Capitulo 33

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Capitulo 33.

Después de una llamada y usando mis dotes que me ha brindado la vida y mi experiencia en mujeres, me dirijo a un lugar desconocido para mí, pero a la vez sé que no voy a querer separarme de ese sitio nunca.

El intento de hacer recapacitar a Samanta tras su comportamiento, me ha dejado bastante cachondo y caliente, tanto que mi entrepierna sigue bien erguida y me suplica que la descargue lo antes posible. Por eso mismo voy a donde quería estar desde hace bastante tiempo.

Con el coche recorro las calles colindantes al piso de Clara. Detrás de aquellos edificios con tonos grises, cruzando la rotonda me espera una chica de ojos verdes y un pelo perfectamente arreglado en ondas.

- ¿Espera a alguien señorita?-bromeo cuando paro a su lado.

Una sonrisa bien delineada se crea en su bonito rostro.

- Pensé que volverías a dejarme tirada por la niña pija-comenta y entra en el coche, junto a mí, en el lado del copiloto.

- No la llames así-disputo con un tono bastante cortante. –Ya sabes que el tema es más complicado y profundo.

Deja pasear por mi mandíbula unos de sus dedos.

- Si me explicases que haces con ella, no tendría tantas dudas-replica con intenciones de ponerme nervioso.

Por alguna extraña razón October me está interesando cada vez menos. Me gustaba cuando no se preocupaba por nada y hacía lo que le daba la gana. Ahora cada dos por tres me saca el tema de Samanta y quiere saber qué es lo que tengo con ella. Sus celos me están cansando y haciendo perder el interés en ella.

- No tengo ganas de hablar de ese tema-comento, removiéndome en el asiento incómodo por su comportamiento.

- ¿Qué ha pasado con el chico que no me dejaba tranquila y que por cojones quería tenerme en su puñetera cama?-pregunta, decepcionada por mi comportamiento.

A pesar de no tener el mismo interés en ella como lo tenía antes, sigo con ganas de follármela y tener su cuerpo a mi total disposición, eso no ha cambiado en absoluto.

- Sigo teniéndote muchas ganas, por algo estoy aquí-explico, dejando de mirar la carretera un segundo para clavarle la mirada en el exuberante escote que lleva.

Contemplo como sus dientes muerden el labio inferior, lo que me pone mucho más caliente de lo que estoy.

- ¿Dónde pretendes llevarme?-pregunta mientras se desabrocha el cinturón y comienza a rozar sus labios por detrás de mi oreja, en una zona que me hace hasta temblar.

- Vamos a un sitio donde podré verte desnuda por completo-contesto, torciendo la cabeza hacia el lado donde percibo el cosquilleo.

Con su lengua traza una línea hasta mi cuello, donde deja pequeños mordiscos, los cuales me ponen la piel de gallina.

Acelero el coche para llegar lo antes posible al hotel "Arabia", donde he ido muchas veces con diferentes mujeres y me ha brindado los mejores polvos de mi vida.

- ¿Es aquí?- pregunta cuando se percata de que he dejado el coche en el gran estacionamiento que se halla en el hotel.

- Sí- afirmo, bajando del coche.

Decidido entro en el hotel y voy hasta recepción. Una alegría me invade al ver como sigue allí alguien a quien no veía desde hace mucho tiempo.

- Hola, Martín-le saludo al anciano. -¿Cómo va todo?

Este se sorprende al verme.

- ¡Cuánto tiempo muchacho!-dice alegremente con los brazos abiertos. Sale de su puesto y me abraza. -¿Por qué no has pasado más a menudo por aquí?

Volverás a ser mía. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora