Don't Forget Me ||Editando||

Capítulo 12

Harry golpea mi hombro al notar mi distracción.
—¿No te molesta que esté aquí? Porque podría irme, descuida—digo rápidamente.

—¿Qué? ¡No! Claro que no molestas—sonríe mientras posa su mano en mi antepierna, siento mi piel calentarse y no puedo evitar sonreírle de nuevo.

—Gracias por haber cantado frente a mi, no saben lo que significa.

—No tienes nada que agradecer—sonríe.

Su vista se pierde en un punto fijo en mis ojos, de un pronto a otro una sonora carcajada llena mis oídos.
Estoy enamorada de este chico, estoy oficialmente loca por él.
Antes lo sabía pero ahora estoy completamente segura de ello, él me hace feliz, él me hace fuerte, él me hace querer vivir.
Las arrugas en la comisura de sus ojos me hace querer besarlo, la manera en la que sus labios no chocan y la manera en la que ríe, es solo lo mejor del mundo.
Sin poder evitarlo un bostezo sale de mis labios.

—¿Tienes sueño?—él me pregunta

—Un poco—admito, no quiero irme a dormir, aún sigo teniendo ese miedo de despertar y darme cuenta que todo lo que he vivído hasta ahora sea un simple sueño, sigo temiendo eso.

—Vamos entonces—sonríe.

Le agradezco al cielo el no tener ese fuerte dolor en mi pecho, gracias a Dios no he tenído la estúpida recaída, realmente me sorprende que mi corazón siga su ritmo normal con todo lo que está pasándome. Jamás imaginé estar tan tranquila, honestamente pensaba que moriría de felicidad cuando me pasara algo como esto.

—Es hora de irnos—Zayn, Liam, Niall y Louis se levantan.

—¿No van a quedarse?

—No, le prometí a mamá llegar a casa esta noche—Liam suspira.

—Yo tengo que ir con los gemelos—Louis se encoge de hombros.

—Nosotros solo nos iremos—Zayn ríe hablando por Niall.

—Ha sido un gusto verlos, de verdad, muchas gracias—me acerco renqueando a cada uno y los abrazo, los abrazo tan fuerte como el dolor me lo permite.

—No hay nada que agradecer.

Louis sube a su Range Rover, junto a Zayn, Niall, y Liam y se marchan.

Harry apaga el fuego con algo que al parecer es agua y entramos a la casa.

Las luces siguen apagadas desde que Niall y Liam salieron de ahí.
No puedo ver absolutamente nada,  todo esta oscuro.

—Espera encenderé la luz—Harry dice, escucho sus pasos mientras se mueve por la casa, no contesto solo asiento para mi misma en silencio y me quedo de pie por ahí.

Un extraño estruendo suena por toda la casa.
—¡Ouch! ¡Rayos!—la voz gruesa de Harry se escucha gruñir.
Instintivamente corro a su ayuda, ignorando por completo el hecho que mi pie no esté totalmente bien. De cualquier manera, el dolor no tarda en llegar y antes de que pueda ayudarlo yo ya estoy cayendo.

—¡Ouch!—repite, espero el golpe en mi trasero, sé que va a doler como el puto infierno, los moretes aún no se curan.

Pero en cambio algo amortigüa el golpe

—¡Demonios!—gruño para mi misma.—¿Harry? ¿Dónde estás?

—Debajo de ti—murmura con voz adolorida.

—¡Santo Dios! Lo... Lo siento—tartamudeo y trato de levantarme

—Descuida, solo aplastaste mi zona—dice con algo de sarcasmo. Sonrío para mí misma y consigo tratar de levantarme, en lo cual, no tengo éxito.

—No, espera, no te lastimes, estoy bien, te ayudaré—murmura con voz ronca, lo siento moverse debajo hasta que una de sus manos me toma por el antebrazo y me suelta.

—Toma mi mano.

—¿Dónde está?

—Justo aquí—murmura y puedo escuchar una risita nasal de su parte.

—¡Oh si ya veo!—sonrío sarcástica apesar de que no puede verme.

—Lo siento, aquí—rectifica y podría jurar que hay una sonrisa en sus labios. Logro imaginármelo a lo cual sonrío  como boba, pero sé que no puede verme así que igual sigo sonriendo bobamente.

Siento su mano sobre la mía, me ayuda a levantarme y me sostiene de la cintura para evitar que me caiga o me golpee una vez más.

—Gracias—susurro lo suficientemente audible para ambos.

El tenerlo tan cerca me hace daño, ¿qué podría hacer si lo tengo tan cerca como para sentir su respiración caliente y su aliento a menta en mi rostro?

Basta Madison, basta.

Instintivamente trago tan fuerte que creo que él es capaz de escucharme, dejo mis manos sobre sus hombros y agacho la mirada recostando mi cabeza sobre su pecho.

Cierro los ojos con fuerza pegándome más a él. Un rápido "click" y la luz se enciende.
Abro los ojos y alzo la vista, viendo más que nada, su barbilla con vello facial casi invisible.
Con lentitud me despego de él causando que el voltee a verme.

—¿Te duele algo?—me pregunta

—El pie, un poco—me aclaro la garganta.

—Déjame ver—me conduce tomándome de la cintura, hasta una silla a unos metros de allí.

Me ayuda a sentarme para luego tomar mi tobillo e inspeccionarlo como si realmente tuviera idea de lo que me pasa.

—¿Y bien?—pregunto con incredulidad.

—No tengo ni idea—se ríe, me río—pero cuando estaba pequeño y me golpeaba el tobillo o el brazo, mi madre nos hacía moverlo para ver dónde era el dolor.

Me quedo observándolo, preguntándole mentalmente si debo moverlo o no.
A lo que él responde —Hazlo.
Hago lo que me indica y trato de mover el pie en círculos, pero no resulta, el solo hecho de moverlo me duele.

—Duele—informo.

—Bien, espera.
Desaparece en una puerta y sale casi de inmediato con una caja de primeros auxilios.

Abre la caja blanca y saca de esta una pomada que pone con letras rojas y azules, "Cofal".

—Según mi madre, esto cura cualquier dolor, así que veremos si es cierto—se encoge de hombros, toma un poco y empieza a pasarlo por mi tobillo tratando de moverlo.
Me quedo inspeccionando mientras el me "soba" pareciendo profesional en el asunto.

—¡Ouch!

—¿Segura que no te golpeaste con nada?

—Creo que si me hubiese golpeado con algo lo habría recordado—sonrío con gracia. El rueda los ojos pero asiente riendo ligeramente.

—De todas maneras, quizá un tendón de te durmió o quizá moviste de forma incorrecta el pie al caminar o al levantarte de algo, no lo sé.

—Quizá.—murmuro, mientras el pone una venda sobre mi tobillo.

—Ya está.—me ayuda a levantarme y me dedica una sonrisa orgullosa al ver su trabajo.

—Muchas gracias doctor Styles—bromeo.

—Ha sido un placer, si necesita un doctor ya sabe a quién acudir—se jacta. Sonrío y ruedo los ojos burlonamente, obviamente si Harry fuera un doctor, sería su paciente y con mucho gusto.

—Claro que si.