Capítulo 7

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Narra el Narrador

Así el tiempo pasó.

Gill entró a la última etapa de su carrera en donde tenía que tener lista su tesis para que le puedan dar su título y por lo tanto, ya no iba a la cafetería.

Sólo se hablaban por mensaje de vez en cuando.

Narra James

-Ya...no estés así. -Pone su mano sobre mi hombro. -Ya terminará todo y después podrás salir con ella todo lo que quieras. -Dice Len.

-¿Estás insinuándo que la extraño?

-Es que es demasiado evidente.

-Puede que tengas razón, pero no estoy seguro, es la primera vez que siento esto por alguien.

Entonces Len rodea mi nuca con su brazo, pega su cabeza al lado derecho de mi cara y luego hace un arco con el brazo contrario. -Lo que sientes se llama amor.

-Creo que sí...me gusta todo, hasta su más mínimo defecto.

Me suelta y se agarra de la cintura. -Entonces sí te gusta.

-No sé, sólo no dejo de pensar en ella y en ese beso.

-¿De qué estás hablando? -Entre sorprendido y emocionado.

-Cuando fuimos a cazar hace unos meses, ¿Recuerdas?

-Sí, ¡No me digas que se besaron! -Cambia la balanza, que antes estaba equilibrada entre sorprendido y emocionado, pesando más el segundo.

-No te lo diré.

-¡Hombre!

Len me abraza y me da unas palmadas fuertes en la espalda.

(Siento que mis costillas están rotas).

-No es para tanto. -Digo un poco confundido.

-Y no hicieron... -Forma un anillo con una mano y mete el dedo índice de la mano contraria. -eso, ¿No?

-¡No!

Esa misma noche. Le toca cerrar a Len, así que lo dejo solo. Justo cuando salgo me encuentro a Gill caminando con la cabeza agachada y la mirada perdida en el suelo.

-¡Gill!

Ella voltea a verme y me saluda con la mano levantada y una gran sonrisa en su hermoso rostro, (creo que ilumina más que una estrella).

-Yo pensé que siempre cerrabas tú la cafetería.

-Esta vez le toca a Len.

-Ah, bueno, debo irme, tengo que terminar mis cosas y prepararme para la presentación de la tesis, tengo que estar lista para cada pregunta que me vayan a hacer los jueces.

-Hey, hey, calma. Pero mira cómo tienes tu carita, llena de ojeras y de cansancio, ¿Por qué no duermes un poco? Te va ayudar mucho.

-¡No puedo dormir! -Se exalta.

-Pero te va dar algo, ¿Hace cuánto no duermes?

-Hace seis días. -Dice con voz débil.

-(Y por eso no entraré a la universidad). Te acompaño a tu casa.

-No te molestes, estoy bien, en serio.

-¡No estás bien!

-¡Que síííí, ya déjame!

Hasta que la muerte nos unaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora