Juntos

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¡Oh, mi hija es universitaria! -exclamó Andrés levantando a Grace unos centímetros del suelo por medio de un abrazo-

¡Lo logré, lo logré! -respondió ella tapándose los labios con su mano derecha de la emoción-

Felicidades, hermosa- habló Leo con una sonrisa ladina en su rostro-

Gracias mi amor-contestó ella

-Bueno, ya sé que nos veremos entre clases-

Espera, Leo. ¿Cómo planeas venir desde Los Ángeles? -preguntó Grace con ojos entrecerrados-

Leo me dijo días después de empezar nuestra relación que se mudaría a Los Ángeles después del acto académico porque su mamá tenía una oferta de trabajo grande. Ahora estoy mood: ¡Que alguien me explique!

-Bien, el asunto es que: no me mudo a California, porque al aplicar secretamente a la NYU y ser aceptado, y después de suplicar y suplicar, acepto que me quedara aquí.-

¡Este chico sí sabe cómo sorprenderme!

¡No puede ser! -exclamó alegremente Grace para abalanzarse a los brazos de su novio y ser cargada cual niño pequeño-

Bueno, bueno. ¡Tengo hambre y hay que celebrar! -dijo Ramiro abriéndose paso hacia la cocina-

Oh, sí su magestad. ¡Ya vamos! -contestó Fabiana siendo seguida por los chicos-

Después de muchas risas, lágrimas causadas por ella, y diversión total, la cena había terminado, hecho que trajo consigo que todos se marcharan a descansar.

El día siguiente sería especial para todos. Era su último día de clases, el reloj marcaba las cinco y cincuenta de la mañana en el cuarto de Grace cuando fue tumbada de la cama gracias a una llamada grupal que había iniciado Ramiro.

¡Oh, vamos Ramiro, otra vez no! -gritó Grace sobándose la rodilla que había sido lastimada debido a su caída de la cama y luego aceptar la videollamada-

¡Saben qué día es hoy! -dijo Ramiro ya vestido para ir a la preparatoria-

¡Día de dormir media hora más! -contestaron los demás algo molestos y adormilados-

-¡Sé que me odian, pero es nuestro último día de clases!-

Ramiro, pero podías llamar no sé, más tarde o esperar a vernos en el liceo -dijo Leonardo mientras se restregaba los ojos debido al sueño-

Sí, lo sé. Pero este día lo iniciamos juntos y lo terminamos juntos querido Leo -contestó él tomando un sorbo de su café-

Eso sonó raro -comentó John mirando fijamente a Ramiro-

Ramiro, te estoy odiando por hacer que me cayera una vez más de la cama, pero. Tienes razón. -dijo Grace con una pequeña sonrisa- ¿Están listos guapuras tropicales?

Oh sí, nací lista. -dijo Lucía sacudiendo su cabello-

Anótame en ese club que yo, soy la líder -respondió Anne Marie levantando su ceja izquierda-

¡Oh, hagamos esto! -dijeron al unísono para finalizar su llamada grupal-

En vista de que mi mejor amigo me tumbó de la cama, -literalmente- decidí tomarme mi tiempo para arreglarme, era finalmente el último día de escuela, hecho que traía consigo el baile de graduación.

Después de cuatro años, cuatro largos años había llegado el momento, me bañé, tomé mi camisa amarilla, mis jeans rasgados y mis botas, no me van a creer esto: de tacón, oh sí nenes, me puse botas con tacón incluído.

En fin, me coloqué rubor, mi brillo favorito y me hice una cola de caballo. Pero como la música no podía faltar, tenía de fondo "Dame un beso" de Guaco y Juan Miguel  mientras me arreglaba.

Los muchachos y yo acordamos de vernos en el parque que está cerca de mi casa para irnos a la preparatoria juntos, algo que hacíamos de vez en cuando, pero hoy se volvía especial.

Después de caminar, burlarnos unos a los otros, llegamos. Y decidí ir a saludar a papá antes de que empezaran las clases, qué loco. Hace unos meses era mi profesor y ahora somos familia.

Ahí estaba, leyendo uno de sus tantos libros con los pies encima del escritorio, Valemadrista.

-Profesor Rojas, ¿usted no sabe que está rompiendo las reglas?-

Oh, lo siento. Es que de verdad no pude evitarlo -contestó él bajando los pies apenado-

¿Cómo estás? -dijo Grace dejando su bolso en el suelo y tomando asiento en uno de los puestos del salón-

Bien, ¿Lista para el último día de clases? -preguntó Cristóbal levantándose para darle un beso en la cabeza a su hija-

Pues, sí. ¡Finalmente me libraré de sifrinas y todos aquellos que me caían mal! -dijo Grace alzando los brazos en señal de victoria-

-Ja, Estefanía por favor.-

Ay vamos, es la verdad -respondió Grace dejándose recostar en el asiento de brazos cruzados-

Por cierto, ¿Te molesta que te llame Estefanía? -preguntó Cristóbal tomando asiento al lado de ella-

-Pues, no. Me es indiferente,ya que Estefanía o Grace, soy yo-

¡Oh, te quiero tanto! -contestó tomando de la mano de Grace sonriente-

También yo, profesor -le respondió con el mismo cariño-

-Estás linda hoy, ese era el color favorito de tu madre-

-Gracias, en serio me hubiese gustado conocer a Nathalie-

Lo sé. Bueno, hay que iniciar una última vez -indicó Cristóbal levantándose del lugar-

-Hagamos esto! -respondió Grace recuperando la compostura-

Después de que entraran todos los muchachos al salón de Cristóbal, la clase fue muy movida, como solía ser desde el inicio.

Bueno, sin más nada que decir. No les deseo una vida perfecta, porque lo perfecto está gastado, pero sí una vida llena de sabiduría para recorrer todo este loco trayecto de la vida -declaró el profesor caminando entre los asientos de sus alumnos dándoles una mirada rápida-

Lo vamos a extrañar profesor -dijo uno de los chicos-

-Yo también, han sido un grupo especial. Gracias a esta escuela, encontré lo que tanto buscaba sin darme cuenta, a mi hija.-

¿Cómo profe? -preguntó Fabián, uno de los compañeros de Grace-

Mi hija, es una larga historia. Pero ella se encuentra aquí, y es la de camisa amarilla con cola de caballo -soltó él señalando a Grace-

-Oh sí, yo tampoco lo sabía. Pero sí, soy la hija del profe-

¡WOW! -exclamó el resto-

¡En fin, felicitaciones muchachos! -terminó Cristóbal-

Antes de que los demás empezaran a bombardearlos, el timbre sonó, indicando el fin de la clase de literatura.

Luego de ver a Ramiro dormirse en el laboratorio de biología, y una charla con el resto de los profesores en sus respectivas horas, a las tres en punto, el timbre hizo su peculiar acto de presencia, diciendo que el año escolar había terminado.

Lo había logrado, lo habíamos logrado, juntos.

¡Ah sí, falta el baile y el acto académico!

Con amor, Grace.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora