Capítulo 26
Se acuestan uno al lado del otro por un rato, Jared disfruta del zumbido postcoital, mientras recupera el aliento y la capacidad de pensar. Moviéndose un poco, Jared alcanza el evidente bulto en los pantalones de Jensen, e intenta no sentir el escozor del rechazo cuando su mano es atrapada y detenida en su avance. Jensen la levanta hacia sus labios y besa los nudillos que aún se están curando.
Cuando se levantan, están casi pegados. Jensen se ríe de la mueca en la cara de Jared y lo lleva al dormitorio, donde ambos se cambian de ropa. Esto resulta ser un proceso lento, interrumpido por manos errantes y muchos besos suaves y burlones.
Deciden pasar el resto del día acurrucados frente a la gran pantalla plana de Jensen, acomodándose para unas horas de caricias descuidadas y películas de ciencia ficción. Jensen hace la primera selección de celuloide de la noche, sacando una copia de Moon de su vasta videoteca. En el gran sofá en el que Jared había sido recientemente sujeto, se sientan uno al lado del otro. Jared se pregunta brevemente sobre la satisfacción que encuentra al apoyar su cadera y su hombro contra Jensen.
Están escogiendo su segunda película, Sunshine, cuando el estómago de Jared comienza a retumbar. Jensen se ríe y, por supuesto, Jared se ruboriza. Después de una corta y juguetona negociación, deciden pedir algo a domicilio. La comida llega cuarenta y cinco minutos más tarde y ven el resto de la película con cajas de comida china en sus regazos, dándose trozos de carne crujiente y pollo agridulce, riéndose de su propia torpeza. Se siente como un bálsamo curativo para Jared.
A continuación, deciden ir a lo retro y Jared encuentra una copia de Silent Running en el estante alfabetizado. Girando, le muestra la caja a Jensen con una gran sonrisa en su cara, —No he visto esta desde que era un niño. ¿Podemos?
Jensen toma la caja y finge inspeccionar la imagen de la cubierta de los setenta. Suspira. —Supongo que si te hace feliz —responde en un tono muy marcado, mientras le devuelve el DVD a Jared.
Sin embargo, a Jared no se le escapa una ligera elevación de la comisura de la boca de Jensen, y eso es lo que confirma a Jared que el fingido disgusto es sólo eso, fingido. Jared mete el disco en el reproductor y vuelve al sofá, donde expresa su gratitud por la tolerancia de Jensen, puntuando sus palabras de agradecimiento con besos a lo largo de la columna del cuello de Jensen. Riendo, Jensen rodea sus hombros y acerca a Jared a su lado, donde se instala felizmente al comienzo de la película.
La película, una historia de gigantescos invernaderos en el espacio, cuidados por un eco-guerrero loco, es interrumpida dos veces por el zumbido del móvil de Jensen, la primera llamada es del jefe de seguridad de Jensen, y la segunda de una frenética Alona, que, tras enterarse del secuestro de Jared, está muy preocupada.
Jensen le asegura que Jared está, aunque no precisamente ileso, al menos libre de cualquier daño físico duradero y descansando en el apartamento de Jensen. Jared no puede entender su lado de la conversación, pero se pone rígido cuando oye a Jensen mencionar a su ex.
—No te preocupes, me ocuparé de Danneel... No lo sé todavía, no puedo pensar en eso ahora mismo... Sí lo haré... Lo sé... Está bien... Tú también. —Jensen termina la llamada y mira fijamente el móvil en su mano. Después de un momento, parece sacudirse sus pensamientos y, después, reanuda la película y atrae a Jared de vuelta a su lado, pasando distraídamente sus dedos por el cabello de Jared.
Jared toma el control remoto de la mano sin resistencia de Jensen y pulsa la pausa de nuevo, congelando a un robot a medio tambalearse. —Danneel, ¿ella estaba en esto? —pregunta Jared, su tono neutral, su voz firme. Había asumido que su presencia no era una coincidencia, pero no había preguntado hasta dónde llegaba.
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The Scarlet
FanfictionJared entra en el Scarlet, el principal club fetichista de Estados Unidos, sin tener idea de lo que realmente espera conseguir, tan solo con la seguridad de que tiene un tipo de necesidad que ya no puede seguir ignorando. Cuando conoce al deslumbran...