Los ojos verdes de Adrien abandonaron los azules de Marinette para centrarse en sus labios. Sin embargo, no se acercó ni un milímetro más, dejándole a ella la iniciativa, aguardando su reacción con el alma en vilo.Marinette sentía como si el corazón quisiera salirse de su pecho; ¿acaso era todo un sueño? ¿Eran las palabras pronunciadas una declaración de amor? ¿De verdad Adrien había sido capaz de convertir uno de sus recuerdos más vergonzoso en algo tan encantadoramente romántico?
Sus pensamientos navegaban a la deriva en el océano de sensaciones que le provocaban su cercanía, su aroma, su tacto, su calidez. Llenó de aire sus pulmones, tratando de retomar el control: tenía la impresión de que si cedía a la tentación de sus labios, si compartía ese beso con él, ya no habría marcha atrás.
Con un leve suspiro, dejó caer su rostro hacia delante para que su frente quedara apoyada en la del chico, entrelazando sus manos a la vez. Cerró los ojos para no ver la decepción dibujada en su semblante, aunque, aun así, pudo sentirla casi como un dolor físico.
Pero todavía quedaban asuntos por aclarar. Había logrado acostumbrarse a la amarga idea de que jamás podría tener a su primer amor de esa manera, y ahora que el destino había dado un vuelco inesperado no quería dar ningún paso en falso. Mejor, despacio pero seguros: no en vano, los platos más delicados muchas veces requerían ser cocinados a fuego lento para liberar todo su sabor.
--Adrien, necesito pensar --susurró.
--Lo entiendo. Yo...
Se apartó de ella lentamente, luchando por mantener la sonrisa, aunque la tristeza inundaba sus ojos. Tragó saliva, y habló como si las palabras quemaran su garganta al abandonarla.
--Entenderé si no sientes lo mismo. Pero, por favor, no puedo perderte como amiga; eres muy importante para mí. --Su voz sonó como una súplica.
--No es eso, Adrien. Claro que siento algo por ti.
El chico levantó la mirada, ilusionado.
--¿Algo más que amistad? ¿Crees que podrías llegar a... enamorarte de mí? --volvió a tomar sus manos, y ella sintió, enternecida, cómo temblaba.
--Mucho más que amistad. Y ya he estado enamorada antes de ti. Pero...
--Pero la he fastidiado --completó él, con los ojos empezando a humedecerse--. No supe darme cuenta a tiempo, y te perdí. Y ahora estás con Luka, y eres feliz, y sé que no puedo venir ahora a pedirte nada.
--¡Eh! Espera un poco. ¡Solo he dicho que necesitamos hablar! No has sido muy claro con respecto a lo que sientes, ¿sabes? Ni tampoco sobre tu situación con Kagami, o con esa chica misteriosa que fue tu primer amor.
--Tienes razón; empecemos desde el principio --resopló--. Desde hace tiempo, yo... Tú... ¡Argh! Me temo que no soy muy bueno para esto ¿sabes? ¡No me salen las palabras! --se desesperó.
--Solo intenta ser sincero --lo alentó ella.
--Está bien. Si soy completamente sincero, tengo que reconocer que ni siquiera yo mismo entiendo bien lo que me ocurre. Solo sé que, a tu lado, todo está bien; eres como la pieza que hace que mi vida termine de encajar. Cuando sonríes, todo se llena de luz; cuando me abrazas, no quiero que ese momento termine nunca. Me gustaría que estuviera en mis manos lograr que no volvieses a llorar nunca. Y no sé si algo de lo que estoy diciendo tiene sentido, pero te aseguro que es la verdad. ¿Quieres que siga?
--Por favor --dijo ella, con los ojos llenos de emoción.
--Creo que eres preciosa, valiente y encantadora. Me gusta cómo te preocupas por los demás; tu fantástica creatividad, y cómo sabes compartirla con todos. Me gusta cuando llegas tarde a clase, con los ojos soñolientos, y cuando ríes con Alya de cualquier broma. Y también adoro cómo me haces sentir. Contigo, puedo ser yo mismo --susurró.
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A fuego lento (Reto Adrinette)
FanfictionUn capítulo diario para acompañar a nuestros ciegos favoritos en su peculiar historia de amor... (Advertencia: al final no he podido resistirme y los estoy haciendo sufrir un poco antes de la recompensa. Pero todo llegará... )