Rather be

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Es viernes, el sol ataca delicadamente el pelimenta cabello de Min, sus ojos son forzados a abrirse tras recibir luz en ellos.
Sus blanquecinas manos viajan de la cintura de Taehyung a sus ojos, para frotarlos y acostumbrarse a la claridad.

Pero eso no funciona, ya que el mismo sol se encuentra durmiendo a su lado.

—Tae... ¿A qué hora llegaste anoche?

El castaño recupera la conciencia tras escuchar su nombre, su nariz se arruga y sus ojos se fuerzan a ser cerrados. Con un puchero responde.

—Si no mal recuerdo me acosté a tu lado cerca de las dos de la mañana. —Sonriendo, logra abrir uno de sus ojos para observar al mayor, y de una manera coqueta su mano cepilla su cabello hacia atrás. Sujeta al pelimenta y con su ronca voz de la mañana, le susurra al oído. — No pude dormir, me concentré en ti.

El pálido joven ahora está rojo y avergonzado.

—Pero en fin...es hora de desayunar ¿no te parece?

Sigue siendo viernes, pero ya son las ocho de la mañana, y con algo de pereza los dos jóvenes abandonan el cálido departamento.

—Le pedí a Namjoon que nos prestará su auto.

—¿A dónde iremos?

—Desayunamos y pasearemos un rato.

El viaje en auto es sencillo, la silla va en los asientos traseros y Min se acomoda en el asiento de copiloto sólo para observar detenidamente al castaño.

Un paseo sencillo y corto. Pero cuando llegan al parqueadero, Seokjin llama.

—¿Jin?

No es por molestarlos, pero ¿sería posible que tomaran mi lugar en una reservación?

—¿Eh?

Jaja perdona YoonGi primero ¿Cómo has estado? En fin, iré al grano.
Yang Mi se enfermó. Íbamos a comer en una cafetería, pero ya que no podemos ir no quisiera que la reservación se pierda.

—Si Tae, la esposa de Seokjin se enfermó....Eh si Jin te escuchó, Tae preguntó algo.

Te enviaré la dirección del restaurante, la reservación está a mi nombre y no te preocupes por los gastos de la comida de eso me ocupo, gracias por ayudarme. Adiós.

No pasó mucho tiempo, al recibir el mensaje del Pelinegro y ponerse en marcha.
Fue mucha la sorpresa que recibieron al ver tal elegante cafetería.

—¿Seguro que Jin no es millonario?

—Muy seguro Min. Pobrecito, debe haber ahorrado mucho para pagar este desayuno y su esposa se enfermó.

Al entrar una gran pintura los recibió, al final del corto pasillo una elegante mesera los esperaba.

La silla se desplegaba con facilidad, en la suave alfombra roja quedaban marcas de aquellas ruedas. Min estaba nervioso.

—Buenos días, bienvenidos a Sweet Company, gustan hacer una reservación. — Con un elegante moño, y una piel de porcelana la joven abrió un gran libro sobre el mostrador.

—E-eh n-no. Nosotros ya tenemos reservación.

Min sonrío ante el tartamudeo del castaño.

Luego de mencionar el nombre del pelinegro pasaron a un bello y amplio salón, en medio de todo ese lujo, un elegante y blanco piano.
Min tenía la mente en blanco, el piano lo llamaba y sentía que debía acercarse, pero no podía hablar. Se quedó callado.

—Bien ¿Puedes ir a la mesa cierto? Iré al baño, no me demoro.

Estaba sólo ahora, tenía ansiedad y sus dedos, colocados suavemente sobre sus muslos formaban acordes sin razón.

Le empezó a doler la cabeza, una sensación punzante y dolorosa. Taemin se presentaba en su cabeza, la voz de su madre irritada y enojada lo atormentaba.

—¿a-ah?

No hay manera de saber como, pero ahora está frente al piano, el sillón está arrojado a un lado, su silla encaja perfectamente y sus manos ya están listas.
Min tiene miedo, siente que cualquier nota saldrá mal, que todo sonido parecerá una pesadilla, y un Do resuena en el salón.
Una nota grave, ¿A qué te recuerda?

Ah, es cierto. La voz de Taehyung, su sonrisa cuadrada, sus grandes y suaves manos sujetando su cintura, su muslo izquierdo mientras conduce.
Aquella respiración, su suave tacto, sus pasos a espaldas de YoonGi combinado con el sonido de las ruedas recorriendo el lugar. Sus suspiros de pereza siempre que se queda estudiando hasta tarde, sus bostezos en la mañana cuando abre los ojos y esas largas pestañas y desordenado cabello castaño lo vuelven loco. Sus lágrimas y su expresión de tristeza cuando ven películas dramáticas.

Y...sus besos, en el frente, tan delicados, aquellos labios que lo tocan como si de porcelana se tratase, las veces en las que une su nariz para un tierno beso esquimal y ese beso importante, el primer beso que recuerda la noche de año nuevo y el auto de Nam.

La música se adueñó de él, el piano sonaba sin que él lo pensará. Una melodía suave y tranquila. YoonGi tocaba de nuevo el piano.

— ¿Volviste a tocar? Dijiste que ya no recordabas como.—La voz profunda del castaño interrumpe sus pensamientos, y Min voltea suavemente su silla para mirarlo.

—Lo hago. Toco horrible, la única razón por la que talvez suene hermoso para ti debe ser porque estas loco.

—JAJA ¿bueno entonces suena bien por que me volví loco?

—En realidad toque de ésta bella forma porque pensaba en ti mientras lo hacía.

-—Y a mí me sonó como el canto de un ángel porque estoy enamorado de ti.

-—Y a mí me sonó como el canto de un ángel porque estoy enamorado de ti

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Me demoré...lo siento.
Estuve algo ocupada, quería subir un capítulo para su viernes trece pero me atrase.
En fin el domingo es mi cumpleños y no sé que hacer jaja.
Bueno sólo eso, descansen, laven bien sus manitas, cuidado con el coronavirus.
Voten;-; la canción que toca YoonGi está ahí. La letra si gustan buscarla representa lo que siente Min por Tae.

Los amo

-BeyondCoffee

But I still want you |Taegi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora