seis

235 24 18
                                    

CALOR HOGAREÑO

Todavía me cuesta creer que estás aquí. Verte me da un fuerte brinco en el pecho. No se calman mis pulsaciones y actúo diferente a pesar de que ya has venido con anterioridad. Tu sonrisa es un dulce que me permito saborear, porque después de que saludaste a mis padres, te llevo a la habitación de mi hermano, quien ahora está de servicio militar y no volverá dentro de dos años. 

Me preguntas sobre él, muy delicadamente sabiendo que eso me hiere y por lo tanto, tratas con atención mis sentimientos, los acaricias. Pero, ¿no estás tratándome ya con demasiado descaro, Yu Ri? No te importa acariciar mi rostro, mirarlo atentamente, profundizar nuestras pupilas y rozarme con tus labios sobre mi mejilla.

Te vuelves cariñosa, me abrazas con fuerza y no me sueltas, siendo impregnado por tu perfume. Tu existencia me derrumba, casi tambaleando por como me intentas empujar hacia lo que sería ahora, tu cama.

—Es peligroso. —Me aferro a tu mano que busca ansiosa mi piel caliente, la acuno en mi pecho para que escuches mis latidos—. No creo que debamos hacerlo. 

—Lo quiero —susurras—, lo quiero ahora.

—Lo haces por despecho —digo irritado—, me usas por su culpa.

—Cállate, no lo nombres. Ni se te ocurra, Tae Hyung.

—¿Eres feliz, Yu Ri? Pues no, no lo eres o no intentarías desnudarme, no intentarías hacerme tu presa y obligarme a ceder, por mucho que...

Desvío la mirada hacia otra parte, notando la fuerte erección entre mis pantalones cuando no aguantas tocarme allí mismo. Sin sutilezas. Sin paréntesis. Sin ningún tipo de remordimiento que me hace tragar duro.

—¿Qué, qué?

—¡Por mucho que te ame! 

Aparto tu cuerpo del mío, sin embargo, tus labios atrapan los míos. Los derrites con tu fuego. 


100 ways + kim tae hyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora