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Zayn miraba la hora en su reloj, su madre estaba tarareando una canción mientras se movía de un lado a otro por toda la cocina. Sus hermanas habían salido de viaje donde su abuela gracias a que las chicas estaban de vacaciones. Malik veía con atención su progenitora, siempre se veía feliz, a pesar de causarle muchos problemas, ella no era una persona rencorosa. Nunca le había hablado a su hijo como si fuera un desecho o un estorbo. Por eso es que incluso el mismo morocho no se animaba a tratarla mal. Ella era simplemente un amor.

El chico suspiró una vez más, llamando la atención de Trisha, quien dejó la mezcla del pastel que estaba haciendo a medias para verlo con una ceja alzada. Chasqueó la lengua y se limpió las manos antes de caminar hacia su hijo. Malik la vio acercarse y sabía que tendría que dar una explicación pronto. Los ojos de su madre se cerraron ligeramente, preguntándole con la mirada lo que su boca no salía. Sabía que Zayn odiaba la presión psicológica como nada en el mundo, así que el silencio de ella se prolongó.

—Andas suspirando mucho. —se quejó la mujer. —A veces siento que estás enamorado.

—No lo creo, Señora M.

—Desde que terminaste con Perrie se te nota más distraído. Antes me hablabas aunque sea del clima y ahora solo me das los buenos días. ¿Hay algo que te esté pasando?

Niall Horan. Llegó a su mente de la nada.

—Solo estoy cansado, ya sabes, deberes luego de la escuela.

—¿Seguro? —preguntó. Zayn asintió. —Zayn...

—Quizás esté viendo a alguien. Pero antes de que digas algo, no es formal ni tampoco sé si quiero que lo sea.

Trisha alzó las cejas, sí, lo sabía. Su instinto maternal le decía que su hijo estaba enfocado en algo más que la escuela. Chasqueó la lengua nuevamente, claramente ella quería ser parte de ver como su hijo formaba una vida con otra persona. Iba a decirle que la trajera a casa pero su hijo se le adelantó con una buena excusa. La alarma del teléfono del moreno sonó, haciendo que el chico la apagara y se pusiera de pie.

—¿A dónde vas?

—Iré por ahí. —obviamente no le iba a decir que Niall lo había invitado a su casa esta noche.

Salió de su casa, sin saber que pasaría dentro de las próximas horas.

Así que luego de unos minutos caminando hasta la residencia de los Horan, Zayn miró a lo lejos como la luz de la cocina de del rubio estaba encendida, queriendo decir que efectivamente ahí se encontraba el chico. Sus manos comenzaron a sudar de la nada y su corazón comenzó a bombear con fuerza. No entendía como es que se ponía nervioso si ni siquiera sabía cuál era la jodida sorpresa. Él era un hombre que no se sorprendía con nada, ni le importaba lo que los demás pensaran, solo que aquel rubio le estaba dando unos ciertos problemas en ese aspecto.

Ya en la puerta de la casa, tocó el timbre. Venía vestido con sus jeans, una camisa de manga larga roja y sus botines como de costumbre. La camisa le hacía juego con su cabello gracias a que el tinte que tenía le daba un efecto de una flama cuando chocaba contra la luz del bombillo. La colonia que se había puesto le daba un toque más masculino junto con su fachada de misterioso era el toque final.

La puerta se abrió, viendo al rubio dentro de la vivienda. Niall había arreglado su cabello de medio lado, también tenía jeans y una camisa de manga larga pero de color azul. Sus zapatos eran unos botines más formales. Zayn vio como Horan lucía demasiado bien en su lado ejecutivo, más formal y más masculino de lo que ya era. Su manzana de adán se bajó al verlo, pero lo disimuló muy bien. Casualmente, el rubio estaba viéndolo con una sonrisa divertida. Malik era lo más caliente que alguna vez había visto.

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