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Los días pasaban tranquilos. Ahora muchos de los estudiantes saludaban a los chicos desde el día que ganaron el partido. Sin duda ahora eran una pareja abiertamente, ya no fingían nada y no había necesidad de probarle nada a nadie. Las notas de ambos habían aumentado considerablemente, también sus desempeños en los deportes habían llamado la atención de varios consejeros de la universidad del sur para poder darles unas becas. Todo había circulado de lo mejor, nada malo pasaba entre ellos. Los únicos problemas a los que se enfrentaban era que Niall todavía tenía que lidiar con su madre alcohólica y eso lo estresaba mucho. Por otro lado Zayn mantenía un poco de tensión con su hermana por el pequeño malentendido. Niall le había prometido que su amor era sólo para él y eso debía bastarle, así que preferían no hablar del tema entre ellos, casi no hablaban de todos modos, pero ahora era un poco más complicado.

Desgraciadamente hoy era un día donde el rubio andaba de mal humor por culpa de su madre. Ayer había limpiado toda su casa, cosa que nunca hacía, para que Malik fuera a visitarlo y poder ver una película, pero cuando llegó solo había botellas tiradas en el suelo, la sala de estar olía horrible, Maura había vomitado sobre la alfombra, obligándolo a cambiar todo. De nada le sirvió el esfuerzo porque tuvo que cancelar sus planes con su novio, eso no le agradaba del todo. Y como si no fuera poco su madre tenía fiebre, estaba temblando y tosía levemente. No asistió las primeras clases pero no podía faltar a unas clases de álgebra porque pronto tendría un examen muy importante. Suspiró pesado, pensando en que quizás si su madre muriese no sería su culpa, así que podría ir tranquilo al instituto. Así que se apresuró a ponerle un paño con agua fría sobre la frente, maldiciendo cada acción que hacía por una persona que ni siquiera se preocupaba por él. También le dio unas pastillas para que no se debilitara más. Dejó un balde al lado de la cama por si vomitaba y un vaso de agua en la mesita de noche. Abrió las ventanas para que el aire despejara el ambiente con tal de no oler tanto a alcohol. Si no se iba pronto perdería las lecciones. No se había esforzado tanto tratando de entender álgebra y cálculos para que su progenitora lo arruinara todo.

—No te mueras. —le ordenó asegurándose de que todo estuviera listo. Le dio una última mirada, sin saber si sentir lástima por ella o simplemente repulsión.

Salió de la habitación, caminando con pasos apresurados porque hasta el maldito bus había perdido. Si le iba bien llegaría diez minutos antes de que la clase empezara. No había revisado ni las llamadas de su novio o los mensajes preguntándose donde estaba, si estaba bien o si simplemente se había quedado dormido. Su ceño ya estaba fruncido levemente y nada se lo iba a quitar hasta que acabara el día, de eso estaba muy seguro. La furia se acumulaba en sus brazos, sus puños se volvían pálidos de tanto apretar la mochila. Le enojaba su vida, le molestaba tener que importarle la vida de esa vieja, le molestaba que nadie más que Zayn lo apoyara con sus cosas, que tuviera que ser su novio el que pone atención a sus pequeños logros en vez de la misma mujer que le dio la vida, o el bastardo que los dejó hace años. No le encontraba la lógica a todo lo que le sucedía.

Llegó a duras penas y con poco aire en sus pulmones a la entrada del instituto. Dio un leve saludo al guarda de seguridad para poder apresurarse, viendo que faltaban cinco minutos para que la campana sonara. Unas cuantas gotas de sudor se asomaban por la frente, así que decidió ir primero a lavarse al baño más cercano.

—A ver, a ver chicos, pasen que cerraré la puerta. —decía la maestra esperando a que todos entraran. Niall fue el último en hacerlo. —Hoy son probabilidades y estadísticas. ¡No es emocionante!

Já. Sólo ella diría eso en el examen. Horan se sentó bajo la mirada curiosa de algunas personas pero como siempre no le prestó atención; al contrario, sacó su cuaderno y trató de no concentrarse en otra cosa que no fuera la clase. Aunque eso no quería decir que su mal humor se había esfumado. Más bien empeoraba cuando no lograba entender algo. Tenía muchas cosas en la cabeza, enfocarse en la materia era un poco complicado, pero no era el momento correcto para perder los estribos. Casi se podía oler la molestia que soltaba de cada uno de sus poros. Valía mierda, todo se podía ir a la chingada. Que se jodieran las cruces y caras de las monedas, que se jodiera el que inventó los paralelos, ¡todo!

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