Capítulo XII

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Después de aquel encuentro que había tenido con Farid y sus secuaces pude notar como la policía hacia hasta tres rondas diarias durante al menos dos semanas. En ese tiempo mantuve una comunicación constante con George, quien se estaba recuperando de una manera rápida debido a los cuidados de su mamá y también con Ted quien había fortalecido su amistad conmigo. Sin embargo, hubo algo que no esperaba cuando hablé con éste último por teléfono.

—¿Te mudarás? ¿Pero por qué? —le pregunté sin entender mucho lo que me había dicho antes.

—Es un asunto muy delicado...que no te puedo contar...perdón Ned pero tengo que colgar. —dijo Ted para luego nunca más volver a verlo, con la intriga de saber porque se tuvo que ir así.

No entendía que había sucedido con aquel chico que se había convertido en un gran amigo. Sin embargo, pronto me enteré de que a la ciudad había llegado una gran ola de violencia e inseguridad. Uno de los tíos de Ted había sido asesinado y a cada miembro de su familia le mandaron un trozo de su cuerpo, con un panfleto para que salieran de la ciudad en menos de veinticuatro horas sin avisarle a nadie. Me enteré de aquello porque había encontrado un papel en la casa en la que Ted vivía pero ya no había nadie, manteniendo todo tipo de alertas por si Farid se aparecía.

—Esto no puede ser posible...¿cómo es que el lugar en el que vivimos pasó de ser pacífico a convertirse en un sitio tan violento e inseguro? —se preguntaba mi padre sosteniendo el periódico y leyendo las noticias.

—Querido, eso es algo que se veía venir con la gran cantidad de desadaptados que ya no quieren estudiar. Ahora sólo se la pasan escuchando música vulgar y que hace parte de conductas del demonio, quieren dinero fácil y sólo piensan en la vagancia. —le respondía mi madre con una actitud intranquila.

Por mi parte, yo no comentaba nada. Sólo los escuchaba preocuparse por la situación que se estaba viviendo y que por el momento no parecía calmarse. Estaba al tanto de la recuperación de George, iba bastante bien y en poco tiempo se reincorporó a la escuela. Diariamente iba con él acompañado después de hablar y aclarar algunas cosas, sin bajar la guardia ante cualquier situación que nos pudiésemos encontrar. Aquel viernes que salimos de la escuela, hacía calor y compramos un par de paletas para refrescarnos antes de llegar a mi casa para una buena tarde de vídeo juegos.

—Mis padres andan muy preocupados por todo lo que está pasando. —le comenté mientras comía una paleta artesanal de coco.

—Mi mamá también está muy preocupada. Ella tiene mucho miedo de que me encuentre de nuevo con Farid y de que me de una golpiza como la que me dio la última vez. —comentaba él comiendo también una paleta artesanal de moras.

—Hace días me encontré con sus secuaces pero supe escabullirme. —dije para luego esbozar una gran sonrisa por la comisura de mis labios al recordarlo.

—Yo no tuve tanta suerte como tú. Ojalá volviera a encontrarlo para desquitarme por cada uno de los golpes que me dio. —decía con furia recordando lo que había pasado, saboreando todavía su paleta y mirándome.

—Él es más fuerte, tiene más mundo que nosotros y eso nos da mucha desventaja frente a él. Abre los ojos George, si nosotros lo enfrentamos no le podríamos hacer ni un rasguño y en la escuela la mayoría de los problemas eran causados por él. —dije sensatamente notando ya como llegábamos a mi casa.

—Sí, tienes mucha razón. Aún así, si pudiera me gustaría vengarme algún día de él. —decía George lleno de coraje, saludando a mi madre que estaba haciendo el almuerzo. 

—Mejor olvida la venganza. Háblame más bien del romance que tienes con Wanda, puesto que desde la vez que peleamos no hablamos así como ahora. —le comenté para cambiar un poco el tema.

George hizo silencio por un momento para luego suspirar, como si dejara que las palabras en su mente tuviesen contacto con su corazón y dejar salir lo que era una confesión que no esperaba de su parte.

—Después de lo que sucedió a causa de la golpiza que me dieron, me di cuenta de que a Wanda no le importo...—dijo entre sollozos y le di un abrazo para que no rompiera en llanto cuando lo noté así— Nunca fue a visitarme, no respondía mis llamadas, ni nada. Es más, intento hablarle en la escuela y ha pasado de mí como si no me conociera, por lo que decidí mejor mandarle un mensaje por SocialFur y terminarle.

—¿Y cómo lo tomó? —pregunté luego de escucharlo atentamente.

—La verdad es que no sé y poco me importa. Si a ella no le importé cuando estuve mal, no creo que le importe ahora que estoy recuperado. Más bien he estado preocupado por ti que eres mi amigo a pesar de lo mal que te traté aquel día y también por Ted, quién dejó la ciudad con su familia después del asesinato de su tío.

—Lo pasado ya no importa y me alegra que seamos buenos amigos de nuevo. En cuánto a lo que dices sobre Ted, yo también me preocupé por él cuando me llamó para avisarme que tenía que irse de la ciudad con su familia...y aunque no lo creas, también me preocupo por Farid. —dije para luego voltear la vista hacia George.

—¡¿No mames, wey?! ¿De verdad que te preocupas por ese pinche tipo? No me jodas, cabrón.

—Deja de ver tantos vídeos y memes mexicanos que te hacen hablar así, George. —dije mirándolo seriamente.

—Perdón, pero es que me causa rabia el que todavía pienses en él sabiendo como es y con todo lo que me hizo.

—Lo sé, pero sigo creyendo que algo bueno debe tener...no sé, quizás es un alma incomprendida o algo así...

—¿De verdad piensas que él es un simple alma incomprendida? No me hagas reír. —decía mi amigo de manera sarcástica.

—Bueno...puede ser una posibilidad, ¿no? —respondí de manera dudosa.

—Si así hubiese sido no lo hubiesen expulsado de la escuela. Pero bueno, no hablemos más sobre el tema y vamos a jugar un poco. Hace rato que no te pateo el trasero, jaja.

—Jaja, brincos dieras. Vamos a jugar.

—¡El almuerzo está listo chicos! —exclamó mamá para luego bajar, almorzar con ella y con papá quién también había llegado del trabajo.

El tema sobre Farid pasó a un segundo plano para enfocarme después en entretenerme jugando vídeo juegos con mi amigo. Sin embargo, tenía la inquietud de saber si Farid era siempre un chico problemático como solía verlo.

FaridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora