~~TRAFICANTES DEL AMOR~~

~31. JUNTOS

-Tengo un par de cosas que decir señorito. –Aquella mujer rompió el largo silencio que había consumido a la habitación. Una mueca en los labios de Raúl llego a asomarse, como cual niño siendo descubierto por su madre. Los ojos de ella, se posaron en los de él añorándolos cariñosamente. – Nunca eh tenido miedo, no podría gobernarme por el temor al tener este trabajo. Pero no tienes la menor idea de lo mucho que me preocupe por ti, por primera vez mis barreras flaquearon. –La mirada de Raúl delataba culpabilidad. –Tu cargo esta denegado, el N.A.O revoca tus servicios. -El cuerpo de Ortega se tensó y la negación apareció en sus ojos. -Al tratarse de estos acontecimientos tienes denegada la salida de la guarida. –Continuó la mujer. - Para ambos, su estancia en este lugar será larga por lo que les recomiendo acostumbrarse a el. Aquí adentro se toman las cosas con seriedad y si la única manera de ponerlos en orden involucra la fuerza, será ejercida sin titubeos. Tenemos todos nuestros recursos en la búsqueda de Rudd, no está siendo fácil, pero recuperaremos a este chico. – Los ojos de la agente escanearon nuestras expresiones y le importo muy poco la furia que emanaba Raúl.

-¡No pueden alejarme! –Susurro en un amenazador tono de voz, y se enfrentó a su madre tratando de ganar lo que ya llevamos perdido.

-Agente, usted es deficiente en sus servicios, de otra manera no estaríamos teniendo esta conversación. Regrese a la cama y deje ser atendido por su mujer, regresaremos con el informe cuando concretemos el momento en que puedan volver al exterior a recuperar su vida. –La madre de Raúl asintió en mi dirección y salió por la puerta dejando en alto el cargo que ejerce.

Mire de reojo a Raúl notando como presionaba con fuerza su mandíbula haciéndome creer que lograría hacerse daño. No movió ni un musculo de su cuerpo, su mente al igual que su madre habían abandonado esta habitación, estire mi mano para tratar indirectamente de animarlo, pero aun con eso, él siguió fundido en sus pensamientos.

-¿Sabes? ... - Trate de llamar su atención compartiendo lo que fluía por mi mente. - Seamos razonables, ellos tienen la experiencia, yo no sé más que sostener un arma pequeña entre manos, ellos viven de esto, encontraran la mejor manera de traer de regreso a Anthony, yo solo empeoraría las cosas y sería un verdadero estorbo.

Una parte de mí, quería correr a buscar a ese chico de ojos azules, pero mi razonamiento me decía que era lo incorrecto, que deja a quien sabría de esto, a un profesional en la materia. Poniéndonos a pensar de la misma manera en la que una persona que no tiene la especialización adecuada en salud pueda recetar fármacos, o la persona que no conozca de tecnología pueda reparar una computadora, miles de personas luchan a diario con la superación de ellos mismos y toman la decisión de dedicarse a algo permanentemente, incluyéndome a mí una chica que en la cocina conoce lo básico necesario para subsistir no puedo tener comparación con un gran chef el cual es una persona que dedico mucho de su tiempo en convertirse en profesional de la cocina. De la misma manera en la que no estoy ni en los talones de estos grandes agentes que tienen los conocimientos que no podría llegar a igualar ni en 2 años, mucho menos en 20 minutos.

El gruñido de Raúl resonó en toda la habitación. Este chico en algún momento se ahogará con todo lo que guarda dentro de sí mismo.

-Le prometí protegerlo aun cuando dudaba en nosotros mismos, aun cuando indeciso investigaba a nuestros alrededores, pero sobre todo cuando le prometí mantenernos unidos así tuviera que dar mi vida en el proceso. – Su cabeza se movía de un lado a otro constantemente hasta que se mantuvo quieto, él ya tenía un plan, y tratar de dialogar con él sería imposible notando la determinación en su mirada.
En un rápido movimiento tomó aquello que se encontraba sobre el escritorio, equipándose con las armas y los radios comunicadores que se encontraban en el lugar, con movimientos apresurados eligió una gorra y chaqueta de entre el armario y antes de llegar a la puerta presiono su abdomen, era notorio el dolor que sentía en aquella parte del cuerpo por más que quisiera ocultarlo.