~27. ANTHONY

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~ Realmente no sé cuánto tiempo a transcurrido desde que ingresamos a este prostíbulo, la cual es la manera en la que decidí llamarlo después de pasar horas escuchando sonidos lujuriosos desde las otras habitaciones.
Afirme a toda costa alejarme de la enorme cama situada en la habitación y solo me aferre a la última silla disponible en lo fondo de los espejos.

Oliver permanecía sentado frente a la puerta, jugando a armar y desarmar las balas de su arma.
No podíamos vernos frente a frente, pero a los tantos espejos de la habitación era inútil huir de su mirada. Se volvió incomodo el silencio entre nosotros y el tenernos a pocos metros de distancia lo convertía en un infierno doloroso.

-¿Qué hora es? –Mi voz sonó a lo largo de la habitación, no tan débil para ser un susurro ni tan fuerte para ser escuchada como las voces exteriores. Mi chico de cabellos rubios negó en un absoluto silencio y elevo sus hombros para dejarlos caer a los pocos segundos. Eso era suficiente para cortar mi comunicación.
Sabía que su mente trabajaba con gran rapidez pensando en algo lo suficiente importante para él, pero se ha negado a compartirlo conmigo.

Una exhalación broto de sus labios y fue suficiente para prestarle atención, froto sus palmas y se dispuso a levantarse quedando completamente erguido y alistando su camisa de cualquier rastro de arrugas, guardo el arma en sus pantalones, volteo directamente a mirarme y avanzó con cuatro zancadas hasta quedar a poca distancia de mí, extendió su brazo y ofreció su mano invitándome a elevarme junto a él.
Tome su invitación y aliste mi vestido de la manera en la que él había arreglado su camisa.

-Creo que tenemos todo despejado. –Habló él. – Fue el tiempo suficiente para que aquellas personas abandonaran la zona.
-Supongo que es tiempo de partir. –Concluí. Y asintió con una mueca en sus mejillas. - ¿A qué estado nos moveremos ahora? –Pregunte con curiosidad, pero el pequeño brinco de su cuerpo me hizo entender que no hablábamos exactamente de lo mismo.
-Creo que tengo un plan. –Asentí esperando que avanzara y nos guiara a lo que sea que su gran mente ideo. – Lo mejor que podríamos hacer es quedarnos en Los Ángeles. - Explico él. Fruncí mi ceño, pues desde que iniciamos este tormentoso viaje, jamás nadie me había dado explicaciones de sus siguientes hazañas. –No volveremos a las instalaciones, sería muy riesgoso para todos aquellos que estén ocultos ahí, pero tenemos una casa, fue saqueada por los hombres de Dawson desde hace unos meses, parece ser que ese fue el principal destino al que acudieron, ellos son poco inteligentes y volver a lugares donde ya inspeccionaron sería muy estúpido para ellos, pero nosotros somos muy listos y tomaremos aquello que ellos dejaron libre; Llevamos una secuencia de viajes precisa y ellos están acostumbrados a seguir nuestra huida, por el momento piensan que aremos eso, se lo hemos mostrado desde que iniciaron en Guadalajara y lo más lógico para ellos es "Avanzar". – Asintió eufóricamente auto-infringiendo aceptación. Asentí junto a él guardando en mí toda aquella información nueva para mí y concordando con él en su plan maravillosamente perfecto. Nos alejaríamos de los hombres que nos persiguen sin siquiera mover un dedo. Mejor dicho, ellos se alejarían de nosotros, nos dejarían atrás y no sabrán por donde golpearemos después. Sonreí alegremente y lo miré a los ojos, fue suficiente para salir corriendo de aquel lugar, mientras seguía de cerca los pasos que Oliver que nos conducirían a la salida de atrás.
Al empujar las puertas ajusté mis ojos a la luz del día y recibí el aire gustoso en mi cara. Sin duda aquel lugar del que acabamos de salir era otro mundo muy alejado a lo que mi conocimiento estaba dispuesto a no conocer.

-¿Volveremos por la motocicleta? –Visualice a Oliver ajustando su visión a la luz del sol.
-No, no debemos dar pista de nosotros. Pero se de alguien quien pueda llevarnos. – Elevo uno de sus dedos dando la señal de que no moviera mi cuerpo del lugar y entro nuevamente corriendo al local.
10 minutos bastaron para que regresara jalando del brazo a aquel chico que nos sorprendió en la habitación hace unas horas atrás.

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