Capítulo 19

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Narra James

Me despierto del sueño que tuve, sigo soñando con alguien que me mata y alguien llora desconsoladamente. Giro mi cuerpo poniéndolo boca abajo y aspiro mi almohada, debo reconocer que la cama de papá es muy cómoda y espaciosa. Trato de reconocer el olor de mi madre, pero me resulta imposible, por más que intentaba, sólo podía oler la cabeza de mi padre. Me pregunto si ella olía más rico que él, yo creo que sí.

En eso, recuerdo que Nicole está durmiendo en mi cuarto, por lo que me levanto para ver si se encuentra bien o si ya se levantó, no sin antes ir al baño a lavarme los dientes, cara y manos. a parte que mi cabello se encuentra alborotado. aaahhhhh, las desventajas de tener tenerlo ondulado.

Al salir del baño, me dirijo hacia mi cuarto para ver a Nicole y saber cómo está. Abro la puerta lentamente y la observo durmiendo en mi cama plácidamente. Me acerco a ella cuidadosamente para ver mejor su cara dormida, siempre quise ver a alguien así.

Tiene un rostro tierno y parece un ángel, está tapada hasta el cuello y tiene el cabello esparcido por toda mi almohada. Sonrío un poco.

—Te prepararé el desayuno, pequeña ángel. —Digo susurrando lo más bajo posible para que no se despierte.

Salgo del cuarto y me voy a la cocina a hacer lo que dije. —Ésta vez haré un desayuno menos ordinario para mi invitada.

Le preparé un cereal con leche fresca, le añadí pasas para darle sabor y creo que con eso es más que suficiente, no tuve más cosas para hacerle. Ahora, ¿Qué pasa si ella quiere otra cosa? ¿Y si no le gusta el cereal? ¿Y si es alérgica a las pasas? Todo lo que hice para ella lo tapé con otro plato. Lo que me hice para mí fue unas tostadas con mantequilla y un jugo de fresa con plátano. Si no lo has probado, te invito a que lo hagas, es muy delicioso y más si le añades un poco de leche, eso sí, no te pases con el azúcar.

Dejo todo el desayuno en la mesa tapado para que no se le pare la mosca y retorno a mi cuarto para asegurarme que Nicole se levantó.

Vuelvo a entrar, para mi fortuna seguía durmiendo; me acerco a ella para despertarla, pero al llegar no sabía cómo hacerlo.

—¿Y ahora qué hago? Nunca he despertado a nadie. ¿Y si me imagino que es Gill? ¿Cómo despertaría a Gill en primer lugar? Creo que sería con un beso...¿Estará correcto despertarla con un beso? ¿Y si la despierto hablándole o moviéndole? —Discutía para mis adentros.

Finalmente tomo la decisión de besarla, no pierdo nada, a fin de cuentas ya no estoy con Gill y creo que no estaría obrando mal, además, nunca he besado a más de una chica y me gustaría saber cómo se sienten sus labios rosados.

Me acerco a ella cuidadosamente de no despertarla, sólo para saber cómo se siente. Mi corazón late fuerte y acelerado. Ya estando a pocos centímetros de tocar sus labios, ella abre los ojos. Por la puta madre...

—¿Qué estas haciendo? —Pregunta Nicole seriamente.

—¡N-n-n-nada! —Me aparto rápidamente y sin darme cuenta tropiezo y caigo al suelo sobre mi trasero.

—¿Trataste de besarme?

—¡N-n-nooo! —Miento nervioso con la cara roja de la vergüenza.

Nicole me mira con una expresión seria y desaprobatoria.

—Pe-perdón...yo... —De pronto ella se levanta, se arrodilla y se acerca a mí con la misma expresión.

Temo lo peor. Cierro los ojos fuertemente esperando una cachetada, o un puñetazo en la nariz por mi atrevimiento. Pero tal fue mi sorpresa cuando me besa de golpe y me empuja poniéndome boca arriba en el suelo.

Hasta que la muerte nos unaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora