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Tres días después de pruebas, observaciones y reposo me dan el alta y por fin puedo irme a casa. Jesús vino esta mañana un rato con las chicas y luego se fue. Dani no se ha separado de mi lado en estos días. Iba a su casa a ducharse y volvía. Mis padres, Dani y yo salimos del hospital para ir a casa. Dejamos a Dani en su casa y fuimos a mi casa. Cuando llegamos subí a mi habitación y me tumbé en la cama. Después de un rato me quedo dormida.

Cuando me despierto son las 21.30 de la noche. Me muero de hambre. Bajo las escaleras, las luces del salón están apagadas y parece que no hay nadie. Una luz sale del jardín, me asomo a la puerta y veo a todas mis amigas allí junto con los gemelos y Kassandra por videollamada.

-¡Bienvenida a casa Ares!

Dicen todos al unísono, yo les dedico una amplia sonrisa y corro a abrazarlos a todos. 

-Tus padres nos han dado permiso para hacerte una pequeña fiesta. -Dice Carla.

-¿De quién ha sido la idea?

-Puede que mía.

Veo a Dani levantando la mano mientras sonríe. Me acerco a él y lo abrazo. Nos sentamos alrededor de la mesa. Hay comida y bebida. Después de cenar nos hacemos un par de fotos para las historias de Instagram. Mientras los chicos seguían su conversación miré a Dani que estaba al lado de mí.

-Oye, ¿has descansado?- Le acaricio la mejilla suavemente.

-Sí.

-¿De verdad?

-Cuando llegué a casa estaba rendido.

Suelto una pequeña risa y él bosteza. Se ha llevado muchos días conmigo en el hospital sin apenas descansar es normal. Los dos volvemos a la conversación de nuestros amigos. Kassandra ha colgado porque por lo visto va a salir de fiesta. Miro a mis amigas mientras se ríen. La verdad es que cuando me vaya las voy a echar muchísimo de menos aunque vendré siempre que pueda. Son las mejores y no quiero me gustaría perder algo tan importante para mí. 

Después de un rato llegan mis padres que salen a saludarnos y se van al salón. A ellos también voy a echarlos mucho de menos. Me incorporo en la conversación que están teniendo mis amigos. Están hablando de un viaje que hicieron los gemelos hace dos años a Barcelona. Apoyo la cabeza en el hombro de Dani mientras escucho a Jesús atentamente.

Sobre las 03.00 de la mañana comenzamos a recoger. Cuando hemos terminado los chicos se van. Yo cojo una chaqueta y salgo con Dani. Jesús va a acompañar a Andrea a su casa y yo voy a quedarme con Dani en el banco de siempre. Me siento encima de él mientras que me acaricia el pelo.

-¿Cómo estás?

-Bien, he descansado y estoy muy bien.

Ambos sonreímos y Dani me da un dulce beso en los labios. Me abraza por la cintura y yo le rodeo el cuello con mis brazos.

-¿Sabes qué me voy en una semana?

-Dani no, no quiero pensar en eso ahora mismo de verdad.

Él suelta una pequeña risa.

-No me dejas terminar. Quiero que pases esta última semana conmigo en casa.

-¿En serio?

-Claro. Jesús también va a decírselo a Andrea.

-Hablaré con mi madre, no creo que vaya a ver mucho problema.

-Perfecto entonces.

Sonrío y los dos nos besamos. Voy a disfrutar esta última semana al máximo con él, Jesús y Andrea. A principio de Septiembre voy a comenzar a instalarme en Sevilla antes de empezar la universidad. 

Escuchamos unos pasos detrás nuestras y una tos. Cuando miramos y vemos que es Jesús, ambos reímos y Jesús se sienta al lado nuestra. 

-¿Le has preguntado a Andrea lo de quedarse esta semana?- Pregunta Dani.

-Ha dicho que sí.

-Entonces a mí me dejan seguro.

Los tres seguimos hablando y cuando me despido de ellos, entro en casa directa a mi habitación. Menuda semana me espera.

Daniel Oviedo, esto es efímero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora