Capítulo 2

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"Soluciones del convenio,

coincidencias del destino"



Tan pronto como la noche había caído, Hermione se encerró en su habitación para terminar de desempacar sus maletas. El día había transcurrido de manera extraña y agotadora.

Mientras Crookshanks, como de costumbre, estaba ya en medio del colchón durmiendo. La joven rápidamente tomo su ropa de dormir y se adentró en el baño para ducharse. Fue relajante para sus músculos que durante el día se habían tensado, pero ansiaba dormir y no seguir pensando. Ya vestida con su pijama camino directo hacia su cama y coloco su varita en el primer cajón de la mesita de noche.

— Vamos Crook, muévete. — Ordeno la castaña.

El gato lleno de pereza cumplió con la orden de su ama. Hermione sonrió y apago la lamparilla a su lado. Sus parpados comenzaron a cerrarse hasta que finalmente la chica cayó en un profundo sueño.



Fleur despertó con una picazón intensa en sus ojos, el aire que se colaba por las ventas y el olor a tierra húmeda, era indicio de que su día había comenzado. Después de estar en cama prácticamente sin hacer nada más que leer una vieja novela ficticia de magia, ella sabía que era más que necesario salir de entre las sabanas.

Ya habían pasado dos días desde que Bill había visitado la mansión Delacour.

 Dos días en los que Fleur se sintió cansada y llena de desgano. Gabrielle no había hablado con ella desde la visita del Weasley, y podía entender de cierta forma la inconformidad de su pequeña hermana; "No intentes seguir buscando algo que ya has encontrado ", fueron siempre sus palabras.

Apolline, por su parte había insistido en que todo lo que hiciera se redujera a estar en su habitación. Su madre siempre había sido un poco exagerada, ya que a pesar de tener veinte años a veces solía tratarla como una niña. Fleur sabía que su condición no había sido la mejor durante los últimos días, semanas, quizá meses.... o para ser exactos años, pero jamás pensó que llegaría a tocar fondo.

Las Veelas son seres que prácticamente dependen del amor de su pareja, pero Fleur no podía comprender, o más bien nunca logro entender, porque debía ser de esa manera. Supuestamente al no ser correspondida, los estragos de un mal de amores comenzarían a afectar su salud y belleza. Su aspecto jamás habría sido deteriorado por la herencia en su sangre si tan solo Hermione le hubiera hecho caso. Pero de nada servía lamentarse, e incluso renegar sobre todo lo que había ocurrido en su vida, había aprendido que los errores del pasado deberían permanecer ahí y solo recordar lo bueno. 

Hermione era algo bueno, ¿no? 

Ese pensamiento había sido su tormento de cada día, la joven se había convertido en su llama gemela y ella no lo sabía. Aunque nunca había hablado con su madre sobre eso, trataba de encontrar una respuesta justa y sencilla. 

¿Cuáles eran las consecuencias?

¿Acaso ella iba a morir?

Su cabeza había comenzado a dolerle y las nauseas en su estómago se hicieron presentes. Esa  idea le aterraba.

Fleur limpio una traviesa lagrima que resbalaba por su mejilla. Sabía que estaba siendo infantil al llorar nuevamente por la castaña, pero era algo que no podía evitar, a pesar de haber pasado ya varios años de su encuentro. La vida era demasiada dura para ella, Hermione vivía a miles de kilómetros en un lugar donde tenía gente que le amaba, mientras que Fleur se iba consumiendo poco a poco.

She will be lovedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora