Capítulo 6. Aburrimiento total

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Luego de que Altagracia quedará libre al fin, José Luís la llevó al departamento nuevo donde Matamoros ya la estaba esperando, le abrió la puerta pues él tenía llave claramente. Mientras ellos se abrazaban y se hacían preguntas, José Luís abría una botella entregandoles una copa a cada uno y propuso un brindis por la libertad de Altagracia.





– Te dije que esto iba a pasar rápido — se sienta

– ¿Y ahora que sigue socio? — lo encara

– Recuperaras tus propiedades y ahora que eres libre las cuentas a tu nombre, puedes ir cuando quieras a la constructora — le da un sorbo a su copa

– "Cuando yo quiera" — sonríe — Bueno ¿No deberías de estar con tu hijo ahora?

– ¿Navarrete tiene un hijo? — dice sorprendido

– Está con su madre y la Nana — checa la hora

– ¿Y su madre sabe que el está con ella? — deja la copa

– Pues espero que si — suspira

– Mejor ve con tu hijo — toma asiento — Eleonora y sus pastillas no son la mejor compañía

– Tienes razón — se levanta — Te mandaré las escrituras de tus propiedades — camina a la puerta

– Está bien pero no hay prisa

– Vendré a verte está noche — besa su mejilla y se va

– Sé que no es de mi incumbencia — dice al estar solos — ¿Pero te traes algo con él?

– Algo así — sonríe leve — ¿Por qué? Acaso te dan celos

– No, sólo ten cuidado — deja la copa sobre la mesa — No quiero que recaigas

– Matamoros ya aprendí la lección — rueda los ojos — No pasará lo mismo que con Saúl

– Bien, estaré afuera, dándole instrucciones a tus nuevos guardias — abre la puerta — Tienes visita —  murmura viendo a Regina y Mónica

– ¿Quién?

– Hola mamá — entra

– ¿Qué hacen aquí? — frunce el ceño sin entender

– Pues supimos que volviste por las noticias — dice Regina — Hubiera deseado que nos buscarás antes pero bueno

– ¿Y por que las iba a buscar? — se cruza de brazos — Me dejaron en claro que ya no querían nada que ver conmigo

– Altagracia entiendenos un poco — suspira — ¿Crees que se puede olvidar de la noche a la mañana todo lo que hiciste?

– ¡No! — la encara — Lo que dicen que hice, no hay ninguna sola prueba en mi contra

Perfume de mujer [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora