CAPÍTULO DIECIOCHO

14 0 0
                                    

-¡Ven, vamos a cantar una canción!-Dijo Vega agarrándome del brazo para llevarme con ella al escenario.

La música empezó a sonar y cantamos a pleno pulmón nuestra canción: 'Un año' de Sebastián Yatra.

Aunque esa canción hablaba de amor entre una pareja en un principio, nos representaba mucho pues no solíamos vernos mucho y pasase el tiempo que pasara nuestra amistad seguía cada vez más fuerte.

-Puede que el tiempo nos aleje otra vez sin saber donde estés, pero el amor es más fuerte.-Cantaba mi morena.

-Oh, oh, oh.-Seguí cantando a coro con ella mientras sonreíamos cuando nuestros ojos se cruzaban.

Al acabar la canción todo el mundo aplaudía con fuerza.

-¡Muchas gracias a todos!-Habló mi amiga por el micrófono antes de que nos bajáramos de la tarima.

Detrás de allí se encontraba Roy que me hizo la señal para que la distrajera un rato.

-¿Me acompañas al baño, por favor?

-Claro.

Entramos dentro de la casa mientras Roy y su banda se preparaban para regalarle una canción compuesta por su él.

-¿Has hablado con Connor?

-Sí, un ratillo.

-¿Y qué tal?-Me sonrió pícaramente.

-¿En serio? ¿Ya estás?

-¿Ya estoy cómo?

-No te hagas la loca ahora...¡Nos conocemos desde enanas!

Ella rió y me pidió perdón antes de que entrase al servicio.

-Entra tú también.

-¿Por qué? ¿A caso no sabes mear sola y te tengo que sostener como cuándo eramos pequeñas?

-¡Claro que no! Pero...em...-Intentaba pensar alguna excusa.-¡Necesito un tampón! Se me olvidaron en casa.

-Pero si sabes donde están perfectamente.

-Se me ha olvidado.

Mi amiga se me quedó mirando con una expresión rara.

-¿Qué estás tramando?

-¿Yo? Nada.-Me concentré en no mover mis manos hacia mi pelo.

Ella no apartaba la mirada de mis manos y mi pelo en silencio.

-¿Entonces para qué quieres que entre contigo?

-¡Por favor! Que me estoy meando.

-Vale.-Resopló y cerró la puerta después de entrar.

<<¡Bien! Lo había conseguido!>>

-Ya que estoy voy a mear yo también.

-Vale.

Cuando estuvimos listas salimos de allí y sin que se diera cuenta miré hacia el exterior para comprobar que estaba todo listo.

Sin embargo, aún quedaban por poner algunos cables.

-Eh...¡Espera!-La detuve antes de que saliera al jardín.

-¿Qué pasa?

-Quiero darte mi regalo...a solas.

-¿No pueden verlo los demás?

-Sí, pero...no me aguanto las ganas y quiero dártelo ya.

-Pero mis invitados me están esperando.-Se quejó.

EL SECRETO DE MI JARDÍNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora