Capítulo 3
Jared está muy orgulloso de su cuerpo, trabaja duro para mantenerse en forma y no tiene ningún problema en desnudarse en el vestuario del gimnasio. Pero esto es tan diferente, arrodillado en esta habitación rodeado de accesorios capaces de proporcionar placer y dolor, bajo el frío escrutinio de este hombre deslumbrante. Se siente vulnerable, con el corazón acelerado y los músculos tensos. Su ropa está amontonada a un lado y es meticuloso en el momento de asegurarse de que está en la posición correcta, con la cabeza baja mostrando respeto y la espalda recta para el orgullo de su Dom. Su polla se siente pesada entre las piernas, medio dura por la anticipación.
Puede oír a Jensen moverse, vislumbrar el movimiento por el rabillo del ojo mientras rodea a Jared haciendo pequeños ajustes en su postura. Ha estado arrodillado aquí durante... ¿diez... quince minutos? No puede estar seguro, pero sabe que es importante quedarse quieto. No quiere decepcionar a Jensen, quiere demostrar que tiene potencial, que arriesgarse con un sumiso no entrenado vale la pena.
—De pie.
Jared despliega sus extremidades sin dudarlo, de pie con los pies separados a la distancia de sus hombros, con las manos a los lados. Se siente aún más expuesto de esta manera, aunque su polla al menos parece contenta con la situación a medida que se endurece, creciendo en longitud y grosor. Pasan largos momentos, Jared hace que su cuerpo se relaje. Ha hecho su elección, lo que suceda ahora está fuera de su alcance, siente alivio al haber entregado el control a Jensen. Relajado, se da cuenta de que su mente se ralentiza, piensa distantemente que así debe ser como se siente la meditación.
Jensen todavía está de pie frente a Jared, con los ojos hacia abajo Jared sólo puede ver los pies descalzos de Jensen, está tan cerca que, si Jared se movía mínimamente, podría tocarlo. Los dedos de Jared se estremecen con el deseo de contacto.
Jared se asusta un poco cuando Jensen dice: —La cicatriz en tu pierna izquierda, ¿cómo te la hiciste?
Lo esperaba; la cicatriz en su muslo se ha desvanecido con el tiempo, pero sigue siendo obvia, larga y desgarrada. Su respuesta es ensayada y refinada por todas las veces en que le han hecho esta pregunta sus compañeros y amigos antes. No levanta la vista y responde suavemente que se trata de un accidente de coche en su adolescencia.
Hay una pausa y Jared tiene que resistirse a la necesidad de ver la cara de Jensen, para tratar de entender lo que está pensando.
—¿Alguien más en el coche resultó herido? —. Jared se pregunta si Jensen puede leer su mente, escogiendo de lo que Jared menos quiere hablar, un tema en el que Jared prefiere no pensar y mucho menos confesar a este imponente hombre.
—Mi madre... murió —. Si su voz tiembla, no es por falta de esfuerzo. Espera los tópicos bien intencionados, pero no llegan, sino que Jensen se mueve detrás de él y recorre con sus dedos las pálidas líneas de cicatrices que corren sobre su omóplato derecho.
—¿Y estas? —. Jared no puede verlas sin un espejo, no es que las haya buscado en mucho tiempo y pensaba que se habían desvanecido por completo. Se tensa ante los malos recuerdos, con las manos cerrándose inconscientemente en puños tensos. Considera irse en lugar de responder a la pregunta, pero se niega a caer en el primer obstáculo de esa manera.
—Mi padre —. es un susurro enojado a pesar de su intento de sonar distante, quiere que Jensen vea las señales de advertencia, que retroceda.
Siente que Jensen se inclina para decir: —Ya hablaremos de esto más tarde.
Jensen desliza sus manos por la espalda de Jared, el toque distrae a Jared de los malos recuerdos y las preguntas difíciles. Los dedos se deslizan sobre su piel, dejando huellas calientes a su paso. Los músculos se relajan lentamente, los hombros caen, Jared, gradualmente y con esfuerzo, comienza a regresar al lugar tranquilo de su cabeza. Los dedos largos descifran las caderas de Jared, moviéndose tranquilamente, jugueteando con sus abdominales apretados y subiendo por su suave pecho.
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The Scarlet
Fiksi PenggemarJared entra en el Scarlet, el principal club fetichista de Estados Unidos, sin tener idea de lo que realmente espera conseguir, tan solo con la seguridad de que tiene un tipo de necesidad que ya no puede seguir ignorando. Cuando conoce al deslumbran...