"Las cosas iban relativamente bien para las mejores amigas Ámber, Emma y Brittany hasta que son víctimas del destino y tienen que regresar a los Ángeles.
El destino es caprichoso, siempre lo han sabido. ¿Adivinas su nuevo capricho? Ellas. Problemas...
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Eran casi las nueve de la noche y estaba apurado, Ámber lo había llamado antes, agradeciéndole por lo que había hecho por su mejor amiga, aunque su voz era inminente de felicidad, la conocía tan bien como para adivinar que estaba llorando. Y cuando él mencionó eso, su tono cambió, insistiendo en que ella necesitaba hablar con él, y que era importante. Aunque él quería hablarlo durante la cena, ella le había informado que lo esperaría tan pronto como terminara el trabajo y que estaba cenando con sus mejores amigos. Aunque Andrew tenía tantas ganas de comer con ella, de alguna manera pensó en los montones de papeles enterrados en su oficina, así que lo dejó ir. También había planeado visitar a Brad junto con Christopher y Albert. Dios conoce a su mejor amigo, los necesitaba más, aunque estaba enojado porque este último nunca se los mencionara, de alguna manera sabía cómo es Brad. Brad en realidad es como Christopher, cada vez que tienen problemas, generalmente se lo ocultan hasta que de alguna manera Albert o él lo sacan de su sistema.
Estaba hurgando en las llaves de su nuevo S550 Mercedes Benz en su bolsillo cuando alguien apareció frente a él.
―. ¡Tú! ¿Qué estás haciendo aquí? ―. Él la mira mientras maldice en silencio.
Ella se burla de él. ―. Estoy aquí para darte esto. ―. Le entregó el paquete cuando él no lo tomó, lo golpeó en su auto. Dudó, pero luego decidió abrirlo, sacó la imagen y luego la vio. Sus ojos se abren sorprendidos, sus dedos agarrando las fotos. Sus cejas se arrugan cuando mira hacia arriba, ella estaba sosteniendo una pistola contra su cabeza.
―. ¡Ven conmigo sin pelear, Andrew! ―. Ordenó mientras deslizaba el arma hacia su barbilla. Apretó los dientes mientras sus ojos mostraban diferentes emociones.
―. ¿Por qué haces esto Miranda? ―. Su voz firme.
―. Oh, esto no se trata de mí, se trata de Andrew. Se trata de ella. Ahora entrega las llaves o Brad morir.
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―. Albert, ¿Brad te llamó?
―. ¡No, no lo hizo! De hecho, lo llamé hace una hora, pero fue directamente a su correo de voz, probablemente estaba saliendo con Emma y las chicas. —
