La cuenta atrás (parte I)

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Faltaban siete días para ir a recoger a Harry.

El primer día amaneció lloviendo. Hermione abrió los ojos con cautela. La noche anterior, después de despedirse de Ron, se metió en la cama rápidamente y se hizo la dormida cuando Ginny llegó. Se libró del interrogatorio. Pero sabía que este era inminente... Y así fue. Ginny la miraba desde su cama. Sentada, completamente sonriente y abrazada a un cojín.

- Buenos días, dormilona. ¿Tuviste ayer un día duro? ¡Cuéntamelo todo, todo y todo!

- Buenos días, Ginny. No hay tanto que contar...

- ¿Cómo que no? ¡ Llevas por lo menos desde cuarto año deseando que esto suceda! ¡Ayer mi hermano te besó! ¿Cuál es el problema? ¡Por Merlín! ¿Tan mal besa?

- No, no, Ginny. No es eso. Fue fantástico. Un sueño. - Hermione se enrojeció y Ginny sonrió aún más. - Ese no es el problema.

- ¿Y cuál es el el problema, Hermione?

- Bueno, no soy la primera chica a quien besa Ron...

- ¿Otra vez con eso? Hermione, eres suficiente inteligente para superar eso. Tú besaste a Krum, Ron besó a Lavender. En el pasado. Cerrad ya esos capítulos. ¡Ron nunca quiso a Lavender!

- Ajá. Ese es el punto. Ron es capaz de estar con una chica sin quererla. ¿Y si me besó por pasar el rato? ¿Por curiosidad o por diversión?

- No, Hermione. No vayas por ese camino.

- ¿Y si soy su rollo de verano? Estoy en su casa, colada por él. Soy una presa fácil. ¿Y si cuando acabe todo me cambia por otra rubia sin cerebro?

Hermione no tuvo tiempo de esquivar el cojín que Ginny le lanzó directamente a la cara.

- Escúchame bien, Granger. Mi hermano está tan colado por ti como tú lo estás por él. Y como sea tan imbécil de dejarte perder, la furia Weasley caerá sobre él. Y eso son palabras mayores.

Hermione le lanzó a su amiga una mirada de agradecimiento.

- Esto, Hermione... Yo... tengo algo que decirte...  En una pelea yo le dije a Ron que habías besado a Víktor. ¡Lo siento mucho, se me escapó! Ese fue el motivo por el cuál se enfadó contigo y empezó a salir con Lavender. Yo creo que fue algo así como una venganza. Se sintió muy traicionado. Lo siento mucho, de verdad.

En ese momento, Molly las llamó a desayunar.

- Ginny, yo ya sabía eso. Ron me lo contó hará unos días.

- ¿Sí? Guau. Si Ron fue capaz de sincerarse así contigo es que realmente estáis avanzando mucho. Siento lo que hice, de verdad.

- Todo está bien, Ginny.

Ginny le dio un corto abrazo a su amiga.

- Sí, todo está bien y va a ir a mejor. Vamos a desayunar. ¡Me muero de hambre! - Al ver que Hermione dudaba, añadió - Sí. Debe de dar mucha vergüenza bajar a desayunar con la familia del amor de tu vida con quién ayer te pillaron besándote. Pero tranquila, mamá en el fondo está encantada. ¡Y yo me encargo de neutralizar a Fred y George!

Pero, en realidad, no hizo falta que Ginny controlase a nadie. Todos habían marchado a sus respectivos trabajos y Molly fue la única que compartió mesa con ellas en el desayuno.

El día pasó tranquilo entre tareas domésticas. Ron seguía en su habitación y Ginny se había quedado dormida después de comer. A pesar de la alegría que solía mostrar, Hermione sabía que por las noches no dormía bien porque estaba preocupada por Harry. De hecho, a ella también le pasaba. Era horrible saber que estaba tan lejos y tan sólo y no poder hacer nada por él. Era lo de cada verano. Ojalá todo fuera tan sencillo como lo era antes y pudiesen rescatarlo con un simple viaje en un coche volador. Pero todo había cambiado.

Lo que Harry no supo ver: el secreto de Ron y HermioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora