The Scarlet

Capítulo 13

Capítulo 13

Entran juntos en la sala principal, junto al escenario hay alrededor de una docena de colchonetas cuadradas en el suelo, le recuerdan a Jared el tipo de cosas en las que solía entrenar la lucha libre en el instituto. La pareja ocupa una de las de la parte de atrás, Jared en posición de espera y Jensen, con su único brazo libre apoyado en una rodilla doblada, Jared cree que es la imagen de la perfección, casual, con su camisa negra y unos vaqueros que resaltan su culo.

—Esa chica era muy guapa —afirma Jensen cuando están sentados y esperando que todos se acomoden. Jared mira a Jensen alarmado. Su Dom parecía bastante enfadado la última vez que encontró a Jared hablando con una chica. Pero Jensen no parece enfadado, si Jared tuviera que describir su expresión, sería especulativa.

—Se llama Kat, la dejaron plantada, parecía que estaba a punto de llorar cuando me acerqué —responde Jared, decidiendo que la discreción es la mejor parte del valor.

—Eso es muy caballeroso de tu parte, Jared, pero lo que quiero saber es si te gusta, ¿es tu tipo? —Jensen tiene ese malvado brillo en sus ojos otra vez y Jared puede sentir sus orejas ardiendo por la franqueza de su Dom.

—Es muy atractiva, señor. —Jared se salva de más preguntas porque Kat entra en la habitación y coge una colchoneta junto a la suya, sonríe a Jared y, cuando mira a Jensen, sus ojos se abren y sus labios se separan ligeramente. Jared cree que es un buen reflejo de su propia expresión cuando vio a Jensen de cerca por primera vez.

Ahora que su abrigo ha desaparecido, Jared puede ver que lleva un vestido púrpura oscuro hasta la rodilla, que se aferra a sus curvas, mostrando su figura de reloj de arena allí donde está sentada, con las piernas dobladas a un lado. Las finas correas de sus hombros y el corte de la parte trasera del vestido revelan un intrincado tatuaje negro que cubre la parte superior de su espalda.

Un silencio cae sobre la multitud mientras Maggie y su sumisa, (¿Rebecca? ¿Rachel?) entran en el escenario. El traje de Maggie esta noche se ajusta mejor a la imagen que tiene Jared de una dominatriz, botas hasta la rodilla, una falda negra ajustada y una blusa blanca con suficientes botones desabrochados para mostrar sus generosos pechos de la mejor manera, su sujetador de encaje negro asomando. Una cinturón ancho de cuero cubre su cintura, atado sobre la fina tela de la blusa. Su sumisa, Jared está bastante seguro de que se llama Rachel, lleva una bata de seda rosa pálido, su pelo recogido en una cola de caballo alta.

La música clásica a bajo volumen llena la habitación y el otro sumiso de Maggie aparece con largas cuerdas negras en sus manos, las coloca en el escenario y las luces de la habitación se atenúan, dejando sólo el escenario bañado en una luz suave.

Rachel toma el centro del escenario y sosteniendo la mano de su Domme, se pone de rodillas, su culo descansando sobre sus pies y sus manos con las palmas hacia arriba en su regazo. Maggie se coloca detrás de su sumisa, acariciando y palmeando su rostro levantado, su cuerpo enfundado en seda y flexible, los brazos rodeándola reverentemente, de forma posesiva. Una mano se desliza brevemente dentro de la túnica para cubrir todo el pecho. La cabeza de Rachel se apoya en el hombro de su amante, mientras que ella se sumerge en un estado sereno, como de trance. Maggie sujeta un muslo en cada mano y separa lentamente las piernas de su sumisa, abriéndola al público embelesado, el suave material rosado se desliza a un lado para revelar la ropa interior de encaje blanco y negro que hay debajo.

La Domme levanta una mano imperiosamente y una cuerda negra es tendida hacia ella, tomando el largo cabo en sus manos, lo desliza lentamente, de atrás hacia adelante, a lo largo del cuello y la clavícula de su sumisa, sobre la elevación de su pecho. Arqueándose ante la sensación, los labios de Raquel se separan en el placer, sus ojos se cierran.