Pasaron casi quince días sin que supiera nada de Farid y sus acciones delincuenciales, por lo que deduje que quizás se estaba recuperando en el hospital al que habíamos llamado mi amigo y yo. Me gustaba mucho ayudar a las personas a pesar de sus acciones, por lo que fueran buenas o malas sentía que era mi deber hacer lo correcto en todo momento.
—Tú siempre andas de bonachón Ned. La verdad es que si yo fuese sido tú dejaba a ese tipo tirado en la calle. —dijo George mientras comíamos un par de panes con mantequilla y bebíamos unas maltas, comprando también un paquete de palomitas de maíz y un par de sodas de tamaño mediano que posteriormente llevaríamos a casa.
—Es así como yo soy. —le respondí para luego levantarme cuando habíamos terminado de comer y beber todo, entrando al restaurante y pagando la cuenta.
—Bueno, sí. Por eso me da gusto tenerte como amigo. —comentó él para levantarse de igual forma e ir marchando a mi casa para realizar algunas tareas escolares— ¿Siempre vas para mi casa a estudiar Matemáticas? —pregunté acomodando mis lentes.
—Hmmm...la verdad es que sí. —respondió él mientras se rascaba la nuca apenado— Yo no le entiendo nada al profesor cuando nos explica, te entiendo más a ti cuando estamos estudiando juntos y me explicas todo de manera más detallada. El profesor habla un lenguaje extraterrestre que para mí es difícil de comprender jaja.
—Jaja, no exageres. —dije esbozando una leve sonrisa de la comisura de mis labios y acariciaba su hombro derecho— Después de que te propongas a aprender, todo se hace más fácil.
—Está bien, si lo dices de esa manera entonces abriré mi entendimiento para poder entender todo. —dijo George motivado y seguimos comiendo.
Cuando terminamos, salimos del restaurante y nos fuimos hasta mi casa. Al llegar, nos quitamos los zapatos y los calcetines para luego ver algunas películas relacionadas con actividades paranormales. Eso me encantaba tanto que era un fanático y al tener un amigo que compartía casi los mismos intereses que yo era mejor todavía. Mientras veíamos la película, comimos palomitas y bebimos nuestras sodas. Cuando terminamos de verla y de realizar nuestras respectivas tareas de Lenguaje, Matemáticas e Informática, cenamos hasta que mi amigo se tuvo que ir.
—Hoy fue una tarde genial. —dijo plácidamente George luego de todo lo que habíamos hecho— Gracias por haberme invitado.
—Es todo lo contrario. Yo me siento complacido con que hayas venido, ya que teníamos mucho sin poder pasar un momento juntos.
—En eso tienes toda la razón. Desde que salí del hospital no me había divertido tanto y agradezco el tener amigos como tú. Por ahora, me tengo que ir Ned. —dijo para luego darme un fuerte y cálido abrazo— Pero espero que nos veamos mañana otra vez.
—Dalo por hecho, jeje. —reí de forma tranquila y correspondí a su abrazo para así terminar de despedirme, no sin antes darme cuenta de una presencia extraña en los arbustos del jardín frontal de mi casa.
—¿Q-Quién anda ahí? —pregunté con los pelos de punta y noté como aquella figura se movía del lugar dónde estaba hacia la calle, corriendo a más no poder. Como la noche estaba tan oscura, no pude distinguir de quien podría tratarse, pero lo que si era seguro es que era grande, tenía largas orejas y corría bastante rápido.
George también se dio cuenta de aquella figura extraña que parecía sacada de la película que habíamos visto, por tanto él prefirió no irse solo hasta su casa y yo me ofrecí a acompañarlo por si algo sucedía.
—Gracias por acompañarme Ned. Siento el haber sido un cobarde y causarte todas estas molestias. —decía él apenado con sus orejas bajas.
—Ya sabes que no es ninguna molestia. Tú mismo dices que soy bonachón y a mí me gusta ayudar a mis amigos. —le dije dando pequeñas palmadas en su espalda.
—Perdón por haber sido una mierda completa contigo tiempo atrás.
—Descuida, no pasa nada. Después de que me prometas que no te comportarás de la misma manera de nuevo, se fortalecerá nuestra amistad y seremos buenos amigos como siempre hemos sido.
—Jeje, dalo por hecho. —dijo George para luego entrar hasta su casa— Espero que te cuides mucho en el camino de regreso.
—No vivimos tan lejos, así que no te preocupes. —le dije para darle parte de tranquilidad, aunque debía ser honesto conmigo mismo y era que el haber visto a esa figura extraña rondando mi casa, me hizo sentir un poco de miedo y más cuando iba a regresar solo a casa.
Como resultado del vandalismo que habían hecho algunos chicos por el barrio, no todas las luminarias funcionaban correctamente, así que a pesar de los esfuerzos de éstas por encender todas completas, algunas permanecían en completo mal funcionamiento.
—"Todo esto es culpa de Farid y sus secuaces. Si no fuese por todas las cosas que hace, todo en el barrio estaría bien" —pensaba dirigiendo mis pasos de regreso a casa.
Sin embargo y por estar pensando tanto, me distraje y me topé con aquella figura extraña que parecía estar siguiéndome sin darme cuenta. Corrí lo más que pude pero sentí que esa figura extraña me perseguía más y más. Las casas estaban cerradas y lo peor de todo es que cuando intenté gritar, esa figura me alcanzó y me tapó la boca con fuerza. Pensé en que tal vez me iban a hacer algo, pensé en lo peor. Pensé en que todo estaba perdido y a mi mente se venían los recuerdos de mi papá, mi mamá, George y Farid ante aquella situación que estaba afrontando.
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Farid
KurzgeschichtenNed es un lobo marrón que tiene una vida completamente normal. Con 15 años de edad, es un chico inteligente, sociable y de gran imaginación. Sueña con convertirse algún día en un gran periodista, por lo que todo el tiempo está atento a las cosas que...