Capítulo 23

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Narra el Narrador

Y así es como las semanas pasaron. Nuestros protagonistas decidieron retomar la relación que antes tuvieron, ésta vez superando todo, apoyándose mutuamente.

El padre de Gill se enteró de esto y habló con ella. Llena de determinación discutió con su padre de una manera más tranquila. Llegaron al acuerdo de que el chico vendría a casa para poder conocerlo mejor y de ese modo darle una oportunidad.

Y ese día ha llegado.

Narra James

Estoy muy nervioso por ésta noche, no sé cómo actuar o qué decir. Vengó preparándome desde que recibí la noticia por parte de Gill, e inmediatamente acudí a Len. Sólo me dijo que sea yo mismo y que me comportara como tal, pero ¿Qué tal si no soy suficiente como para que quede impresionado? No quiero que se lleve una decepción al conocerme bien o que piense cosas malas de mí, aunque creo que eso ya lo hace.

Sólo quiero agradarle para que me permita estar con Gill.

Termino de arreglarme y salgo de mi casa cerrando la puerta con llave. Camino por la vereda cada vez más nervioso con cada paso que daba, acercándome a la casa de Gill, mi objetivo, la misión que tengo que cumplir y tengo que salir victorioso, así sea con una nota B, aunque a decir verdad voy con la mentalidad de querer una S.

Toco el timbre y retroceso un paso, mientras espero a que alguien abra la puerta doy un profundo respiro para calmar la tormenta dentro de mí.

Gill es quien me recibe colgándose de mí y dándome un tierno beso.

—Has mejorado mucho. —Dice con una voz coqueta.

—¿A qué te refieres? —Pregunto nervioso. —¿Me vestía mal?

—No, tonto. —Ríe ante mis preguntas. —Hablo de besar. Ahora lo haces muy bien.

Supongo que habrá sido por todos los que le di a Nicole. Le estoy agradecido por esa parte, espero que nunca se entere que hice eso con ella, no quiero verla alterada de nuevo.

—Gracias, su-supongo. —Digo enrojecido.

Ella me invita a pasar tomándome de la mano y jalándome hacia dentro en donde empieza la misión "conquista al padre de Gill". Sé que no es el mejor título que pude haberle puesto, pero fue lo único que se me ocurrió.

Al entrar a la casa, me esperaba una mesa no tan grande con un mantel rojo encima y platos llanos, blancos, vacíos; al lado habían cubiertos, un tenedor, un cuchillo y al lado izquierdo del plato, un vaso de vidrio vacío.

—¿Así reciben a los invitados? O es especial por mi venida. —Le susurro a Gill en el oído.

—Eeeehhh...yo diría que es por ti, ya que papá no es de hacer esto. No solemos tener visita.

Eso me deja con que soy la primera persona en estar de invitado en esta casa, definitivamente no puedo cagarla.

El padre de Gill sale de la cocina y se acerca a mí. Lo saludo con un apretón de manos y una rápida reverencia con la cabeza.

—Luces bien. —Me dice en un tono rudo y con su característica voz gruesa.

Le agradezco el cumplido, me pide que por favor elija un lugar en la mesa que ya está lista la cena. Me siento en el sitio más cercano a mí y Gill se sienta a mi lado.

Toma mi mano, nota que estoy nervioso.

—No dejes que te intimide, es así. —Dice tratando de tranquilizarme. —Sólo se tú mismo.

Hasta que la muerte nos unaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora