Leonardo no es tan Bad boy

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Al finalizar la jornada escolar, Grace y Leonardo se encontraban en el café de la madre de Grace estudiando para biología, Leonardo desde que había escuchado aquella cantante misteriosa se sentía distinto, incluso se mostraba amable con la castaña, cosa que le parecía extraña ya que apenas unas horas antes se conocían de la manera menos agradable.

Bien, ¿entonces en qué quedamos?-preguntó Grace tomando un sorbo a su malteada de mantecado-

Que el ARN es una hebra simple, es decir una sola hebra y no es lo mismo que el ADN, Hernández. -respondió Leo colocándose sus manos en la cabeza-

Excelente, vamos bien Leonardo, te felicito-afirmó Grace con una pequeña sonrisa- Te noto distinto, ¿pasó algo?

No, nada fuera de lo común - declaró Leo con una gran mentira-

Digamos que te creo Leonardo.  Pero como no soy de las que suplica por algo, está bien. -dijo Grace colocando su lápiz encima de sus apuntes-

Ja, ja, ja, ¡qué graciosa Grace! -contestó Leonardo haciendo una sarcástica mueca-

Oh vamos, hombre nos queda una hora todavía, prosigamos. - respondía Grace recuperando la compostura-

Cuando estaban en el mejor punto del tema, los interrumpió alguien conocido,pero no para el agrado de Grace, con su melodiosa voz (entiendan el sarcasmo, chicos)

Amor, ¿qué haces aquí?-exclamó Lindsay con una mano en la cintura y mirada asesina-

Nena, te dije que tenía clases de biología con la nerd- señaló Leo con un dedo a Grace que tenía la boca abierta como signo de sorpresa por el adjetivo que había utilizado-

No sabía que las feas tenían cerebro -dijo Lindsay levantando una ceja y caminando firme hacia la mesa de los chicos-

Pues, déjame decirte que las feas tenemos algo que las nenas lindas no -respondió Grace levantándose de su asiento-

¿Sí?-contestó Lindsay tajante-

Sí, tenemos cerebro para tu información, Lindsay-argumentó Grace con la cabeza a punto de estallar- y agradece que tu noviecito tuvo algo de conciencia y decidió tomar clases particulares, sino no se gradúa.

Ay sí, tienes razón, ¿y sabes en qué otra cosa tienes razón? -inquirió Lindsay-

¿En qué? -dijo Grace enfocando su mirada en el libro de biología-

Que el mantecado te sienta muy bien  - gritó Lindsay al momento de esparcir sin remordimientos la malteada de Grace-

¡Qué te sucede! -dijeron Leo y Grace al mismo tiempo-

Para que veas que siempre seré mejor que tú, Gracie -respondió para luego irse-

En eso llegó Fabiana impresionada por lo que pudo ver  y tratando de secar a su hija en vano, dijo:

-¿Qué le ocurre a esa chica?-

No lo sé mamá, de verdad, pero saben qué... -dijo Grace quitándose algo de la malteada en  la cara-

-¿Qué cosa, hija? -preguntó Fabiana tomando más servilletas-

Leonardo, lo siento. Nos vemos otro día y en otro lugar, ¡me largo! -exclamó una Grace muy furiosa tomando sus cosas para irse-

Nena, ¡espera! - gritó Fabiana sin poder alcanzar el rápido caminar de su hija-

Tranquila señora, yo la buscaré... Donde quiera que esté -argumentaba Leo dejando sus cosas en la mesa-

Gracias, ¿Leonardo? -dijo Fabiana confundida-

¿Quién pepinos se cree esa chamita para hacer eso?

Con amor, Grace.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora