Mi Sol Después De La Lluvia

Capítulo 6

Dylan:

-Dylan, por favor, fue cosa de una noche y no volverá a pasar, te amo.

-Para. - me tiró del pelo con frustración.

Sofía vino a mi casa como una desquiciada pidiéndome perdón desde el patio mientras yo solo la ignoraba, hasta que subió Laura (la mucama) y me suplico que bajará.

-Mira, Sofía, a mí no me van las personas que tienen "cosas de una noche".- hago unas grandes comillas en el aire al mencionar las últimas tres palabras.

Sabía que lo suyo no fue de una noche.

Así se estaban yendo 8 meses de relación a la basura, todo por una infidelidad y a mí esas cosas no me van.

-Dylan, lo siento, en serio tú eres el amor de mi vida y estás alterando un poco las cosas.- empiezo a reírme fuertemente, ¿Yo alterando las cosas? Alterada estaba ella mientras se montaba al tipo ese en una fiesta a la que fuimos.

- Sofía, yo contigo quería algo serio y tú solo lo rompiste, no tengo ganas de verte la cara.
Y con eso, entro a mi casa cerandole la puerta en sus narices.

-Vamos, contesta.- estaba intentando comunicarme con Iara hace una hora y como no atendía opte por llamar a Zoe, su mejor amiga.
-Hola.- me dice la voz de Zoe al otro lado del teléfono. Su voz era pesada, como si estuviera mal o preocupada.

- Iara, ¿Dónde está?.- ni siquiera sabía porque me preocupaba por ella, pero mierda, quería pasar 5 minutos por lo menos a su lado y ver el resto de cosas que tenía gracias a su obsesión con los gatos.

- Pues...

Media hora después me encontraba golpeando con desesperación la puerta de la casa de Zoe. En cualquier momento bajaría esta puerta de madera a golpes.

- ¿Dónde está?- eso es lo primero que digo cuando Zoe abre la puerta con una cara que demuestra que echa furia.

- Arriba, pero está durmiendo.

Subo las escaleras tratando de hacer el menor ruido posible ya que son la 1 am.

Entro a la habitación de Zoe, unas paredes color amarillo pastel y un cuarto bien decorado me reciben.

Iara está acurrucada en la cama de dos plazas tapada con una manta con simples dibujos.

- Mira, Dylan, no fue muy lindo lo que le paso y le trae unos recuerdos muy poco agradables.

- Lo sé.

- Tampoco sé qué pasa entre ustedes...- la miró enseguida alzando una ceja. ¿Tenía que pasar algo entre nosotros para que me preocupara si su mejor amiga me dice que la han secuestrado para hacerle un "aviso" poco agradable?

Supongo que no, aunque la realidad es que yo quería pedirle una cita y esto solo me dará más tiempo para pensar un lugar a donde llevarla. Me gustaría llevarla a un parque de diversiones abandonado que hay acá cerca, he trabajado un tiempo en ese lugar y he logrado hacer que un par de juegos anden.
Sé que le gustará.

Bajo las escaleras con la idea en mente de prepararle algo para comer luego de que estuve sentado 1 hora y media viéndola dormir, lo cual, tengo que decir que es muy tierno. Cada cierto tiempo tiene ciertos movimientos, como si tuviera pesadillas pero incluso dormida sonríe y solo puedo imaginarme a una Iara pequeña diciendo que estará bien.

-¿Tienes chocolate?- le pregunto a la amiga de Iara la cual está sentada en la isla de la cocina con el celular entre manos esbozando una sonrisa.

-¿Es por el chico?

-Si... Hemos tenido una "cita" el dia después de la fiesta. Es muy tierno, obviamente no es el chico perfecto ni lo conozco al cien, pero me cayó muy bien y siento... Siento que podría funcionar.- escucho a la chica con atención mientras le hago una chocolatada caliente a Iara,  las palabras de Zoe me hacen pensar instantáneamente en la chica de arriba. No debería de pasarme nada con ella, tan siquiera la conozco, pero, simplemente algo me dice que acabaremos enredados en un cliché.

- Gracias, Dylan.-

(...)

Desde que con Zoe le dijimos a Iara que ella me dejó venir Iara le lanza cuchillos con la mirada a su amiga aunque dudo que está se de cuenta, sigue sonriéndole al celular y cada tanto se le escapa alguna risita risueña.

- Iara.- ella me mira con atención mientras se pone los lentes y toma un sorbo de chocolatada lo que hace que los cristales se empañen. Ambos soltamos una risa.

-¿Te gustaría salir el viernes?- estábamos a miércoles y solo pasaríamos poco más de un día sin vernos, lo cuál no me molestaba, yo podría hacer mis cosas y recuerdo que en la fiesta ella me contó que estudia en casa así que supongo que le servirá. Yo no tengo que estudiar nada, mis padres me enseñan desde que tengo memoria cosas que me hagan mejor trabajador en el banco, aunque no es lo que a mí me gustaría hacer.

Capaz les suene un poco raro teniendo en cuenta que ganaría millones en un banco, pero me gustaría ser cantante, tenía una banda donde la vocalista era Sofía y pues, supongo que no tendré que aclarar que todo se fue a la mierda. Con la banda practicábamos en el sótano del colegio aunque ahora yo me cambié de este e iré a otro, supongo que si en algún momento conseguimos vocalista iremos a la típica cochera.

-¿Y bien?- le insisto a Iara que tiene cara como avergonzada.

- Acepto.

Ahora solo tendría que llevar a esta rosa al jardín indicado, un jardín que marque el inicio de lo nuestro.