22. Bajo el frio sol de invierno

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Cuando despierto, siento los brazos de alguien rodeando mi cintura. La respiración acompasada de mi acompañante se me hace conocida. Abro los ojos y lentamente me giro para verlo. En algún momento de la noche, Noah debió llegar y quedarse dormido. Veo sus facciones, su piel lisa, sus labios rosados. Por un momento, me olvido del beso de Holden, de mis poderes, y solo puedo pensar en lo tonta que fui al alejarme de él. Pronto los acontecimientos recientes invaden mi cabeza. Mi sonrisa se desvanece. Con delicadeza me deshago de sus brazos y salgo de la tienda, haciendo el menor ruido posible, no quiero despertarlo, debe de haber dormido un par de horas como mucho. Miro alrededor. El sol indica que recién ha amanecido, y no veo a nadie fuera, así que me dirijo con paso seguro al precinto. Cuando llego a la enfermería, saco la ropa que me pondré y me voy al baño a cambiarme y hacer mis necesidades. Cuando vuelvo, Maggie y Zoe ya se han levantado, así como gran parte de los niños.

Rick ha pasado una noche tranquila, con un poco de dolor. Ayudo a Maggie a cambiar la venda, ya que ha sangrado, y luego me dirijo con Zoe a la habitación de los niños para llevarlos a desayunar. Mientras termino de comer, Noah entra y me saluda con la mano. Los niños dejan sus platos sucios en la fregadera y salen junto con Zoe, dejándome sola en el comedor. Noah se sienta junto a mí y sonríe.

-¿Por qué no me has despertado?-pregunta. Me encojo de hombros.

-Pensé que tal vez necesitarías descansar. Anoche no te escuche llegar.

-Créeme que con la situación actual no me es fácil dormir. Debemos estar preparados-dice Noah, haciendo una mueca.

-Estaremos bien-le digo.

Tomo su mano entre las mías y acaricio el dorso de esta. Noah me sonríe y se inclina hacia mí. Nos miramos fijamente. Sus ojos me hacen sentir segura, tal vez debería decirle sobre mis poderes, debería decirle porque tengo tanto miedo... pero no puedo. Parpadeo y desvío la mirada. Noah se aleja.

-Iré a ver el perímetro-dice. Se acerca con cuidado y deposita un beso en mi mejilla, dejándome sonrojada.- Nos vemos luego.

Observo por donde se ha ido en silencio. Doy el último sorbo a mi taza de café y me levanto. Lavo la vajilla sucia, y cuando termino, salgo del precinto y observo a mi alrededor. Son las nueve, y a pesar de estar acercándose el invierno, la luz del sol es potente, por lo que decido dar un paseo por la orilla del lago. Me quito mis zapatillas y comienzo a caminar a paso lento, observando el agua. No pasa mucho rato y detecto la energía de Holden aproximándose, así que me detengo y espero a que llegue a mi lado. Se coloca frente a mí, con brazos cruzados, y ojos entrecerrados.

-¿Cómo dormiste, princesa?-pregunta con sorna. Ruedo los ojos.

-Perfectamente. Y no me llames princesa-le replico.

-Veo que, después de todo, eso no estar con Noah ha durado poco-me dice, provocándome. Me cruzo de brazos y estiro el cuello.

-¿Por qué no te metes en tus asuntos?-le espeto.

-¿Ya se reconciliaron? ¿Tuvieron su noche de amor?-me pregunta, dando un paso hacia mí.

-Eres un imbécil Holden.

-¿Le dijiste ya de tus poderes?-continua.

-Vete a la mierda, Holden-le digo, dándole un empujón.

-Ni siquiera fuiste capaz de decirme a la cara que ibas a ir a dormirte con él-me espeto.

-¿Para qué? Si nos estabas espiando y escuchaste todo-le digo, destilando odio en mis palabras.

-No los estaba espiando. Fui, porque estaba preocupado por ti, y los escuche sin querer-me explica.

-Si claro-le digo bufando.

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