--I hope you don't mind,
I hope you don't mind,
That I put down in words
How wonderful life is
While you're in the world...--Vaya, vaya, ¡por aquí apesta a cachorro enamorado! --se quejó Plagg, arrugando la nariz.
Adrien solo sonrió y continuó acariciando las teclas de su piano con expresión soñadora, las notas de "Your Song" rasgando el aire. El pequeño kwami negro volvió a resoplar, llevándose la pata a la frente.
--¿Ni siquiera vas a contestar criticando a cambio el dulce perfume de mi adorado Camembert? ¡Esto es incluso más grave de lo que pensaba!
--Ríndete, Plagg. Hoy no vas a poder molestarme por mucho que lo intentes.
Se levantó de la banqueta y recogió su bolsa, dispuesto a afrontar una nueva jornada de clases. La idea de que Marinette estuviera dispuesta a darle una oportunidad para conocerse mejor, y la certeza de que la vería pronto, sentada tras él, llenaban su estómago de mariposas.
Se encontró tarareando de nuevo sin querer mientras bajaba las escaleras. Se asomó al comedor dispuesto a llevarse puesto el desayuno, y se sobresaltó al encontrarse a su padre y a Nathalie allí. La asistente hizo un gesto con la cabeza, que él correspondió, y se marchó tecleando en su tablet.
--Buenos días, padre --saludó Adrien, animado.
--Buenos días --respondió él. Su gesto pareció suavizarse ligeramente al ver su sonrisa--. ¿Es por ella? --preguntó.
--¿A qué te refieres?
--Es agradable verte feliz. Y me preguntaba si es por esa chica: Marinette Dupain-Cheng.
Adrien se sintió enrojecer, y se llevó la mano a la nuca sin saber qué responder.
--No te preocupes, no voy a reñirte por eso. Después de todo, estás en la edad, supongo --continuó Gabriel tras un leve carraspeo--. Mientras ella demuestre ser digna, y tu rendimiento académico no baje, intentaré ser... flexible.
--Solo nos estamos conociendo un poco más, padre. No es que sea mi novia, ni nada de eso; al menos, todavía.
--Me da curiosidad ver qué presentará para el concurso --se acarició el mentón--. En fin. Si necesitas que Nathalie ajuste tu agenda para pasar algún tiempo con ella, solo díselo.
Adrien lo miró, boquiabierto, y no pudo evitar ceder al impulso de acercarse para darle un espontáneo abrazo a su padre. Gabriel pareció quedarse paralizado un instante, pero luego reaccionó dándole unas torpes palmaditas en la espalda.
--Espero que sepas hacer buen uso de la confianza que te otorgo. Que tengas un día agradable, hijo.
--Descuida, papá: ¡no te decepcionaré!
Le costó mantenerse en silencio durante el trayecto en coche, pero Nathalie no despegaba la vista de la tablet: casi parecía que rehuyera su mirada. La sensación de calidez en su pecho tras su inesperada conversación matutina desbordaba en una sonrisa continua.
--Vaya, muchacho: ¿qué mosca le habrá picado hoy a tu padre? ¡Casi parecía humano! --comentó Plagg cuando nadie les oía.
--No lo sé. Tal vez ella le agrade, y le guste la idea de que seamos pareja. ¿Y cómo no le iba a encantar, si es absolutamente encantadora? --exclamó, entusiasmado.
--Ya, ya --respondió el kwami, para rezongar luego en voz baja--: Todo esto me resulta un poco extraño. Solo espero que no esté tramando nada malo.
Pero los ojos de Adrien ya se habían encontrado con los de Marinette, y él ya no tenía cabeza para pensar en nada más.
--Buenos días, princesa --saludó, tras chocar puños con Nino.
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A fuego lento (Reto Adrinette)
FanfictionUn capítulo diario para acompañar a nuestros ciegos favoritos en su peculiar historia de amor... (Advertencia: al final no he podido resistirme y los estoy haciendo sufrir un poco antes de la recompensa. Pero todo llegará... )