Unos días antes:
¡Decidí apuntarme al show de talentos! -confesé a Leonardo-
¡Oh, vamos! ¿En serio? -respondió él saltando-
-Sí. Es mi último año y quiero hacer algo... Diferente.-
¡Te felicito! -dijo Leonardo dándole un abrazo-
Después de su abrazo se fueron a su respectiva tutoría y detrás de los casilleros estaba escuchándolos nada más y nada menos que Lindsay.
¡Qué rápido eres, Leonardo! No ha pasado ni un mes y ya estás con esa... Ni tengo palabras para describirla. -declaró recostándose de los casilleros y de brazos cruzados- Esta me la pagas.
En el café de Fabiana estaban ellos estudiando entre risas y bromas. En los últimos días se habían juntado mucho después de las tutorías y se habían vuelto muy amigos. Aunque ninguno confesaba lo que sabían del otro.
Bien. ¡Estás preparado para ese examen Leonardo! -dijo Grace cerrando sus libros-
Oh sí, oh sí. ¡Gracias, Hernández! -le respondió haciendo un baile de la victoria desde su asiento-
Oh Leo, por favor. Quédate tranquilo o vas a correr a los clientes de mi mamá -dijo ella riéndose-
Perdón, perdón.-acotó él tomando la postura adecuada-
Mira, sabes que hoy los muchachos y yo nos reunimos para hacer galletas y ver unas películas, ¿Quieres venir? -preguntó Grace recogiendo sus cosas-
Claro, me encantaría. Pero, ¿debería de comprar algo antes? -respondió Leo-
-Bueno sí, para ver la película si quieres. Ya tenemos todo prácticamente-
Bueno, vamos a la tienda que está aquí cerca y después a tu casa.-dijo colocándose su bolso en los hombros-
-Está bien. Vamos, ¡bendición mami! -dijo ella soltando un beso al aire-
Dios te bendiga muñeca, nos vemos en un rato -respondió Fabiana desde el mostrador-
En el camino fueron hablando un poco de todo, sus infancias, cómo emigraron a los Estados Unidos, el divorcio de los papás de Leo, entre otros.
Cada minuto se iban conociendo más y más.
-Dos horas después-
Luego de limpiar el desastre de la guerra de harina entre John y Ramiro, y haberse cambiado, el grupo se encontraba viendo Snoopy y Charlie Brown: La película.
Chicos, son un desastre haciendo galletas -dijo Grace masticando un trozo de su galleta- ¡pero quedaron divinas!
¡Lo sabemos! -dijeron John y Ramiro chocando los puños-
¡Ay, aquí viene mi parte favorita! -dijo Lucía aplaudiendo fuertemente-
¡Lucy, eres una niña pequeña! -afirmó Anne Marie dándole un pequeño golpe en el brazo-
Chicos, aquí todos somos niños pequeños. Por el amor de Dios, estamos viendo Snoopy y Charlie Brown cuando dentro de un mes y medio iremos a ser bachilleres -agregaba Leonardo-
Es bueno ser niño -dijo Grace mirándolo fijamente a los ojos-
Tienes razón. -declaró Leonardo con una media sonrisa-
Oye Gracie, ¿aún queda de la torta de chocolate que tu mamá hizo el otro día? -preguntó Ramiro pícaro-
Sí. ¡Ven pa' servirte Ramiro! -respondió levantándose del sofá la castaña-
Ay no, es que me hice la manicura hoy querida. ¡Y no quiero! -dijo él observando sus uñas-
-Ramiro, vamos. - dijo Grace decidida-
Leo, ¿puedes acompañar a Grace? -indicó Ramiro-
Sí. Vamos Hernández... -contestó caminando hacia la cocina-
Está torta de pana que le quedó chévere a mi mamá, ¿no quieres tú también un pedazo? -preguntó Grace mientras sacaba la torta de la nevera-
Sabes, me gusta mucho una chica -dijo Leonardo sacando un plato -
¡Qué! -exclamó ella golpeándose con la puerta de la nevera-
Sí... -prosiguió Leonardo afianzando sus brazos en el mesón-
Ah, qué fino... ¿Y cómo es ella?-preguntó sirviendo un pedazo de torta-
-Es alegre, simpática. Un poco despistada- Pero es lo más bonito que me ha pasado.
¿Y ella lo sabe? -dijo Grace jugando con sus manos nerviosa-
-No. ¿Sabes algo Hernández? Eres muy mala mentirosa.- respondió él acortando la distancia entre ambos-
¿Por qué lo dices?-preguntó desviando la mirada-
Porque estás callada prácticamente, dejas esa Grace parlanchina que irradia alegría que todos conocemos a un lado -prosiguió levantando la mirada de Grace con sus manos en su rostro-
No vale. ¿Quién dijo? -respondió mirándolo de nuevo-
La chica que me encanta, me fascina. -Es muy inteligente, pero no se da cuenta de qué siento en verdad- indicó con una pequeña sonrisa-
¿Sí?-agregaba Grace indiferente-
Sí. Ésa chica, no se da cuenta. Y pensar que la tengo aquí en frente, con una camisa de los Rugrats y un pantalón rasgado, además de que lleva unas pantuflas de los "Escandalosos"que le quedan de maravilla -respondió Leonardo-
¡OMG, por los dioses de los Olimpos! Le gustó a Leonardo.
¿Cómo fui tan despistada?
Grace al unir los puntos de referencia se quedó impresionada, podía esperar cualquier cosa del día, pero no esa.
-Leonardo, yo...-dijo ella en un suspiro-
-Tú eres quien me fascina, Grace Sophia Hernández.- Desde aquel día que te escuché en el salón de música- dijo Leonardo para luego ser interrumpido por un beso,un beso dulce por parte de Grace-
-Me encantas, cabeza de Alelí- respondió Grace después de aquel beso-
¿En qué piensas, Arturo? -preguntó su hermano mayor-
En Grace, Grace Hernández. -respondió viendo una de las fotos de ella en su perfil de Facebook-
¿Ésa chica que te rechazó? -preguntó el pelirrojo-
-Sí. Ésa chiquilla se las trae, pero me encanta.-
Hermano, ¿qué tramas? -inquirió nuevamente su hermano preocupado-
Algo... Antes de que el año escolar terminez, tendré a esa nena loquita por mí. ¡Como que me llamo Arturo! -dijo dando un brinco de su cama-
-Hermano menor, por favor no busques la quinta pata del gato-
¡Sos un aburrido de quinta, Ernesto! -exclamó él-
Aburrido no, ¡consciente! -respondió Ernesto-
Ésa chiquilla mientras más difícil mejor, me fascina. -Lo lograré,ya verás-
• ¿Qué estará tramando el porteño? •
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Con amor, Grace.
RandomGrace es una chica que tiene muchas cosas para decir al mundo, pero no sabe cómo decirlas de frente, así que decide escribir cartas para expresar cada situación. Pero no es un típico diario de una adolescente. Dejemos que las cartas hablen.