Capítulo 16

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Narra James

—¿Ahora que hiciste, cabrón? —Me pregunta Len enojado.

—Yo no hice nada. Siéntate, te voy a contar.

Len hace lo que le digo y me mira atentamente. Sé que en el fondo quiere golpearme por lo que sea que haya hecho, aunque no hice nada.

—Por llamada...me dijo que quería hablar conmigo de algo. Yo en ese momento supe de qué se trataba. Dije: "Me quiere terminar, ¿Pero qué hice?"

Le di el número de la casa de mi papá. Le dije que me llamara dentro de 15 minutos porque necesitaba pensar en qué mierda hice, como soy de estropearlo todo siempre sin que me dé cuenta, entonces necesitaba entrar en los lugares más recónditos de mi memoria.

Me voy al cuarto de arriba en donde se encontraba el teléfono.

Sonó, contesté. Su silencio lo decía todo; Disimulé. Traté de hacerme el tonto y sonreí por escuchar su silencio. Me alegré y la saludé como si nada pasará.

Escuchaba tenue su respiración, estaba llorando y no le dije nada.

Empecé a contarle lo que había pasado en mi día cuando me cortó diciéndome que era difícil para ella decir esto.

Yo callé.

Al parecer, se estaba aguantando el llanto. Trataba de sonar como si nada pasará, como si todo estuviera bien.

Mi corazón latía a mil por segundo y sentía un frío recorrer mi cuerpo.

Dijo que ya no podía más con esto, que no se iba poder, que ya no daba para más.

Los diez segundos más largos de mi vida se presentaron, pensé que había pasado un minuto.
"¿Por qué?". Le dije en un tono serio.

No hubo respuesta por su parte, un silencio incómodo, como si hubiera alguien detrás escuchando y viendo lo que ella hace.

Le dije que no importaba, que...ya me lo veía venir.

Mis ojos no lloraban pero mi alma sí, se desgarraba lentamente en agonía y qué decirte del corazón que se hacía pedazos una vez más. A decir verdad, me había olvidado de qué se sentía sufrir porque por todos este tiempo supe lo que es la felicidad.

Sólo dijo como últimas palabras "Lo siento".

Le dije que la estaría esperando con los brazos abiertos, que la extrañaría un montón, que no dejaría de amarla a pesar de todo. Pero no dijo nada.

Intenté cambiar el tema, pero no pasó nada...No respondió. No escuchaba más su respiración, sospeché que dejó el teléfono ahí y se fue al baño a llorar. Estuve hablando solo como si nada pasará porque tal vez estuvo ahí escuchándome pero un tanto lejos como para que no me diera cuenta que estaba llorando y luego colgué.

Me quedé en shock, no sabía qué hacer, no habían lágrimas por mis ojos, pero sentía cómo mi mundo se venía abajo. Me dije a mí mismo que esto iba doler después, me preguntaba ¿Cuánto tiempo duraría ese dolor? Y sobre todo ¿Qué haría para que pasara? Es difícil puesto que Gill es la única y la primera mujer de la que me enamoro fuerte. No sé hasta cuando estaré aquí, ni cuándo iré a trabajar contigo de nuevo porque sé que estará Gill ahí.

—No...me acaba de decir que renuncia. —Me muestra la pantalla de su celular en donde se evidencia lo dicho.

—¿Pero qué mierda hice? —Comienzo a llorar otra vez.

—Tranquilo, amigo. Tú no hiciste nada. —Dice en un tono de consuelo. —Yo sé que tú siempre estuviste para ella, no le fuiste infiel porque tampoco tuviste con quién.

Hasta que la muerte nos unaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora