Oh, -profe creo que esto es una broma de muy mal gusto-respondió Grace-
Grace, es muy complicado. Pero... La verdad, es que yo soy... -respondió Cristóbal en vano-
¡Mi profesor de literatura y amigo! -exclamó ella alzando ambos brazos al aire-
Grace, soy tu papá biológico. -disparó Cristóbal sin anestesia- Y ella, es tu abuela. ¡Lo siento!
Oh, demonios. -dijo Grace sin expresión alguna en su rostro- Mejor me voy a mi casa. Al menos allí me dirán la única verdad que hay.
Grace se fue apresuradamente hasta su hogar, dejando a Cristóbal y a su madre con la palabra en la boca, en verdad era algo que no esperaba ni en un millón de años.
Al llegar allí, parada en el umbral de su puerta, su teléfono sonó.
Mensaje de número desconocido:
Hola, quería saber si estabas libre en un rato para ir al parque. ¡Quiero verte hermosa!
Te quiere, Leo. ❤️
Tú: Ahora no puedo, debo hablar con mi papá algo muy importante. Te aviso cualquier cosa, cabeza de alelí.
Cuídate. 💙
¡Oh, pero si ahí está la niña más preciosa del mundo entero! -dijo Andrés caminando hacia ella mientras secaba sus manos-
Hola, papá. Bendición. -respondió ella sin ánimos-
¿Pasó algo en el centro comercial?-preguntó él curioso-
No, todo fue de maravilla. ¿Qué huele tan rico? -habló Grace asomando su cabeza a la cocina, tratando de descubrir qué había hecho él-
Bueno, hice una torta de pan como las de tu abuela ¡o un intento! -dijo Andrés posando sus manos en los brazos de Grace regalando una sonrisa-
¡Oh, genial! -indicó ella con un intento de sonrisa-
Vamos a tener una tarde de papá e hija, ya que tu mamá llegará tarde. ¿A comer? -habló Andrés señalando el camino-
Claro, vamos -contestó ella caminando hacia la cocina-
¡Ah, e hice una pasta horneada con tajadas! -respondió Andrés siguiendo a su hija-
Amo a mi papá, en verdad es un maestro de la cocina, al igual que mamá. En cambio yo... Bueno. ¡Puedo hacerme una arepa frita!
Pero, aún seguía dándome vueltas el encuentro con Rojas, o ¿Papá? ¡Ay no lo sé!
Debía hablar con el señor Hernández, pero no en este preciso momento, está tan feliz que no quiero ponerlo en jaque mate de una vez.
Pasamos la tarde viendo películas, conversando de cualquier cosa, muy lindo.
¿Estás feliz con tu vestido? -inquirió su padre-
Sí, es muy lindo. Por todas partes dice: ¡Grace Sophia Hernández! Ja,ja, ja. -respondió guardando el vestido-
¿Irás con Ramiro y los demás? -habló él mirándola a los ojos-
Claro, pero creo que hay una posibilidad de que tenga... Una cita... -escupió Grace tapándose el rostro con sus manos-
¡Mi chiquita! -exclamó Andrés abrazándola- ¡Me alegro! ¿Es con Leonardo?
Papá, ¿cómo sabes de él? -preguntó ella abriendo los ojos como platos-
Tengo un informante, ¡llamado Fabiana! -exclamó tocando su nariz ligeramente con un dedo-
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Con amor, Grace.
RandomGrace es una chica que tiene muchas cosas para decir al mundo, pero no sabe cómo decirlas de frente, así que decide escribir cartas para expresar cada situación. Pero no es un típico diario de una adolescente. Dejemos que las cartas hablen.