Mire por doceava vez la pantalla de aquel celular, el sudor recorría mi frente y mi corazón latía alterado, con el valor reunido presione la pantalla hasta llegar a contactos y dirigirme al "K200R", pero antes de presionar "marcar" llamo mi atención el numero guardado "K100S" y dos después él "K300S", ¿Cuántos agentes pueden ser identificados de esa manera?, mi mente omitió aquella importancia y presiono marcar hasta escuchar dos sonidos provenientes del celular.
-Por favor dime que no. –Una agitada voz robo el insistente sonido. –Dime que están bien. –La voz quebradiza de mi padre, me hizo recordar cuanto lo extrañaba, y mis ojos llegaron a lagrimear.
-¿Padre? – Murmure en la bocina. – Soy Kenna, ¿Cómo están? –Mi voz se quebró de un instante a otro.
-¡Hija! –Exhalo el aire retenido en sus pulmones. –Gracias a dios que te encuentras bien, ¿Dónde está Raúl? –Pregunto exasperado.
-Esta abajo, con Anthony. Me presto su celular, realmente no sé qué tan seguro sea esto.
-Si tienes la supervisión de ese par, declaro que todo está bajo control. –Escuche su tan inigualable voz y mis ojos tomaron con fuerza aquellas lágrimas, dejándolas caer descontroladamente. –No, hija, todo está bien corazón. Ya pronto nos veremos de nuevo. –Afirmo paternalmente tratando de entrar en confianza a mi insegura mente.
-Padre, ¡no puedo! – Llore por el auricular, mientras escuchabas sus tranquilizadores sonidos de su boca.
-Tu puedes hija, tu puedes con esto y más, eres fuerte, más fuerte de lo que jamás creí, más fuerte que yo mismo.
-¡Perdóname¡, Perdóname por ser una mala hija, por no entenderte y amarte como debería. ¡Perdóname padre ¡- Mi voz se volvió aguda y mis ojos no paraban de soltar lágrimas, el pecho me dolía como si presionaras una pesada piedra en el, mi subconsciente me decía que era culpa, remordimiento y tristeza acumulado en mí.
-No tengo nada que perdonar hija, en cambio deberías de perdonarme tu a mí. Hija, ambos hemos cometido errores, pero eso es lo que hacen los seres humanos y nada de eso puede cambiar el amor que te tengo. -Su voz llego a mis oídos trayendo con ella una tranquilidad a mi cuerpo.
-¡Te extraño! –Musite. Mientras recogía con el torso de mi mano las lágrimas en mi mejilla.
-Y yo te extraño millones cariño, Kenth y yo estamos bien, no te preocupes por nosotros, solo vive cariño, pelea, lucha contra todo. Te prometo que nos volveremos a ver hija mía. Tu hermano y yo estamos muy orgullosos de ti y siempre lo hemos estado cariño. Ahora ve con ese novio tuyo y amenázalo a protegerte.
-¿A Raúl? –Pregunte confusa.
-Quien más va a ser. - Su voz sonó alegre. –Es momento de colgar hija, esto terminara más pronto de lo que imaginas cariño. Ya le diré a tú hermano tu llamada, se volverá loco por saber de ti, te amamos.
-Los Amo. –Susurre y escuche la línea telefónica cortarse.Presioné aquel aparato contra mi pecho, e inhalé profundo tratando de controlar mis emociones. Y decidida manifesté: que esta sería la última vez en que me dominarían mis sentimientos.
Un estruendoso ruido me hizo voltear la mirada a la puerta, el sonido provenía de la planta baja, sin distracciones y a gran velocidad baje los escalones hasta llegar a la fuente del alboroto.
-¡CON ESTE VAN DOS! –Grito un malhumorado Raúl quien se disponía a recoger los cristales rotos del piso.
-¡Me han asustado! –Exclamé mirando a un Oliver sinvergüenza.
- Sería más fácil si comprarás vasos de plástico. –El rubio elevó los hombros ganándose una mirada de desagrado por parte de Raúl.
- Un vaso entrenador es lo que te voy a comprar. – Gruñó él antes de dejar los cristales en el cesto de basura, a lo que Oliver le contesto con una gran sonrisa en sus labios.
-Con su permiso. –Giro el rubio en mi dirección. – Ahora iré a romper una copa del mini-bar. –Y omitiendo los regaños de Raúl, nuestro chico desapareció de la cocina.- Me sigo preguntando si de verdad tiene 24 años. –Suspiro Raúl con gracia mientras acomodaba su cabello.
- Yo diría que tiene 10 años de más, por lo menos. – Me burlé y deslicé el celular por la mesa hasta que llegó a manos de él. –Gracias.
-¿Todo bien?.
-Todo correcto. –Afirmé. – No platicamos de mucho, pero me alegra saber que se encuentran bien.
- Pronto volverán a estar juntos Kenna. –Me dedico una sonrisa.
-Lo sé, eso mismo me lo dijo mi padre. También me dijo que le dijera a ese novio que tengo que cuidara de mí. – Inocentemente salieron las palabras de mí, y la expresión que delato su rostro fue suficiente para saber que entendía lo que decía.
-Bueno, supongo que ese novio tuyo debería de tener miedo a las amenazas de tu padre. –Presiono sus labios en una mueca. – No te preocupes. –Suspiro él. – Solo dame tiempo para acabar con eso, diré que las cosas no funcionaron.
-¿Cuál fue el motivo de esta relación falsa? –Pregunte, era algo que giraba regularmente en mis pensamientos desde aquel encuentro con su padre en el restaurante.
- Sinceramente, ¡no lo sé! Fue algo que se me salió de entre las manos. – Y guardo silencio, una táctica ya muy conocida por mí, para saber que no quería hablar del tema.
-Está bien, puedes dejarlo así. Pero algún día tendrás que contarme la historia. –Eleve mis cejas.
- Algún día sabrás todas mis verdades. –Concluyó él. Y el sonido de un nuevo cristal impactando en el suelo nos hizo cortar la conversación.
-¡LO MATO! –Bramo Raúl saliendo disparado de la cocina siguiendo el sonido.
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~~TRAFICANTES DEL AMOR~~
Action[EN PROCESO] Mentir, escapar, esconderse, todo eso y más, mucho más es lo que tendrán que hacer para huir del peligro. ¿Cuánto se puede vivir llevando una gran carga sobre tus hombros? ¿Qué estás dispuesto a dar para cuidar a los tuyos? Existe un...