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Louis miraba como Harry terminaba de lavar su cuerpo. Sonrió divertido mientras que el rizado dejaba caer el agua sobre su espalda. Tomlinson se acercó a la puerta abierta, sacando su propio bóxer.

—Se te está haciendo costumbre. —escuchó la voz ronca y rasposa de Styles.

—¿Hay algo malo en eso? —preguntó con diversión abriendo la puerta corrediza de la ducha y entrando detrás del otro hombre. Las manos del chico fueron a dar al abdomen del ojiverde, pasándolas con toda la confianza que podía haber entre ellos.

—No me quejo en lo absoluto. —dijo dándose la vuelta con una sonrisa, esa que debilitaba a Louis. —Pero serás la causa de que sea precoz en el futuro.

—Oh vamos, no es para tanto. —besó esa fornida espalda con diversión.

—Me haces gastar tres condones cada que nos vemos pequeño. —lo acusó tomando su barbilla y viéndolo a los ojos, esa mirada de que en serio lo quería. Besó los labios de su chico cuando un rubor se colocó en sus mejillas.

Louis escondió su rostro en el pecho mojado de Harry.

—Tú sin condón no me metes ni la punta. —habló contra la piel del más alto. —¿Por qué?

Styles levantó una ceja divertido.

—Estamos previniendo, Lou.

—¿De qué? Me dijiste que sólo te has acostado con una persona en tu vida.

—Eres tú.

—Y estoy limpio. —esos ojos azules se entrecerraron mostrando duda. —Siempre me he preguntado como es sentirte sin un látex estorbando. —volvió a abrazar ese torso, el que Louis se daba el gusto recorriéndolo con sus labios.

—Me acabo de bañar para hacerte el amor de nuevo. —bufó.

—Mamá llega hasta mañana, y sabes que nosotros no hacemos nada bueno por la vida excepto tratar de procrear.

—Lo cual no podemos.

—No te quejas cuando le hablas a mi estómago diciendo que Edward está con hambre. ¡Es mi tripa joder!

—William Lewis, no llames a nuestro hijo de esa manera. —regañó con la voz dura. Louis bajó la mirada a regañadientes. —Anda mocoso, date la vuelta para hacerte uno de verdad.

Louis subió sus labios a los de su novio y sonrió con orgullo. Siempre se salía con la suya, a pesar de que eso molestara a Harry, éste prefería aguantar cada cosa loca con la que su castaño salía.

—Quiero verte. —pidió cuando se separaron. Styles sonrió.

Louis alzó su pierna derecha, igual a un canino cuando hacía sus necesidades. Sintió la mano de Harry meterse entre sus cuerpos, estimulándose a sí mismo varias veces. Tomlinson bajó sus orbes hacia donde esa enorme mano estaba ubicada, deleitándose con la vista.

En un momento volvió a sentir el contacto de la hombría de su chico haciendo presión para poder clavarse en su interior. Se acercó más a ese cuerpo bien moldeado y sonrió mientras mordía su labio ante la sensación de ser llenado. Apoyó su frente contra el pecho ajeno. Ser pequeño le gustaba porque Harry le doblaba en tamaño, lograba sentirse protegido.

—Louis...

—Te dije que sería mejor...—gimió consciente de cuán adentro el rizado llegaba. —Muévete Hazz.

El nombrado hizo lo pedido, comenzando con embestidas lentas, besando esos labios sandía que tanto le gustaba, sin soltar el pectoral derecho de su chico. Retrocedió para acomodarse en una posición más cómoda, su otra mano estaba acaparando la nalga de Louis como si fueran a quitársela. Mordió su labio por esa nueva sensación. Ni él sabía por qué nunca se le pasó hacérselo al chico sin protección. Cosas de la vida.

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