diecinueve

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Díficil olvidar el perfume de su piel. Creo que, hasta me atrevo a pensar que, me atrapó el sonido de su risa, mutilándome y dejándome pequeño. 

—Dime la verdad, Stephanie —habla Yoon Gi, con la mirada confusa—. ¿Estás jugando con los dos? 

—¿Tienes algún problema que juege con los dos? —digo firme—. Yo no tengo ninguno, ¿y tú? Es una mujer que puede hacer lo que le plazca... ¿O no te das cuenta de la situación en la que te encuentras? Porque estoy entiendo que parece que no te importa nada los sentimientos de Yu Ri.

—Cállate... —pide él—. ¡Cállate, Tae Hyung!

—Tae Hyung tiene razón, e igual me da completamente igual. Tienes novia, y aún así acepté tus citas, ¿no? ¿O vas a dejarme a mí como la otra? Creo que me cansé un poco de eso, necesito otro tipo de aventura. Alguien tan libre como yo.

La exposición le hace calentar las mejillas de pura rabia, como si le dejara en evidencia que el único imbécil aquí era él. Me río en su propio rostro, con sabor a victoria. Con el sabor de Stephanie en mi paladar. Mi corazón se estruja cuando  Yoon Gi se fue después de mostrar un enfado preliminar, con las fosas anchas y la boca abierta. Hoy podré dormir profundamente, entre los brazos de ella para no pensar en la amargura, en el hospital donde descansabas.


100 ways + kim tae hyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora