Daniel Oviedo, esto es efímero.

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Llegamos hasta dónde están los chicos: Jesús, Dani, Lucas, Marco y Hugo. Los saludo a todos ya que yo ya los conocía, les presento a mis amigas y estas sonríen encantadas. Entramos en el local y nos sentamos en un sofá grande, pedimos dos cachimbas y las bebidas. Estoy bastante agusto con los chicos, nos cuentan cosas y nosotras no podemos parar de reír. La conversación entre nosotros es muy fluida y todos participamos en ella, incluso Dani lo que me sorprende bastante. Jesús está a mí lado sentado y se pasa la mayoría del tiempo diciéndome cosas al oído, es como si solo estuviésemos nosotros dos. 

Dani se levanta y va hacia la puerta, no aparto la mirada de él. Sacudo la cabeza levemente y vuelvo a meterme en la conversación que están teniendo ahora. Bebo de mi copa dejándola por la mitad, dos minutos más tarde Dani vuelve a entrar pero esta vez no solo, si no que a su lado hay una chica rubia, alta y delgada, una Barbie de revista. Joder, otra vez esa maldita punzada. Vuelvo a beber de mi vaso pero esta vez me lo acabo entero de una. Jesús me mira desconcertado.

-Chicos- dice Dani dirigiéndose a nosotros- os presento a Cloe, espero que no os importe que se quede.- ¡¿Quedarse?! Respira hondo Ares, céntrate en Jesús.

-Voy a ir a la barra a pedirme otra copa ¿quieres otra? -Me pregunta cerca de oído y asiento como respuesta. Necesito otra copa y cien más creo yo.

Mis amigas han hecho muy buenas migas con los chicos y me alegro de que se lleven tan bien, no estaría mal quedar más veces durante este verano. Nos han dicho que son de Madrid y que solo van a estar aquí hasta principios de agosto, se quedan menos tiempo que los gemelos. Jesús aparece cinco minutos después con mi bebida, genial. Me da el vaso y le doy un gran trago.

-¿Estás bien?- Me decide y asiento sonriendo. Estoy de puta madre ¿porqué debería estar mal?

Jesús no me vuelve a decir nada más y sigue hablando con mis amigas especialmente con Andrea. De vez en miraba a Dani de reojo y lo veía tonteando con aquella chica, otra punzada más. Sigo bebiendo y fumando cachimba junto con las chicas. Me termino la segunda copa y voy a por la tercera. Me levanto de mi sitio con cuidado de caerme, me dirijo hasta la barra y le pido al camarero un puerto de indias con sprite. Alguien se apoya en la barra justo al lado mía.

-Jesús estoy bien, no hace falta que me cuides.- Me giro y lo miro. No es Jesús.

-Te equivocas de hermano.- Suelta una pequeña carcajada.

-Dani- lo miro fijamente- ¿qué haces aquí?

-¿Qué pasa? ¿Qué eres la única que puedes pedir copas o qué?- Joder Ares menuda preguntita, ¿qué te crees? ¿qué va a venir a estar contigo?

-Cierto- cojo mi copa y le doy un trago- me vuelvo con las chicas.- Me doy la vuelta apartándome de la barra, Dani me coge de la muñeca y siento un escalofrío por todo mi cuerpo. Me giro mirándolo.

-Siento mucho lo del otro día- Me dice. Esto no me lo esperaba.- Sí que me acordaba de ti la otra noche y siento mucho lo de la playa.-

-Yo también siento mucho lo de la playa.- Le sonrío y me suelta de la muñeca.

Me doy la vuelta y me dirijo con el resto del grupo. Kassandra me mira desconcertada, le hago un gesto para que mire el móvil y le escribo lo que acaba de pasar. Jesús se gira hacia mí e iniciamos una nueva conversación solo nosotros dos.