CAPÍTULO SIETE

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El lunes por la mañana tras despertarme desayuné y me puse a ver un rato la televisión, pero no había nada interesante por más que hiciera zapping una y otra vez así que decidí encender el móvil de una vez.

¡Tenía 10 llamadas de los hermanos Scott, aunque la mayoría eran de mi mejor amiga! ¡Y cuando entré en Whatsapp vi que entre grupos y chats individuales tenía más de 500 mensajes.

Entré en el grupo de mi antigua clase y decidí salirme, no sin antes dejarles un mensaje:

Gracias chic@s por todo lo vivido, no sabéis cuanto os echo de menos...Pero sintiéndolo mucho me voy a salir del grupo, si necesitáis cualquier cosa ya sabéis cual es mi número, no dudéis en hablarme. Un beso, y hasta pronto. 

Una vez hecho leí todos los mensajes de Vega donde me ponía "verde" por no haber dado señales de vida y tener a Blake demasiado preocupado.

Suspiré y decidí llamarla.

-Espero que tengas una muy buena excusa para defenderte o ¡estás muerta!-Fue lo primero que dijo.

-Gracias, yo también te quiero amiga.-Reí.

-A mí no me hace gracia, ya estás explicándome porque no me has contestado en todo el día de ayer.

-¿Qué tal si vienes a desayunar conmigo y te cuento?

-En cinco minutos estoy allí.-Y colgó sin dejar que me despidiera.

Dicho y hecho, a los minutos acordados el timbre de mi casa sonó.

Cuando abrí me encontré con una Vega sonriente y una bolsa llena de...¡Chocolate fijo!

-Anda, si me traes el desayuno a domicilio, ¡eres la mejor!-Sonreí y la abracé.

-¡Y tú la peor! Me has preocupado muchísimo, y a mi hermano más.

-¿A tu hermano? No sé yo, ¿eh?

-¿Qué es lo que ha pasado? Porque por más que le insistía no me lo quería contar, solo me dijo que hiciera lo imposible por decirte que necesitaba hablar contigo.

-Si tanto necesita hablar conmigo, ¿por qué no ha venido él?

-Porque le cerrarías la puerta en la cara, seguro.

Negué con la cabeza y me dirigí hacia la cocina con la bolsa llena de alimentos.

-¡Palmeras de chocolate! ¡Qué perdición!-Sonreí.

-Bueno, ya estás contando qué pasó después de que os fuerais de la fiesta.

Resoplé y mientras preparé lo necesario para comer le puse al día.

-¡Lo mato, es que lo mato! Si lo llego a saber ni le ayudo.

-¿Ayudar a qué?

Justo en ese momento el timbre de la casa sonó.

Miré a mi amiga fulminándola con la mirada y me dirigí hacia la entrada pero ella me paró a tiempo.

-Me encargo yo.

Asentí y la esperé allí.

-¡ES QUE ERES UN CAPULLO! ¡VETE!

Decidí hacer frente al problema y la calmé a Vega.

-¿Segura?

-Sí.

-Os espero en la cocina entonces.

Dejé entrar al chico y nos sentamos en el sofá para hablar.

-Lo siento muchísimo Lana, mi hermana tiene razón.-Jugueteaba con sus dedos nervioso.-Soy un capullo integral, no debí besarte ni comportarme como lo hice. Estoy muy arrepentido y no me gustaría que siguieras enfadada conmigo y mucho menos perder a una amiga tan fantástica.

EL SECRETO DE MI JARDÍNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora