RIVALS

30: Final 3/3

Ya eran los días finales dentro del instituto Julian Volio Llorente. Todos esperaban con ansias las vacaciones navideñas, muchos habían pasado el año escolar, pero para Zayn y Niall como era su último año en el instituto luego de haber desperdiciado dos, era hora de partir. Además estaba la graduación encima. Muchas personas ya querían salir corriendo de ahí, no sólo para los estudiantes, también los profesores y personal administrativo. Desde el cambio en las reglas de Liam todos habían estado exhaustos psicológicamente.

Como sea, estaban en la semana de exámenes finales; la graduación sería hasta la otra. Niall y Zayn habían estado disfrutando todo este tiempo juntos, claro que estudiando de por medio, pero siempre trataban de que las situaciones pasaran a más. Últimamente dormían juntos todas las noches, turnándose para poder quedarse una noche en la casa del otro y viceversa. No podían faltar sus encuentros sexuales, era una buena forma de liberar estrés pero no tanto, las caricias que los derretían, los besos que compartían eran largos y posesivos, como si quisieran tatuarse cada sensación en sus pieles. Tanto Trisha como Maura habían notado los comportamientos casi dependientes de sus hijos hacia su pareja, pero lo comprendían. Zayn se iría y Niall no sabía qué hacer. Estaba difícil. Hace unas cuantas semanas el moreno le había entregado la carta que el entrenador le hizo para que Horan fuera hasta la universidad del sur personalmente a solicitar una beca. Tuvo que viajar una hora en bus mientras releía las palabras que ese viejo profesor escribió, lo hizo para mostrarle gratitud a su novio por haber tenido la inteligencia que él no tenía y quería esto al igual que Malik. Claro que conoció la universidad, era simplemente enorme, había cualquier cantidad de personas ahí metidas, y cada facultad era una mini cuidad para todas las carreras que ofrecían.

A pesar de los nervios por una mala respuesta, Niall pudo hacer todo lo que le dijeron. Entregó los documentos necesarios y explicó su situación. La amable señora le explicó todo el proceso para poder ser admitido, sin embargo debía someterse a un estudio obligatorio. Esa tarde llegó a la casa de Zayn con una sonrisa pero cansado, esperando que todo el viaje hubiera valido la pena. Ahora sólo estaba en espera de una respuesta, mientras tanto debía enfocar su cabeza en los próximos días.

Mientras tanto merendaban. El rubio comía una barra energética con sabor a fresa, tenía una manzana a su lado y un café. Zayn por otra parte estaba con un batido de papaya, zanahoria y apio, luego comería unas galletas de avena. El pelinegro estaba acostado sobre el vientre de Niall, quien no dejaba de acariciar su cabello y verlo con una sonrisa. En serio le gustaban esos días donde era él quien consentía a su chico, estando un poco alejados de todos y sentados en el césped era como una burbuja que nadie podía romper. Zayn bebió un poco más antes de quedarse embobado viendo los ojos azules que lo debilitaban, quién sabe cuál era el encanto, si es porque eran azules oscuros como el océano en vez de ser claros como el cielo, si era porque su cabello rubio le daba un aspecto más atractivo gracias a su piel pálida que ya estaba marcada con músculos. No entendería nunca, llevó estos ocho meses tratando de encontrar cuál era su punto débil en ese hombre que lo hacía perder la cordura, pero nunca pudo adivinar. Era él, todo él. Su actitud, su forma de ser, su físico. Niall Horan era el hombre perfecto para su vida. Irónico porque nunca se vio a sí mismo estando al lado de un hombre, pero tuvo que caer en una estúpida apuesta para darse cuenta que los sentimientos eran fuertes y el orgullo no valía para nada.

—¿En qué piensas? —susurró Horan, perdido en las hermosas facciones de su hombre.

—Busco un motivo para entender cómo es que llegaste a gustarme tanto.

—¿Y lo encontraste? —besó castamente sus labios, con una sonrisa digna de apreciar.

—Sólo llego a una conclusión. —dijo luego de separarse, ambos conectaron sus ojos, como el mar llegando a la orilla de la playa, sólo para que Zayn pronunciara una frase. —Te amo, Niall Horan.