But I still want you |Taegi|

Nam y Jin

—Eh, disculpa ¿Eres NamJoon, cierto? Taehyung dijo que te avisara que él no podrá venir.

Namjoon abandonó su teléfono en la mesa, se quitó el único audífono que tenía en la oreja derecha y levantó la mirada.

—¿Te conozco? —Observó al chico rubio, no recordaba haberlo visto antes, mucho menos cerca de Taehyung.

—Ah ¡AH!, no, jaja, no nos conocemos. Soy Kim SeokJin. Trabajo en la florería de enfrente. — El pelirrubio sonrío mientras señalaba el establecimiento, el moreno sólo asintió.

—Oh. Bueno, Soy Kim Namjoon, pero me dicen Nam. — Respondió devolviendo la sonrisa. — ¿De dónde conoces a Tae? ¿No te dijo por qué no pudo venir?

—Okey, amm ¿Cómo te explico que en realidad a Taehyung no lo conozco en absoluto?

Entonces el moreno dejo de beber su café, se tomó un momento para respirar y dirigió la mirada al otro joven.

—Dime que no te contrató como secretario por favor.

El pelirrubio se estremeció y parpadeo un par de veces tratando de comprender que es lo que acaba de escuchar.

—¿Qué? ¿Por qué haría eso?

—Bueno querido Seokjin, el joven Kim Taehyung es un ser muy extraño de dieciséis años que goza contratar personas para que realicen sus obligaciones.

El pelirrubio rio aún confundido por la situación. El moreno sonrío y él preguntó si quería sentarse con él un momento.

La cafetería estaba vacía, el sol se desplegaba por los cristales de la ventana, apenas eran las siete de la mañana y los postres recién horneados soltaban aquel aroma a pan recién horneado.

Los jóvenes conversaban y más gente continuaba llegando, en medio de todo, la mano del pelirrubio se extendió entre las pocas personas del mostrador. Una de las meseras se acercó y tomo la orden.

—Pediré un helado de vainilla y un té de canela y manzana por favor. ¿Y tú Nam no quieres algo?

—No soy mucho del dulce, sólo un café amargo, nada más, gracias.

La mesera asintió y se retiró.

—Bueno explícame, ¿Quién te hizo tanto daño para que te guste la vainilla?

El moreno cruzó sus brazos y sonrío. El pelirrubio tenía una expresión de enojo y confusión.

—Disculpa...la vainilla es lo mejor que se pudo crear.

—Ay por favor, es tan simple y sencilla.

—Bien, bien, veamos entonces ¿Cuál es tu sabor de helado favorito?

El pelirrubio cruzó sus piernas y alzando ligeramente la barbilla levanto una de sus cejas. El moreno observó atentamente los movimientos del rubio y por un instante se puso nervioso.

—Bien, el marmoleado de mora es mejor, y te lo dice un joven de 17.

—Espera tienes 17, yo tengo 19...JAJAJ pobre joven sin experiencia, eres un bebé, con razón no puedes apreciar el sabor de un buen helado de vainilla.

—Sólo dos años hijo de Tutankamón, no te creas una momia.

El rubio empezó a reír a carcajadas y el moreno creyó que moriría de vergüenza, la risa se podría escuchar hasta la otra esquina de la ciudad.
Pero dejo se prestarle atención a la gente mirándolos, escuchó más atentamente y su corazón se llenó de calidez.

—Okey, eso no fue para nada gracioso.

—Si lo fue, por qué crees que me reí así. JAJAJJ

—Mejor Cuéntame ¿Cómo es que Taehyung, a quién no conoces, te envío a mí?