalaron los chicos-
Cantas hermoso - dijo Ramiro-
Bueno. no sé y no sé, ¡dejen que lo piense! -afirmaba Grace-
En eso llegó el profesor de física y dio por iniciada la clase.
Las cosas se fueron desarrollando normal, después de eso Grace decidió ir a la sala de música durante el receso y decidió cantar una de sus canciones favoritas "Ladrona" de Morat.
Una de las cosas que más le gustaba a Grace en el mundo, era la música, y siempre que podía, cantaba,solo lo hacía para sus padres y los chicos, ya que las canciones decían muchas veces cosas que no se atrevía a decir en persona, al igual que sus cartas.
Leonardo iba a clase de química, cuando notó aquella voz dulce, llena de energía al mismo tiempo, estaba impactado, jamás había oído algo parecido.
Sintió amor en una melodía, esperanza al escuchar aquella voz.
Pero cuando decidió abrir la puerta y ver quién era la joven intérprete, el timbre hizo su presencia, no podía llegar tarde, si lo hacía, iría a detención por cuarta vez en la semana.
Al terminar de cantar, Grace exhaló, estaba pensando mucho acerca de su presentación en el show, pero debía concentrarse, estaba a nada de terminar el año escolar, y no podía darse el lujo de participar en actividades extraescolares.
Bueno, vamos Grace. Hay clase - se dijo a sí misma en voz alta-
Eso sería algo grande para los dos, una canción los uniría para siempre.Esperanza.
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Con amor, Grace.
RandomGrace es una chica que tiene muchas cosas para decir al mundo, pero no sabe cómo decirlas de frente, así que decide escribir cartas para expresar cada situación. Pero no es un típico diario de una adolescente. Dejemos que las cartas hablen.