Capítulo 9

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Narra James

En el trabajo, fue difícil evitar contarle a Len acerca de lo que pasó aquel día que pasé con Estella. Mi cara y mi actitud deprimida, llevaron a que Len me preguntará qué era lo que pasaba y como no soy de mentir, tuve que contarle. También que quería contárselo a alguien.

-Y eso fue lo que pasó. -Digo a Len.

-Ay Dios...

-Me siento mal por ello de verdad. Siento que no debí decir eso.

-Está bien lo que hiciste, no podías engañarla de esa manera. Nadie quita que tenga el corazón roto. Déjamelo a mí, yo la consuelo.

-Gracias. Pero nadie me quita que yo esté mal también. No me gusta herir a nadie, tampoco pensé gustarle a Estella.

-Estas cosas pasan, a demás, tú estás hermoso y cualquier chica que te conozca bien se enamoraría de ti.

-Pero a mí me gusta sólo una chica, y esa es Gill.

-¿Ahora sí te le piensas declarar?

-Sí, pero necesito el lugar perfecto y el momento indicado para hacerlo.

-¿Dónde y cuándo será eso?

-Eso aún no lo sé. Pero lo que sí sé, es que me voy a declarar lo antes posible, antes que otro más lo haga.

-¿O sea que estás en una carrera y tu trofeo es Gill?

-No quise dar a entender eso.

-Tranquilo, ¡Sólo te estaba jodiendo!

-Idiota.

Len ríe un poco.

-Recuerda que hoy te toca cerrar. -Se lo recuerdo a Len.

-Ah...sí, ve a tu casa tranquilo.

Al llegar a casa, me encuentro con mi padre sentado en el sofá con el televisor y las luces apagadas.

-Siéntate, tengo que hablar contigo de algo importante. -Dice en un tono serio.

Me siento en el sillón que queda delante de él. (No entiendo nada de lo que está pasando, me está dando miedo).

-¿Quieres que encienda las luces? Estamos a oscuras y como que da miedito.

-Sí, por favor.

Me levanto del sofá y camino hacia el interruptor, lo presiono y regreso a sentarme en el sillón.

-Habla.

-Mira...yo sé que esto no te va afectar en nada porque nunca la conociste.

-¿De quién estás hablando?

-Tu abuela, mi madre.

-¿Qué pasa con ella? -Digo preocupado como si la conociera.

-Está muy enferma desde hace meses, tiene cáncer terminal y ya no le falta mucho para que fallezca. He podido reunir la cantidad necesaria para poder ir con ella.

-¿Y qué, me vas a llevar?

-No, ya que sólo pude reunir para un pasaporte. -Lebanta su dedo índice. -Ella está en Alemania.

-Entonces, ¿Qué pasará conmigo?

-Te quedarás solo aquí, te cocinarás. En pocas palabras, te atenderás a ti mismo.

-Pe-pero no sé hacer muchas cosas.

-Tienes que aprender a ser independiente. Yo no estaré toda la vida contigo para antenderte. Eso lo hice cuando eras pequeño e incluso hasta ahora.

Hasta que la muerte nos unaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora