CAPÍTULO VEINTIDÓS

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Cuando llegamos Joel se ofreció acostar a nuestros hermanos mientras yo me despedía del jardinero, así que les di un beso a Axel y Hera y se marcharon junto a mi mellizo.

-¿Quieres entrar a beber algo?-Le ofrecí con una sonrisa.

-A beber algo no...pero quizá me gustaría hacer otra cosa.

-¿Qué cosa?

-Vamos y lo averiguarás.-Me cogió de la mano y entramos en la casa.

Salimos al jardín y me llevó al cobertizo.

-Vamos a estrenarlo.-Dijo Connor cerrando la puerta tras de sí.-Enciende la luz, ¿no?

-No, o sino Joel se enterará de que estamos aquí.

-¿Qué quieres? ¿Tropezarte?

-No, usaremos la linterna del móvil, se notará menos.-Dije encendiéndola y enfocando al chico.

-¡Ay, qué me dejas ciego!

-Sh...No grites o nos oirán.

-Pues cállame tú.

Asentí con la cabeza y con un beso apagué sus palabras.

El beso comenzó siendo lento, con ternura, pero poco a poco aumentó la velocidad.

Sin embargo me separé a tiempo.

-Yo...no...

-Tranquila, cielo.-Dijo sin separar sus manos de mis caderas.-Esperaré el tiempo que haga falta.

Los dos sonreímos en silencio, no en uno incómodo, sino en uno en el que ambos nos decíamos todo con la mirada.

-Lana...yo...sé que es muy pronto...pero...quisiera saber si...bueno...querrías ser mi novia, no ahora sino un poco más adelante porque sé que tienes miedo de que te haga daño, pero te prometo que te voy a hacer la chica más feliz del mundo.-Subió una de sus manos a mi cara y comenzó a acariciarme.-Porque te lo mereces después de tanto sufrimiento, te mereces lo mejor del mundo entero y yo quiero dártelo porque tú y tus ojos me cautivaron desde el primer minuto que te vi.

-¡Normal, si me viste con poca ropa!-Reí.

Él rió también.

-¿Qué dices entonces?

-¡Pues claro que quiero ser tu novia! Es más...no quiero esperar más, como tú has dicho tengo miedo, pero en estos días me estás demostrando que me quieres hacer de todo menos daño.-Reí.-Así que...oficialmente seamos novios desde este momento.

Él abrió los ojos sorprendido, momento que aproveché para acercarme a sus labios y besarlo de nuevo.

-Eres el secreto de mi jardín.-Susurré separándome un poco de él para después volverlo a besar.

-Jooo...¡Yo quiero que el mundo sepa que tengo a la mejor novia del universo!

Reí negando.

-¿Por qué?

-No...quiero que se estropee tan pronto.-Confesé en un tono apenas audible.

-Ey, nada ni nadie hará que el amor que comienza a florecer lo estropee.-Sonrió y acarició mi pelo.

-¿De verdad?

-De verdad de la buena.

-Hagamos una cosa...-Le susurré al oído.

-Me parece perfecto.-Sonrió antes de cerrar el pacto con un beso.

Después de compartir unos minutos más de mimos decidimos que era hora de separarnos pues seguramente todos se preguntarían donde nos habríamos metido.

EL SECRETO DE MI JARDÍNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora