Contemplo en la lejanía a Lilly recostada en la cama de Samanta, y aún siendo ella tan hermosa, esas sabanas solo le quedan bien a mi hermanastra. El conjunto de la flores violetas con el resplandor de su pálida y bella cara hacen la perfección.
- Estaré pendiente de ella toda la noche, te lo prometo-dice Samanta al notar mi preocupación.
No puedo dejar de pensar que soy quien ha dejado caer en las garras del demonio a mi mejor amiga, todo esto por un juego de niños en el que teníamos que hacernos pasar por una pareja feliz solo para joder a mi hermanastra y hacer que vuelva conmigo. Todo lo que envuelve a Samanta y mis sentimientos por ella hace mella en las personas.
- Seguimos jodiendo la vida a las personas, Samanta.
Incrédula y sin saber por dónde le va a venir todo esto, cruza sus brazos esperando una explicación respecto a mi declaración.
- Tenías razón en algo que dijiste antes: yo no soy el único culpable en todo esto y tú si tienes culpa-aunque me duele ser sincero, tengo que ser honesto y no echarme todas las cargas a mí.- Mira nuestro alrededor, Samanta, todo el mundo está roto en mil pedazos por nosotros y seguimos sin poner una pausa a esto.
- ¿Crees que no quiero parar todo lo que nos rodea, Edén?
No dudaba de sus deseos por romper nuestro ímpetu de jodernos el uno al otro, a todo el mundo en general, pero somos incapaces de dejar la relación atrás.
- No dudo de que tú lo quieras parar, pero no instalamos ningún método.
- ¿No estamos poniendo métodos?-enarca una ceja y frunce el ceño enfadada.- Te mudaste de tu propia casa, yo voy a casarme con otro hombre e intentamos estar lo más lejos posible el uno del otro, ¿no es eso poner precaución?
Algo no funciona cuando seguimos estando unidos y volviendo a recaer una y otra vez en lo mismo.
- Nunca podremos librarnos el uno del otro hasta que vuelvas con tu futuro marido a donde seas que vayas, distanciada de mí.
Se remueve incomoda en su posición, tirando de las hilachas sueltas de su suéter blanco, el cual rodea su cuerpo de una forma magnífica.
- Edén yo no creo que me marche de aquí otra vez.
¡Mierda!
- ¿Perdón?-consigo decir con una expresión de sorpresa en mi rostro.
- Voy a casarme pero después pienso buscar algo aquí para vivir con él-detengo mi mirada en su facciones, las cuales están relajadas. Ella al ver mi comportamiento defensivo consigue decir- Me vine aquí por casualidad, te conocí y quise amar esta tierra porque estabas tú en ella. Mi madre se vino aquí para poder estar conmigo ya que yo decidí una vida contigo. Me enamoré de ti pero junto contigo también lo hice del Toxic, la playa, la biblioteca...Este es mi sitio, Edén.
¡No! ¡De ninguna manera puede pasarme esto!
Pensaba que ella era feliz allí en Barcelona con su gran prometido, teniendo unos trabajos de la hostia y queriendo crear una familia feliz, esas que suelen salir en las películas americanas. ¿Cómo puede cambiar de parecer con tanta facilidad?
- Pensé que eras feliz allí-contesto con un tono seco y distante.
- Aquello no está mal pero siempre he querido estar aquí, eché mucho de menos este lugar.
Desesperado, así me siento. Jamás se pondrá un final a esta puta mierda. Aunque ella se case, a pesar de que tenga el mejor hombre durmiendo a su lado, sé de sobra que ella volverá a caer en mis redes perversas y yo no podré hacer nada contra mis impulsos más internos de querer volverla hacer mía una vez más.