Cuando la puerta de Privet Drive se entreabrió y Hermione divisó la figura de Harry, la realidad cayó sobre ella como un caldero de agua fría y se aferró a él con desesperación. Había un abismo entre cómo se sentía hacia unos segundos, feliz con la boca de Ron sobre la suya y cómo se sentía ahora. Triste, perdida, luchando por mantenerse optimista. Estaban en una situación extremadamente peligrosa y Harry, a pesar de todo, se veía feliz por el reencuentro y fue saludando a los recién llegados con alegría. Todos se dirigieron a la cocina y allí Tonks le contó sobre su matrimonio y Harry les dio la enhorabuena con una gran sonrisa. A pesar de alegrarse por su amiga, Hermione no pudo evitar sentir cierta envidia y al momento sentirse culpable por ese sentimiento. Tonks había conseguido lo que quería sí, pero no le había resultado fácil. Se merecía toda esa felicidad.
Ojo Loco no dejó que los asistentes disfrutaran de ese leve momento de desahogo y rápidamente les recordó la seriedad que merecía el momento en el cual se encontraban. Al explicar el plan a Harry, y tal y como Hermione había predicho, él se opuso totalmente. No quería que nadie corriese riesgos haciéndose pasar por él, pero tuvo que aplacarse al ver que no sería capaz de hacerles cambiar de opinión.
La poción multijugos sabía asquerosa, pero menos que en otras ocasiones, así que Hermione comentó que Harry lucía más sabroso que Crabbe y Goyle, lo que provocó una mirada de celos de Ron que no le pasó desapercibida a Harry y que provocó que ella se sonrojase y dudara de su capacidad para esconder sus sentimientos ante su amigo.
Hermione hizo su mayor esfuerzo por tragarse la poción sin saborearla. En ese momento su cuerpo empezó a cambiar y sonrió recordando el gesto que Ron había tenido con ella unas horas atrás. En un momento que ella estaba repasando una de sus listas, Ron picó a la puerta del cuarto de Ginny. Entró y cerró la puerta tras él. Sin mirar a Hermione a la cara y con las orejas rojas le dijo que tenía algo para ella. Ella también se sonrojó, pues la actitud de él la hizo imaginarse que sería algo comprometedor. ¿Quizás una joya, un poema, una flor? Hermione se sorprendió a sí misma pensando en estos regalos-cliché cuando Ron le pasó un pequeño paquetito envuelto en lo que parecía papel de pergamino. Hermione lo cogió y lo desenvolvió lentamente. Se quedó con la boca abierta al ver el contenido y recuperó la compostura para preguntar.
- Ron, ¿calzoncillos? ¿Por qué me regalas calzoncillos?
Ron enrojeció aún más.
- Yo, bueno, yo... pensé que te serían útiles. - Ella le lanzó una mirada de interrogación y él supo que necesitaba dar una explicación - Para esta noche, ya sabes. - No, por la cara que ella ponía, estaba claro que no sabía. Ron suspiró y siguió hablando. - Cuando te conviertas en Harry... ya sabes... si llevas puesta tu... ropa interior - Ron tragó saliva sonoramente -, quizás algo... te apriete o yo que sé. - Ella se sonrojó más - He pensado que quizás si te pusieras esto, pues, estarías más cómoda en el momento de la transformación... Están sin estrenar y los he empequeñecido con un hechizo, así que supongo que te irán bien.
En ese momento Ginny entró en la habitación lanzando improperios contra Fleur, por lo que Ron aprovechó para irse discretamente. Pero antes de poder marchar, Hermione le dio un abrazo, le besó fugazmente en los labios y le agradeció el preocuparse por ella, por lo que Ginny lanzó un silbido, ganándose un "cállate, enana" de su hermano mayor.
En cuanto Ron marchó, Ginny rápidamente le quitó el paquetito a Hermione y lo abrió buscamente, queriendo ver en que consistía el regalo que había merecido ese hermoso beso. Al encontrarse con los calzoncillos en su mano, los tiró volando a la cama de Hermione con una mueca de asco. Luego miró a su amiga y le dijo:
- No te voy a juzgar, amiga. Mis fantasías sexuales son mucho más perversas que quedarme con los calzoncillos de mi novio.
Hermione soltó una carcajada, pero al momento se puso triste recordando que Ron no era su novio. De momento ellos mismos habían decidido que eso no podía ser. Y sí, Hermione se puso esa noche los calzoncillos de Ron y sintió que esos boxers eran realmente cómodos. Y ahora que se estaba transformando en chico realmente se sintió agradecida con Ron por habérselos ofrecido.
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Lo que Harry no supo ver: el secreto de Ron y Hermione
FanfictionHistoria de cómo vivieron Hermione y Ron el séptimo año. Muchas cosas pasaron sin que Harry se enterase...