-[KENNA]-
-¿Pelea de espadas?-Escuche a lo lejos la voz de Raúl.
Tratando de no despertar cubrí mi cara con la almohada, me encogí tapando mis hombros y repetía en mi mente aquel sueño que quedó inconcluso, estaba siendo coronada la reina de Genovia pero antes de que todo sucediera su voz me despertó.
¡Odio las mañanas y el calor,
Odio no poder volver a dormir,
Odio saber que tengo que peinarme,
Odio que interrumpieran mi sueño
Y odio a ese hombre.!¿Cómo se atreve?, necesito mis 8 horas de belleza para amanecer de buenas.
La temperatura de la cama es deliciosa y huele a café recién hecho.Espera, ¿Cama? ¿Podría ser que todo lo del secuestro es un sueño y ser coronada reina era la conclusión? ¿Estoy en mi casa? ¿Por qué la alarma no sonó?
Mierda, se me hace tarde.
Pego un brinco aventando la almohada de mi cara y preparada para una carrera de 20 minutos hasta llegar a la universidad.
Pero nada fue un sueño, al enfocar mis ojos veo a Raúl sentado en una cama a mi lado izquierdo, no lleva camisa y no me sorprende que su abdomen este plano, no negare que se le ven unas finas marcas de músculos pero no tan marcadas para ser un modelo de ropa interior, él sabe que lo miro y me observa también, veo hacia abajo verificando que tenga ropa y así es, dormí con lo del día anterior.-Estas hinchada. –Dice él mirando mi cara.
Elevo una ceja pensando en cómo tomarlo. –Gracias –Digo al fin. Notó unas marcas en su cuello, quizás chupetones, quizás golpes. –Estas golpeado.
Eleva una ceja. –Gracias –Dice él.
-¿Vas a decirme que pasó? –Mis esperanzas eran nulas, lo conozco para saber que lo reservara para él.
-Historia larga.
-¿Y la historia corta? –Me anime a preguntar.
-Me golpearon. –Le restó importancia
-¿Quieres decir que te ganaron? –Sabía que llevaría al límite su paciencia.
-Yo nunca pierdo.
-¿Y la historia larga?Me miró por un largo tiempo sus ojos estaban en mí.
-Nos encontraron, pero todo resuelto.
-¿Y cómo lo resolviste?
-¿Acaso estas gastando tus 6 preguntas? –Me contesto con otra pregunta, es lindo que recordara el juego de las 10 preguntas.
-¿Tú quieres gastar tus 6 preguntas? –Arqueé una de mis cejas y una sonrisa se coló por mis labios.
-Me quedan 9. –He impresionada ví una sonrisa en sus labios.
-Muy bien, dispara.
-Mmm... No, empieza tú.
-De acuerdo, ¿Qué tan cierto es que tendré mi primer enfrentamiento?
-Falso, no dejaría que te enfrentaras a nadie sin entrenamiento previo.
-Ok –Susurre, me sentía aliviada al saber eso, cuando Oliver lo menciono en el carro me entro el pánico.
-¿No te sientes mal que dejaste a tu padre, tal cual lo hizo tu madre? –Su pregunta me agarro por sorpresa. No era un tema que quisiera hablar y mucho menos con él.Sí bien, la palabra "madre" no estaba dentro de mí vida jamás entendí la gran importancia de su significado. En cambio mi padre es punto y aparte, no en el sentido que fue un padre ejemplar pero a comparación de aquella mujer lo hizo todo para sus hijos.
Pensando en su pregunta y debatiéndome en responder llegue a un acuerdo entre la razón y mi terquedad, contestaría lo que quisiera saber, que vea que soy mucho mejor persona que él y a base de todas sus mentiras sabrá mis verdades.
- No. Con él siempre fue –guarde silencio recordando uno de los tantos momentos en que nos mudábamos de hotel cada tres días.- con él las cosas siempre fueron deprisa.
-Pero lo abandonaste, como lo hizo tu madre. –Afirmaba él.
- No –Lo mire con mis peores ojos.- Yo no soy como ella, ella dejo a sus hijos pequeños, dejo a una hija que necesitaba de su madre para crecer. Yo solo tome mi propio camino, no tenía responsabilidades, ni un esposo y mucho menos hijos.
-Pero tienes un padre y un hermano. Nunca te detuviste a pensar en lo mal que estuvo tu padre por tu separación, él ya no podría protegerte, no sabía en dónde estabas ni con quien, tan solo eras un niña que necesitaba el cuidado de su padre.
-Eso es lo que pasa. Yo nunca necesite su cuidado, él estaba paranoico, desde que mamá nos dejó ponía cada tipo de trampa en cada puerta del lugar en donde estábamos, él decía que escuchaba algo y segundos después nos sacaba a jalones del lugar que nos encontrábamos. Había veces en que se metía al baño y al salir susurraba que le llamaron diciéndole que estábamos en peligro. –Negué con mi cabeza, cada recuerdo tan vivo en mi cabeza me atormentaba.
- ¿Estas tan segura que era paranoico? Quizás siempre estuviste mal. Y la verdad es que te protegía
-¿Y tú que vas a saber de eso? ¿Acaso estuviste presente? ¿Conoces a mi familia como para hacerme cambiar de parecer respecto a su forma de vida?
-¿Aun no lo entiendes? –Pregunto él con su característica tranquilidad. Por mí parte estaba en cólera, recordar me daban ganas de llorar por el simple hecho de sentir presión, angustia, impotencia y enojo, enojo con aquella mujer, enojo conmigo misma y todo lo que tuve que pasar.
-¿Entender qué? Siempre crees saberlo todo, confiado de ti mismo, pensando que vas un paso adelante, pero ¿sabes qué? El tigre no es como lo pintan.
¿Y sabes?, la verdad es que no quiero seguir hablando de esto. Respecto a todo lo que te mencione hace un rato, existen cosas buenas que aunque sean pocas me gustan conservar limpias evitando estos temas de conversación. Pensar en malos momentos de mi padre lo hace ver como aquella señora que nos abandonó, pero esa es la diferencia, a pesar de tener tragos amargo con mi padre él siempre se comportó como tal. Estuvo con nosotros y jamás nos dejó. Su paranoia era algo extra. Pero eso no quita que fue muy buen padre.-¿Quieres saber la historia completa? -Su pregunta queda en el aire, sí él quisiera contarla lo habría hecho, pero el espera mi debilidad, mi momento en pedirle aquello que jamás supe ver, que jamás se dignaron a confesar.
-Pedirte hacerlo es darle importancia a aquella señora que no lo merece. –Mi voz se volvió más silenciosa, más pausada, sin ganas de seguir en esta conversación.
-Igual lo diré. Tú madre, aquella mujer a la que tanto rencor le tienes, te ama y te ama tanto que decidió dar su vida a la tuya. Un trabajo en donde tu vida corre peligro las 24 horas de los 7 días de la semana la llevo a tomar medidas extremas. Con todo el dolor de su corazón se apartó del hombre de su vida, el hombre que más ama y al fruto de su amor que llego a sus vidas. Sabía que al dejarlos fuera de la visión de las personas tendrías una vida más tranquila, ella pensaba volver, lo que no sabía es que se pondría difícil cada vez más. Pero nunca te dejo de amar, ni siquiera dejo de verte, ella te daba sus rondas y verificaba la hermosa y adulta mujer en la que te estas convirtiendo, evitando ante todo el contacto contigo. Ella quería evitar esto, quería darte una vida en donde lo único que te preocupara era terminar tus estudios, preocuparte por pagar el agua y la renta, no por correr y esconderte. No quería que te encontraran, que supieran que tú eres su debilidad, que tú hermano lo es o tú padre. No quería ponerte en peligro. Pero las cosas nunca son como parecen. La vida no suele darte la opción de elegir tu futuro.
-No era la manera. –Susurre.
El silencio reino entre nosotros, una lagrima traicionera cayo de mi ojo, me levante dispuesta a tomar aire, a despejar la mente, tome la manija y al salir me topé con Oliver recargado al lado de la puerta, no se cuanto tiempo estuvo ahí pero supongo que el suficientes para escuchar la conversación. Trate de dar un paso y sus brazos se envolvieron alrededor de mi cuerpo.
Duro un par de minutos y al final me dejo ir.
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~~TRAFICANTES DEL AMOR~~
Aksi[EN PROCESO] Mentir, escapar, esconderse, todo eso y más, mucho más es lo que tendrán que hacer para huir del peligro. ¿Cuánto se puede vivir llevando una gran carga sobre tus hombros? ¿Qué estás dispuesto a dar para cuidar a los tuyos? Existe un...