Capítulo 4.1: Algún día será mío (Por Asmita).

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Desde que nací mi padre Hakurei me enseño el oficio de la joyería, me dijo que el negocio familiar no debía tenerlo cualquiera. Sin embargo, mi hermana mayor se casó a los 18 años con Dohko Barone, un don nadie carpintero. Cuando lo hizo, mi padre me regaño, dijo que yo debía recuperar la parte de las acciones de mi hermana.

Al año siguiente tuvieron un hijo, al verlo mi celo comenzó. Corrí a encerrarme a mi habitación, mi padre inmediatamente me hizo estudios y obvio resulté ser un maldito omega. Al principio no me sentía a gusto conmigo mismo, pero ese pequeño me hizo sentir afortunado.

Con forme Tenma iba creciendo, iba siendo más apegado a mí. En serio, era un pequeño que me enseñó a querer y a amar a alguien ajeno. Tenma, mi pequeño Tenma, gracias a él descubrí lo que yo era y sabía que él era mi alfa.

Al cumplir mis 16 años mi padre hablo seriamente conmigo.

-Asmita, si ese pequeño resulta ser un alfa debes de hacer de todo para que sea tu esposo, recuerda que debemos mantener una familia pura -dijo orgulloso-

-pero padre es mi sobrino -expresé avergonzado-

-no me importa, yo me case con mi hermana para mantener el linaje -excusó serio-

En efecto, mi abuelo hizo un lio en su familia, tuvo tres hijos, dos alfas gemelos y una mujer omega. A ella la escondió al nacer en un orfanatorio y la hizo pasar por muerta. Mientras probó la obediencia y lealtad de sus dos hijos Hakurei y Sage, mi padre gano y lo caso con mi madre.

Al principio no sabían la verdad, sin embargo, al estar en su lecho de muerte, mi abuelo revelo la verdad a mis padres. Mi madre no aguanto la presión y se aventó por el balcón. Sinceramente ni a mi hermana ni a mi nos afectó.

Mi tío Sage nunca se enteró de lo sucedido y en serio fue un gran alivio. Poco después nos enteramos que se dedicaría a la industria textil. Eso a mi padre no le agrado mucho que digamos, pero lo felicito.

En cuanto me entere del pasado oscuro de mi padre me causo un poco de intriga, pero por mi pequeño estaba dispuesto a todo. El tiempo paso y al tener Tenma 7 años, me le declare, ya no soporte verlo reír y jugar con alguien más. Él no me dijo nada, solo se quedó callado y se fue de ahí. Así mismo también presione a mi hermana para que le hicieran un estudio, allí resulto ser un alfa.

Poco después mi hermana murió, a lo que provocó que ese idiota de Dohko se lo llevara. Ese día me hizo sentir fatal, se llevó a mi mundo.

En el rato que se fueron a las afueras de Italia, poco a poco iba perdiendo resistencia con mi celo. Necesitaba a mi alfa, pero ¡ya!, por más que me ponía los inhibidores no me ayudaban.

Un día me encontraba en el despacho, cuando de pronto alguien se manifestó.

-Buenas tardes mi querido Asmita ¿Cómo estás? -dijo aquella mujer rubia-

-¿Quién eres y como entraste a mi casa? -expresé molesto-

-¡oh!, cierto, perdona mis malos modales, mi nombre es Deméter, Diosa de la agricultura, la fertilidad y la tierra, protectora de los cultivos y las cosechas. Hija de Crono y Rea, Hermana y esposa de Zeus y soy tu madre, mi querido Arión -declaró seria-

Me quedé mirándola un rato seriamente, luego comencé a reírme hasta casi hacerme del baño, obvio sus incoherencias me causaron risa.

-no ya en serio, ¿Quién eres? -pregunté una segunda vez-

-sabía que no me ibas a creer, escúchame querido hijo, aun no puedo revelar muchas cosas, pero a su tiempo lo haré. Sin embargo, estoy aquí para ayudarte a casarte con tu hermana Perséfone o, mejor dicho, con Tenma -enunció la rubia-

Olvidemos la guerra Santa, Parte 1. [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora