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No creo que sea buena idea y si mis padres se despiertan y no me ven en la cama les va a dar algo.

-No creo que sea buena idea Dani- le digo finalmente- nos vemos mañana mejor.

Dani asiente, se gira para marcharse y yo saco las llaves de mi bolso, meto la llave en la ranura y me doy la vuelta.

-¿Sabes? No tengo ganas de recogerme hoy- Dani se gira para mirarme y sonríe- así que tú decides ¿dónde vamos?- Saco la llave y me acerco a Dani.

-Eres tú la que vive aquí, sorprendeme.- Asiento sonriendo y guardo las llaves.

Comenzamos a caminar en dirección al centro de la ciudad. Dani y yo vamos charlando por el camino, le pregunto por su relación con Lucas.

-Nunca me dio muy buena espina- me explica- aunque con mi hermano se lleva de maravilla. Aunque a decir verdad no se como reaccionará mi hermano con él después de lo que te ha hecho esta noche. -Le miro. Es verdad, me había olvidado de Jesús.

-Debería contárselo a tu hermano.- Digo cogiendo mi móvil. Pero Dani me para antes de que le cuente nada.

-No ahora por favor, demos una vuelta y despejémonos.- Me pide y yo asiento. Guardo el móvil y entramos en la plaza de la catedral.

Dani y yo caminamos por las calles vacías de la ciudad. Solos él y yo. Si me dicen unos días antes que yo iba a estar dando una vuelta con el capullo de la playa me hubiese reído. Acabamos en el paseo marítimo, estamos exactamente en frente de la playa 'La Caleta'. 

-Ven conmigo.- Lo cojo del brazo y los dos bajamos a la playa. 

-¿ A dónde vamos?- Me dice desconcertado.

No le respondo, solo me limito y quitarme los zapatos y mis pies tocan la fría arena. Voy caminando hacia la orilla de la playa y Dani no me dice nada, solo se limita a seguirme. Dejo los zapatos y el bolso en la arena y me siento en la arena. Dani se sienta a mí lado sin decir nada. Los primeros rayos del sol del día ya están asomando por el Este y los dos disfrutamos de un bonito amanecer sin decir absolutamente nada. Dani coge agua con la mano y me salpica.

-Pero ¡¿qué coño haces?!- Le grito y él no para de reír- ¿con qué esas tenemos no? Vale muy bien.- Me levanto, me acerco al agua y le echo agua con el pie mientras me río.

Dani se levanta y yo empiezo a caminar hacia atrás.

-Venga ya estamos en paz.- Me río y le miro mientras retroceso.

-Oh no, esto solo acaba de empezar.- Dani corre hacia mí, me coge de la cintura y me sube sobre su hombro.

-No no Dani, por favor- le suplico a la vez que pataleo- Suéltame por favor.- Le digo sin dejar de reírme.

De repente me suelta y me hundo en el agua, salgo a la superficie y el agua me llega a la cintura.

-¡¿Tú eres gilipollas o qué te pasa?!- Le grito. 

-¿Ya no te ríes tanto no? -Me dice soltando una risa leve.

-No tiene ninguna gracia.- Me cruzo de brazos.

Me subo a la espalda de Dani cuando está desprevenido haciendo que se hunda en el agua. Lo miro riéndome cuando sale a la superficie.

-¿Ya no te ríes?- Me río- Ya estamos en paz.-

-Tienes razón.- Me sonríe. 

Salimos los dos del agua empapados y vamos a por nuestras cosas. Nos ponemos los zapatos y vamos en dirección a mi casa. Suerte que es temprano y no hay mucha gente por la calle. Solo hay coches de personas que van al trabajo. Llegamos a mi casa y lo miro quedándome cara a cara con él.

-Me lo he pasado muy bien.- Le digo sonriendo.

-Yo también Ares.- Me dice sonriendo- Deberíamos quedar más veces.- Dios otra vez esa punzada en el estómago.

-Claro, ¿por qué no?- Le respondo.

Me da un beso en la mejilla en forma de despedida y se aleja. Me acerco a la puerta y abro. Entro sigilosamente y miro la hora en el móvil. Mis padres todavía no tienen que irse, genial. Entro en el baño y me miro en el espejo, estoy empapada pero no me importa.

Daniel Oviedo, esto es efímero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora