Capítulo 22

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Capítulo 22

Jared

Oscuridad, y ruido, y dolor.

Cuando Jared recupera la conciencia, le duele todo el cuerpo. Los fuegos artificiales explotan detrás de sus ojos mientras intenta moverse, estirarse. Está tumbado de lado, su cuerpo enroscado en una bola, sus extremidades se acalambran. Con el miedo apretando su estómago, se da cuenta de que apenas puede moverse, que está encerrado por todos lados, como si estuviera en una tumba.

A diferencia de una tumba, dondequiera que esté, no hay tranquilidad; el ruido lo rodea. Tan fuerte que es como una presión física contra su cabeza. A medida que crece su pánico, le lleva un tiempo reconocerlo como el estruendo de los neumáticos por un camino, el rugido de un motor. Bien, vale, un coche, debe estar en un coche o algo así. Y se está moviendo, yendo bastante rápido, por las sacudidas y golpes que lo tienen moviéndose contra las superficies duras de su entorno, golpeándolo y raspando su piel expuesta contra los bordes ásperos.

De repente, su mundo entero salta, por un segundo su costado deja el duro suelo, está en el aire en el espacio reducido, luego cae de nuevo, de golpe, su cabeza girando a causa del dolor, su último pensamiento antes de que el olvido reclame su mente, "Mierda, estoy en un puto maletero".

Jensen

Cuando suena el teléfono en su oscuro despacho, Jensen casi lo deja ir al buzón de voz. Está teniendo una mala noche; demonios, parece que ha tenido un mal mes desde que Jared salió de su apartamento.

Esta noche ha sido especialmente dura sin embargo. Con Alaina fuera el fin de semana, los asuntos normales de la gestión del club son, esta noche, su problema. Y ha habido muchos problemas. El personal no se presenta a sus turnos, un proveedor que se queda corto en su entrega y uno de los gorilas que atrapa a un traficante tratando de entrar al club. Jensen está totalmente fuera de sí en este momento, su energía drenada y su paciencia agotada.

Con un suspiro bajo, iluminado sólo por el brillo de la pantalla de su computadora, alcanza el teléfono, pero que Dios lo ayude, si es otro problema va a golpear algo, o a alguien.

—¿Sí? —contesta pegándose al auricular.

—Oh erm... oiga Jefe, ¿lo siento es un mal momento? —Es Alona, una de sus favoritas del personal del bar del club. Jensen se siente inmediatamente culpable por descargar su frustración y su ira con ella.

—No, adelante, ¿qué pasa? —Trata de sonar un poco menos como el ogro que siente a punto de asomar.

—No pasa nada, sólo me preguntaba... ¿queréis algo de beber? —Suena cautelosamente esperanzada y Jensen está confundido tanto por su tono como por su pregunta.

Jensen suspira de nuevo, consciente de que ha estado haciendo mucho de eso recientemente. —Estoy bien, gracias. Oh, y si ves a Kane o Ben, puedes decirles que me voy a retirar. Ben puede encargarse de cerrar.

—Claro, jefe. Sé que no es asunto mío, mi llamada ha estado totalmente fuera de lugar... pero cuando vi a Jared antes, yo... ...yo realmente...

El cerebro de Jensen se cortocircuita cuando se menciona el nombre de su ex. —Espera, ¡¿qué?! —ladra por la línea.

—Erm... Estuvo en el bar antes. Lo vi yendo en línea recta hacia las escaleras del vestíbulo. Pensé, mierda... Lo siento, jefe, pensé que el tipo era agradable y no lo había visto por un tiempo, así que cuando lo vi tomando un par de tragos y luego dirigiéndose hacia ti pensé... tal vez... —continúa, pero la mente de Jensen la desconectó en cuanto dijo que Jared había estado en el club. ¿Vino a ver a Jensen? ¿Cambió de opinión o perdió los nervios? ¿Cuándo fue esto, estaba todavía en el club?

The ScarletDonde viven las historias. Descúbrelo ahora