-Hola- dijo Grace a sus padres-
Hola hija... -respondió Fabiana tomando un sorbo de su té-
¿Cómo estás?-preguntó Andrés acercándose a ella-
-Estoy bien, con respecto a lo de hace rato... No quiero hablar todavía con nadie de esto.-indicó la morena quitándose sus zapatos para subir las escaleras-
¿Estás segura?-inquirió Fabiana volteando a verla-
Sí, quiero dormir porque estoy burda de cansada. Pero, quiero que sepan algo -contestó ella retrocediendo hacia donde estaban sus papás-
¿Qué cosa?-hablaron ellos al mismo tiempo-
Siempre serán mis papás, pese a que no llevemos la misma sangre, y siempre los amaré. -contestó para luego darles un abrazo-
Te amamos-dijeron Andrés y Fabiana-
Después de llegar a su habitación, Grace se tiró a la cama sin cambiarse la ropa y dijo :
-Qué confusión-
Pasaron las horas hasta que al día siguiente, Grace despertó mirando el lugar pensando en cómo llevar un día de clases cuando ahora sabía quién era el profesor de literatura de la preparatoria Adams.
Saben, en verdad no me molesta que Cristóbal sea mi padre, pero después de todo... ¿Cómo voy a llamarlo? ¿Cuál será su historia?
Ay por el amor de Dios. ¡Quién rayos somos!
Bueno, calma pueblo. Todo tiene solución menos la muerte.
Decidí ponerme algo relajado, así que opté por un vestido azul celeste que me regaló mamá en mi cumpleaños, de mangas cortas y mis Converse.
¡Grace! -habló Fabiana desde la entrada de la casa- ¡Te buscan, amor!
¿Quién será? Yo no quedé de verme con Ramiro ni con los chicos. Bueno, averigüemos quién será la persona misteriosa.
Al bajar las escaleras me quedé petrificada, claro, en el buen sentido.
Ahí estaba él, tan perfecto como solo él sabe hacerlo, siendo él mismo. Llevaba puestos unos jeans negros, camisa de The Big Bang Theory y unos zapatos deportivos, casuales.
Este sí es un dios griego.
-Hola- dijo Leo con una sonrisa-
Como pude bajé las escaleras hasta llegar a donde ellos y me dije: ¡está bien, está bien!
-Hola, cabeza de alelí- dije mirándolo a los ojos- ahora entiendo porqué me caes bien.
¿Por qué? -preguntó Leonardo mirando a Grace y a Fabiana confundido-
¡Porque tienes una camiseta de The Big Bang Theory, dah!-dijo Grace alzando sus brazos- ¿Qué haces aquí?
Vine a buscar a la novia más hermosa y terca de la ciudad. -confesó Leonardo guiñando el ojo pícaramente-
¡¿Novio?!-exclamó Fabiana aplaudiendo-
Sí ma'. Se me olvidó decirles ayer -habló Grace sonrojada bajando la cabeza-
¡Oh, gracias Dios! -respondió su madre feliz-
¡¿Grace tiene novio?! -habló Andrés desde la cocina- ¡Bendito Dios!
Sí amor-contestó Fabiana-
Fabuloso. Otros papás esperan que nunca tengamos novios, los míos son de otro planeta.
¡Tengo cien pruebas y cero dudas!
Leo y Grace cruzaron las miradas en señal de complicidad, sin embargo. La pena y el nervio hacían su trabajo ante la actitud de los adultos.
¡Entonces, tú eres Leonardo! -dijo Andrés llegando al sitio-
Sí, mucho gusto señor Andrés. -contestó el chico extendiendo su mano-
¡Oh, ven para acá muchacho! -indicó él dándole un fuerte abrazo como solo los hombres en una amistad lo hacen-
Bueno, ¿nos vamos? -preguntó Leonardo colocando su brazo a Grace caballerosamente-
Vamos, Leo. -respondió ella aceptando la proposición-
Después de caminar jugando como dos niños, los chicos llegaron al colegio a empezar una de las últimas jornadas académicas.
Por otra parte, Cristóbal se encontraba en el cementerio de la ciudad haciendo una visita que tenía pendiente desde hacía unos cuantos años atrás, debía hacerlo.
Hola -dijo él agachándose para colocarle flores a la tumba de su gran amor- Sabes, aunque me agarraste por sorpresa, debo admitir que hiciste un buen trabajo. Nuestra hija es increíble, es hermosa, atenta, educada, inteligente y... Bueno, salió al padre en la terquedad, qué se hace, ja, ja. Gracias, por todo amor. Ahora debo continuar con nuestra labor, sé que siempre nos cuidarás. Te amo.-
Sin más que decir, se marchó. Se sentía calmado, seguro. No había ido nunca al cementerio desde su muerte, pero ahora todo era diferente. Había cerrado una etapa de su vida, se sentía como nunca.
Horas más tarde, Grace estaba caminando por los pasillos hasta que llegó al salón de su padre biológico y decidió hacerle frente a la nueva etapa de su vida.
¿Qué más da? Hagamos esto de una vez por todas. Oh rayos, no. No puedo. Sí, es muy contradictorio.
Sin embargo, ya era tarde para retractarse porque Cristóbal la vio y decidió tomar la iniciativa.
-¿Grace, podemos hablar?-
Claro -contestó ella entrando al salón-
¡Demonios!
Con respecto a lo de ayer... Sé que es una locura. Pero... -habló él para luego sufrir una interrupción de su hija-
-Está bien, solo dilo.-
Tú eres mi hija, genéticamente. Eso es claro, fuiste dada en adopción y yo no supe nada hasta el último minuto -dijo tomando aire- nunca te encontré por más que te buscaba,hasta hace unos meses que te vi, a ti y a tu brazalete y a Richard.
¿Qué tiene que ver mi brazalete? -preguntó ella finalmente mirándolo a los ojos-
Ese brazalete te lo di cuando cumpliste dos años,fue mi último regalo de cumpleaños para ti. -contestó Cristóbal- Vi tus fotos el día que perdiste a Richard, y decidí que debía investigar, y me enteré que detrás de esa niña terca, estaba mi pequeña Estefanía-
¡Espera, qué! -dijo Grace soltando una carcajada- perdón, pero es que no pude evitarlo, soy la peor.
-Tranquila, sé que no fue a propósito-
En ese silencio incómodo, Grace posó su cabeza en el hombro de su padre biológico, finalmente obtenía respuestas poco a poco.
-Lo sospeché el día que me diste el abrazo, ahora sé que no estoy loca- dijo ella sonriendo-
Ja, ni yo. -respondió acariciando su cabello- no te pido que me quieras, solo déjame formar parte de tu vida.
-Oh, vamos Rojas. Pese a tus preguntas tipo jaque mate, te quería desde antes. Eres chévere-confesó Grace recuperando la postura-
Gracias. Tú también eres chévere, Hernández. -respondió él mirándola-
El viernes es el show de talentos, quisiera que estés ahí, y tu mamá también. Sé ve que es linda. -habló Grace tomando su bolso-
Mi mamá es un amor, ¡qué te pasa! -contestó él riéndose- con gusto iremos.
-Adiós, profesor-
-Adiós, hija-
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Con amor, Grace.
RandomGrace es una chica que tiene muchas cosas para decir al mundo, pero no sabe cómo decirlas de frente, así que decide escribir cartas para expresar cada situación. Pero no es un típico diario de una adolescente. Dejemos que las cartas hablen.