"Mi madre va a matarme". Esa era la frase que volvía a la mente de Ron una y otra vez, como si de un mantra se tratase. Y era cierto. Molly Weasley no era precisamente conocida por su calma a la hora de aceptar este tipo de situaciones. Ron recordó cómo resonaban los gritos entre las paredes de su casa aquella vez que ella pilló a Charlie con una chica en el cobertizo. Y ahora se preguntaba si aquel ligue secreto de su hermano era la actual esposa de su ex-profesor preferido. Aquello fue memorable. Habían pasado muchos años, pero Ron aún lo recordaba cómo si fuera ayer. Aquel día era conocido como "el día que Charlie entró en La Madriguera con los pantalones puestos pero con los calzoncillos en la mano y mamá gritó tanto que los gnomos del jardín desaparecieron por dos semanas".
Pero, Ron lo sabía, pensaba en Molly por no pensar en Hermione. Porque Molly estaba lejos, pero Hermione estaba a sólo unos metros. Y era a ella con quién debía tener una conversación que no sabía cómo empezar. Barajó diferentes opciones.
"Eh, Hermione. ¿Te ha venido el período últimamente?" No. Esa era una buena manera para ganarse el mejor hechizo Mocomurciélago marca Ginny Weasley por insensible, pero una manera nefasta de iniciar la conversación.
"¿Te cuento un dato curioso, Hermione? ¿Sabes que por fin sé algo que tú no? La poción multijugos anula el efecto de la poción anticonceptiva. Es curioso, ¿Verdad?" No. Hacerse el sabiondo tampoco iba a salir bien.
"Hoy estás preciosa, ¡Deben ser la hormonas del embarazo!". No. Definitivamente ella se ofendería muchísimo si aprovechase la situación para hacerse el graciosillo.
Estaba claro que Ron no tenía ni idea de cómo decírselo, pero sabía que aquel era un buen momento. La guardia de Harry aún no había terminado y estaban solos en la tienda. Ambos estaban de mejor humor ese día, pues habían conseguido unos huevos en una granja cercana y habían podido tener una comida decente, a pesar que ya se les habían acabado las provisiones.
Ella estaba sentada en su cama leyendo un libro enorme y él se sentó a su lado. Al sentirlo, ella le sonrió y le cogió de la mano. Aquel simple gesto le hizo sentir a Ron que todo iba a ir bien. Sus ojos se encontraron.
- Hermione, quería preguntarte cómo estás.
- Bien, gracias, aunque un poco frustrada por la falta de avances, pero seguro que antes de lo que nos esperamos encontraremos una respuesta para alguna de las preguntas que nos hacemos.
Ron cogió aire.
- Hermione, me gustaría hablarte de algo.
Ella cerró los ojos y se acercó a él, apoyando la cabeza en su hombro. Él pudo aspirar su aroma y perdió totalmente el hilo de lo que quería decir.
Se sentía tan cómodo a su lado. Sería tan fácil besarla y hacer como si nada estuviera pasando. O aprovechar ese momento para decirle de una vez aquellas palabras que hacia tanto que tenía guardadas en su corazón.
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Lo que Harry no supo ver: el secreto de Ron y Hermione
FanfictionHistoria de cómo vivieron Hermione y Ron el séptimo año. Muchas cosas pasaron sin que Harry se enterase...