Capítulo 28

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"Lujuria"

El sonido de pasos acercándose logro interrumpir el ambiente sofocante que las rodeaba. Silvia permaneció con la sonrisa traviesa en sus labios, disfrutando de la vergüenza e incomodidad de la chica frente a ella. Mientras que Hermione trataba de reponerse del estado estupefacto en el que se encontraba.

Hacer el amor eran palabras mayores, y tenian un significado demasiado grande para ella. Más que un acto físico, lo asociaba a algo emocional y que de por vida recordaría. La repentina sensación de incomodidad se vio interrumpida al escuchar la voz de Fleur detrás de ella.

— Estoy lista para ir a casa.

La morena asintió y trago saliva con dificultad. No confiaba en su voz, pero al menos su esposa se conformó con los movimientos rígidos de su cuerpo.



La noche cubrió el cielo con su manto negro, teñido con pequeños puntos brillantes y vientos airados que mecían las copas de los árboles. Hermione observaba el campo desierto de la propiedad, tratando de ignorar los pensamientos acumulados en su mente.

Fleur yacía profundamente dormida en la cama, ajena a lo que sucedía con su esposa. A pesar de sus protestas e intentos inútiles de permanecer despierta, las pociones fueron administradas, y con ellas los efectos secundarios que adormecían a la Veela. La castaña suspiro lentamente y se volvió a observar a la bruja francesa, su rostro apacible envió escalofríos por todo su cuerpo. El tono rojizo hizo acto de presencia en sus mejillas, pero la oscuridad camuflajeo su vergüenza.

Maldijo a Silvia y sus palabras, pero sobre todo a ella misma por comportarse como una adolescente hormonal. Una voz en su interior se burló ante ese pensamiento. Quizás ya no tenía quince años, pero su cuerpo estaba comenzando a madurar como cualquier otro. Los cambios físicos que se había venido desarrollando tiempo atrás la habían convertido en una joven con deseos reprimidos.

Las pláticas de Lavender y otras chicas de su dormitorio volvieron fugazmente a su memoria. Hermione solía tratar de ignorarlas fingiendo trabajar en sus deberes o leer un libro, pero sus oídos de una u otra manera captaban las palabras excitantes, que horas más tardes tenían consecuencias. 

El tono rojizo en sus mejillas se intensifico y provocó una ola de sensaciones inquietantes en su cuerpo, pero la única explicación que podía encontrar se debía a un solo sentimiento: la lujuria.

Hermione resoplo con disgusto y cruzo los brazos sobre su pecho.

— Esta va a ser una larga noche. — Susurro desviando su atención hacia un lugar alejado de la habitación.

Sus pies comenzaron a rondar por la habitación sin rumbo fijo manteniéndola alejada de la cama matrimonial donde cierta rubia estaba. La oscuridad no era una gran oponente ante su desesperación y paranoia, en teoría, podía sentirla como una aliada que ocultaba las reacciones que Fleur provocaba.

La castaña se preguntó el porqué de pronto todos esos sentimientos no tan inocentes aparecieron. Quizás siempre habían estado presentes, pero nunca antes se habían salido de control. Ella tembló con impotencia. Ser humana era más difícil de lo que creía, sobre todo cuando se trata de resistirse a algo que tarde o temprano va a ocurrir. Algo que desea pero que no tiene idea de como llevar a cabo.

Lo mejor seria esperar un poco más antes de dar un paso tan grande. Ella se aferraba a eso, pero las acciones de su compañera evidenciaban lo opuesto a sus creencias.

Fleur se movió entre sueños y coloco su brazo en el espacio vacío de la cama. Hermione se detuvo observando con atención, casi esperando que la rubia abriera los ojos y saltara de la cama para su buscarla. Era exagerado, pero existía la posibilidad de que sucediera. El pensamiento la hizo sonreír y continúo observando a la mujer cuya parte superior de su cuerpo se encontraba únicamente cubierta por una blusa de seda.

She will be lovedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora